Devotos dem¨®cratas
Todo va llegando por sus pasos, cansinos, imperfectos, a veces imperceptibles. T¨¦rminos que a muchos se antojan de dif¨ªcil compatibilidad, como islam y democracia, van encajando poco a poco. Este s¨¢bado unos 86 millones de ciudadanos est¨¢n convocados a las urnas en Pakist¨¢n, la segunda naci¨®n isl¨¢mica del mundo, donde en toda su historia ni una sola legislatura ha podido terminar, gracias a los sucesivos golpes militares. Esta vez, a pesar de la dureza de la campa?a, de los numerosos atentados terroristas, de la descorazonadora corrupci¨®n que all¨ª como aqu¨ª aleja a los ciudadanos de la participaci¨®n, los paquistan¨ªes coronar¨¢n un relevo civil esperanzador.
La estabilidad y el ¨¦xito relativo que pueda tener la democracia paquistan¨ª interesa como campo de prueba sobre el futuro de la democracia en los pa¨ªses musulmanes, justo cuando se extiende la decepci¨®n tras las esperanzadas revueltas ¨¢rabes de 2011. Uno de cada cuatro habitantes del planeta es musulm¨¢n, pero en 40 a?os ser¨¢ uno de cada tres. A la vista de la evoluci¨®n demogr¨¢fica, m¨¢s nos valdr¨ªa que islam y democracia fueran encajando, aunque sea lentamente, porque en caso contrario, como no cesan de predicar las casandras del choque de civilizaciones, las cosas se pondr¨¢n feas cuando lleguemos al c¨¦nit del siglo XXI.
Los signos para la inquietud no surgen de meras intuiciones. El prestigioso Pew Center ha culminado la pasada semana un amplio estudio sobre los musulmanes en el mundo, con entrevistas individuales a una muestra de 38.000 personas en 39 pa¨ªses, todos con m¨¢s de 10 millones de poblaci¨®n musulmana, a excepci¨®n de Argelia, China, India, Ir¨¢n, Arabia Saud¨ª, Sud¨¢n, Yemen y Siria. Del trabajo surge el retrato robot del devoto musulm¨¢n del siglo XXI, que combina un amplio apoyo a la democracia con su adhesi¨®n a la shar¨ªa o ley isl¨¢mica, incluyendo castigos corporales; su adhesi¨®n a la modernidad tecnol¨®gica e incluso a la cultura occidental con el rigorismo moral y la sumisi¨®n de la mujer.
Los datos sobre los paquistan¨ªes son especialmente relevantes, pues all¨ª aparecen los creyentes m¨¢s devotos y dogm¨¢ticos. Para un 81% la shar¨ªa es la palabra revelada de Dios, la cifra m¨¢s elevada de los 39 pa¨ªses consultados, y para un 84% debe ser la ley oficial de su pa¨ªs. Son mayor¨ªa en cambio quienes piensan que no debe aplicarse a los no musulmanes (64% frente a un 34%), y todav¨ªa m¨¢s amplia (96%), la de quienes se manifiestan partidarios de que los no musulmanes practiquen libremente su religi¨®n. Tambi¨¦n son los m¨¢s fervientes partidarios de aplicar castigos corporales como la flagelaci¨®n o la amputaci¨®n, con un 88%, seguidos de los afganos con el 81 y los palestinos con el 76. Lo mismo sucede con la lapidaci¨®n por adulterio, que aplaude un 89%. Y son algo m¨¢s moderados a la hora de aplicar la pena de muerte a quienes apostaten del islam: un 76% a favor, diez puntos menos que en Egipto.
Pakist¨¢n tambi¨¦n se halla en la franja alta de los pa¨ªses donde hay mayor preocupaci¨®n por el extremismo isl¨¢mico, en perfecta correlaci¨®n con la realidad del pa¨ªs. Un 14% justifica los atentados suicidas, proporci¨®n relativamente baja en comparaci¨®n con pa¨ªses de la misma ¨¢rea como Bangladesh (26%) y Afganist¨¢n ( 39%) y no digamos ya con el caso realmente alarmante de Egipto ( 29%) y sobre todo Palestina (40%), el m¨¢s elevado de los 39 pa¨ªses consultados.
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