El proceso de paz colombiano entra en el terreno de la campa?a presidencial
La negociaci¨®n con las FARC ya es un tema de las elecciones que habr¨¢ en menos de un a?o
Despu¨¦s de seis meses de iniciadas las negociaciones entre el Gobierno de Colombia, presidido por Juan Manuel Santos, y la guerrilla de las FARC en La Habana, la lentitud del mismo ha acentuado la polarizaci¨®n, y el tema empieza a ser un asunto de la pr¨®xima campa?a presidencial.
Santos anunci¨® el viernes que quiere que su pol¨ªtica de paz sea reelegida, destapando as¨ª su intenci¨®n de postularse a un segundo mandato. Las FARC, por su parte, han manifestado que el mandatario est¨¢ en su derecho de ser reelegido y esperan que se d¨¦ continuidad al proceso de paz.
Aunque al inicio de las conversaciones el mandatario colombiano anunci¨® p¨²blicamente que aspiraba ponerle fin al conflicto armado antes de finalizar el 2013, ni el m¨¢s optimista de los colombianos considera que se pueda lograr un acuerdo este a?o. Lo que preocupa a quienes est¨¢n a favor de una paz negociada es que de no ser Santos, es incierto que otro presidente apoye el proceso. Y m¨¢s cuando la oposici¨®n uribista ¨Cligada al expresidente ?lvaro Uribe¨C y algunos de sus precandidatos a la presidencia han venido bombardeando las conversaciones con cierto grado de efectividad.
Con las elecciones presidenciales a un a?o de distancia, esta podr¨ªa ser una de las razones por las que Santos decidi¨® anticiparse a hablar de reelegir sus pol¨ªticas como una estrategia para blindar la continuidad de los di¨¢logos en La Habana.
Con el paso de los meses, las voces en contra se han venido sumando. Para el uribismo el actual proceso traer¨ªa impunidad si se logra firmar un acuerdo con las FARC. Uno de los m¨¢s cr¨ªticos ha sido el exvicepresidente y hoy precandidato presidencial Francisco Santos, que se opone a la participaci¨®n de las FARC en pol¨ªtica y ha dicho que al gobierno lo que le interesa es ¡°la paz a cualquier costo¡±.
El procurador general, Alejandro Ord¨®?ez, tambi¨¦n est¨¢ en la lista de los que creen que no se puede negociar la paz con impunidad. ¡°Reducciones sustanciales de la pena claro que s¨ª, pero no impunidad como hoy se plantea, como hoy se cree, como algunos sectores hoy aspirar¨ªan¡±, dijo en un foro, haciendo referencia a la posibilidad de que los desmovilizados de las FARC no paguen c¨¢rcel y puedan participar en pol¨ªtica.
Este tema tambi¨¦n genera gran resistencia en la opini¨®n p¨²blica. Aunque ya se ha empezado a debatir en Colombia la forma en la que la guerrilla participar¨ªa en pol¨ªtica tras firmar la paz, algo que ha sido respaldado por partidos pol¨ªticos y movimientos sociales, las encuestas m¨¢s recientes muestran que el 67% de los colombianos no lo ve con buenos ojos.
El gobierno de Santos no lo tiene f¨¢cil, ya que a la polarizaci¨®n se suma que no ha logrado imprimirle un mayor ritmo a las negociaciones. Desde principios de 2013, el mismo presidente y sus voceros en La Habana han presionado a las FARC para que le den agilidad a los di¨¢logos, pero lo cierto es que, tras ocho ciclos de conversaciones, a¨²n no se ha terminado la discusi¨®n del primer punto de una agenda de seis, que se centra en el dif¨ªcil tema de lo agrario, epicentro del conflicto colombiano. Ambas partes han dicho que avanzan y que al final del noveno ciclo tendr¨¢n el primer acuerdo firmado.
Es precisamente esta falta de acuerdos lo que ha provocado que los colombianos hayan pasado del optimismo al escepticismo. El proceso arranc¨® con una esperanza de ¨¦xito del 77%, pero en abril, seg¨²n la medici¨®n de la ¨²ltima encuesta, el pesimismo sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo con las FARC lleg¨® al 52%. Esta cifra tuvo un poco de ox¨ªgeno luego de la marcha por la paz que se realiz¨® el 9 de abril, que reuni¨® a cerca de 900.000 personas.
Uno de los motivos de mayor tensi¨®n durante los seis meses que lleva el proceso se registr¨® a finales de enero de este a?o cuando las FARC anunciaron que seguir¨ªan secuestrando uniformados. En ese momento tuvieron cautivos a dos polic¨ªas y a un soldado que fueron liberados tras la crisis que provoc¨® su secuestro. Que la guerra contin¨²e en medio de la negociaci¨®n es un tema que los colombianos no terminan de asimilar. Este ha sido uno de los puntos en los que Santos se ha mostrado m¨¢s radical ya que ha insistido en que no habr¨¢ un cese al fuego hasta que no se firme el fin de la guerra.
Aunque al principio Santos hablada de paz pero tambi¨¦n amenazaba con levantarse de la mesa si no se avanzaba ¨Calgo que fue interpretado como perjudicial para el proceso¨C, el mandatario colombiano ha mostrado en los ¨²ltimos meses que la paz es su gran apuesta. Su equipo tambi¨¦n ha empezado a mostrar las ventajas de un resultado exitoso y trabaja para que la opini¨®n crea en el proceso. El Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, ha insistido en los ¨²ltimos d¨ªas en que se est¨¢ ante un momento de decisiones que ¡°solo se presenta una vez en una generaci¨®n¡±.
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