Una bomba de tiempo en el s¨²per
El tipo de cambio artificial hace que en Venezuela resulte m¨¢s barato importar que producir La inversi¨®n extranjera cae radicalmente
El aparente fin del enfrentamiento con el conglomerado de empresas Polar ¡ªun gigante del sector de la alimentaci¨®n venezolano¡ª no resolver¨¢ los problemas estructurales del abastecimiento en Venezuela. Con una econom¨ªa controlada desde hace 10 a?os, con un r¨ªgido control de precios de los productos de la cesta b¨¢sica que solo son aumentados mediante decreto del Ejecutivo, el Gobierno ha instaurado un modelo que de acuerdo con los analistas ha llevado al pa¨ªs al borde del colapso. En Venezuela resulta m¨¢s barato importar que producir debido a la sobrevaluaci¨®n de la moneda y a la falta de incentivos.
En 2007 el gobierno del presidente Hugo Ch¨¢vez inici¨® un masivo plan de nacionalizaciones de sectores que consideraba estrat¨¦gicos para el desarrollo del pa¨ªs. Hoy controla la industria el¨¦ctrica, la petrolera, la cementera, ha incursionado en la venta al por menor haci¨¦ndose con el control de cadenas de supermercados, ha intervenido siete millones de hect¨¢reas, de acuerdo con c¨¢lculos realizados por el hoy canciller El¨ªas Jaua en abril de 2012, cuando era ministro de Agricultura y Tierras, y controla la operaci¨®n de los puertos, por donde llega buena parte de los alimentos.
Como consecuencia de esas decisiones, el Ejecutivo se ha visto desbordado para satisfacer la demanda. Resulta muy tentador importar o simular que se importa mediante d¨®lares preferenciales antes que arriesgarse a perder lo invertido. Los empresarios se quejan de la falta de garant¨ªas para hacer negocios y la inversi¨®n extranjera ha ca¨ªdo a niveles dram¨¢ticos. El ranking Doing Business del Banco Mundial no ha sido indiferente a ese entramado tejido por el chavismo. De acuerdo con su m¨¢s reciente escalaf¨®n, en 2012 Venezuela ocupaba el puesto 177 entre 183 pa¨ªses, por debajo de Hait¨ª. Abrir una empresa en este pa¨ªs cuesta no menos de 140 d¨ªas. Una pesadilla que nada tiene que envidiar al El Proceso de Kafka.
Antes de conciliar o de modificar el modelo socialista, el Gobierno ha preferido profundizar la inspecci¨®n a la empresa privada con la idea de fijar los m¨¢rgenes de ganancia e importar todo aquello que no se produce en el pa¨ªs. Sirva esta cifra para ilustrar el drama local: el 96% de las divisas que ingresan al pa¨ªs provienen de la venta de petr¨®leo. El mi¨¦rcoles, en v¨ªsperas de la reuni¨®n con Empresas Polar, la presidenta del Instituto para la Defensa de Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios (Indepabis), Consuelo Cerrada, inform¨® que debido al aumento de los precios de los productos regulados iniciar¨ªan una batida para sancionar a todo aquel comerciante que vendiera m¨¢s caro de lo estipulado. ¡°La voz del pueblo nos llama a combatir ese tipo de irregularidades¡±, dijo. De acuerdo con sus c¨¢lculos, el Estado hab¨ªa supervisado la venta de 20.387 toneladas de alimentos. Para ello hay que hacer largas filas. Un ejemplo de eso se vivi¨® en un supermercado de Valencia, en el estado de Carabobo, cuando una multitud desesperada rompi¨® las cajas de pollos provenientes de Brasil para adquirirlos de acuerdo con un riguroso plan de venta: no m¨¢s de cuatro kilos es lo permitido.
Los venezolanos que viajan al exterior suelen ahora visitar los supermercados para evocar los tiempos en que hab¨ªa libertad para elegir. Algunos se toman fotos y las mandan a sus familiares. Esto es un reflejo del m¨¢s reciente reporte del Banco Central de Venezuela (BCV). En los cuatro primeros meses de 2013, el desabastecimiento se ubic¨® entre 19% y 21,3%, mientras que la inflaci¨®n acumulada al cierre de abril lleg¨® a 12,5%. El Gobierno tambi¨¦n ha reaccionado incrementando el aumento del precio regulado pagado al productor y al mayorista de pollo, carne de res, leche y queso. Con ello y con la pretendida eficiencia que pide el presidente Maduro esperan desactivar esta bomba de tiempo.
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