Democracias recortadas
La Comisi¨®n prefiere ignorar los efectos devastadores de las pol¨ªticas de ajuste
Armada de sus nuevos poderes en pol¨ªtica econ¨®mica, la Comisi¨®n Europea pone todo su celo en imponer a los Estados miembros de la UE la estricta prioridad de controlar su d¨¦ficit p¨²blico. Los gobiernos se ven obligados a severos recortes de su gasto para evitar los procedimientos sancionadores por d¨¦ficit excesivo impulsados por la Comisi¨®n. La ideolog¨ªa dominante prefiere ignorar los efectos devastadores de tales recortes sobre la demanda, el empleo y los ingresos por impuestos. La Comisi¨®n, adem¨¢s, sanciona planes que conllevan recortes a principios democr¨¢ticos y derechos fundamentales sin contribuir significativamente al ahorro. Ante la disyuntiva entre democracia y ortodoxia econ¨®mica, la Comisi¨®n se inclina por la segunda.
Un ejemplo es Hungr¨ªa, inmersa en un proceso sancionador por d¨¦ficit excesivo. La semana pasada Viktor Orb¨¢n, el primer ministro h¨²ngaro, anunci¨® nuevas medidas para atajarlo. Entre ellas, un nuevo impuesto sobre publicidad en los medios, con escaso impacto presupuestario. El efecto inmediato de este impuesto, que sube en proporci¨®n al tama?o de los ingresos publicitarios, es hacer inviables comercialmente a RTA-Club y TV2, dos canales que suman la mayor parte de la audiencia de televisi¨®n privada. El primero ya anunci¨® que se marchar¨¢ del pa¨ªs a emitir desde Luxemburgo, como han hecho ya otras televisiones; el segundo, que sus actuales propietarios quieren vender, deja de ser atractivo para los inversores suecos que lo codiciaban y es muy probable que acabe en manos de su otro pretendiente, Zsolt Nyerges, un oligarca muy cercano al Gobierno. Con la excusa de cumplir con el d¨¦ficit, Orb¨¢n acalla as¨ª a las voces cr¨ªticas. La Comisi¨®n, mientras, se fija en si los n¨²meros cuadran. Hay que recordar que, entre los cambios legislativos de dudosa legitimidad democr¨¢tica, el que impuls¨® un proceso fulminante de la Comisi¨®n ¡ªque finalmente oblig¨® a Budapest a rectificar¡ª no fue el ataque al sistema judicial o a la libertad de prensa, sino el intento de limitar la independencia del Banco Central.
Los recortes est¨¢n afectando seriamente a un tema tan fundamental como es el acceso a la justicia. En Espa?a la introducci¨®n de nuevas tasas judiciales amenaza con dificultar e incluso cerrar el acceso a la justicia a cientos de miles de personas; la reciente reducci¨®n de un 80% del importe de algunas de esas tasas no fue el resultado de la presi¨®n de la Comisi¨®n, sino de las protestas. En Reino Unido las medidas de austeridad de la coalici¨®n conservadora-liberal han afectado a la asistencia legal gratuita, de la que han quedado excluidos gran cantidad de casos; la semana pasada cientos de abogados se manifestaron en Londres ante un ata¨²d con la leyenda ¡®RIP Asistencia Legal¡¯ para protestar por la nueva decisi¨®n del Ministerio de Justicia de recortar el presupuesto de asistencia legal en casos criminales. Con menos presupuesto para tribunales, asistencia legal y apoyo complementario para personas con discapacidades u otras dificultades (por ejemplo, con necesidad de traducci¨®n) el acceso universal y equitativo a la justicia est¨¢ en entredicho en cada vez m¨¢s pa¨ªses europeos.
Los recortes se ceban en los m¨¢s vulnerables mucho m¨¢s all¨¢ de la pura l¨®gica de los n¨²meros. En muchos casos es probable que los recortes de hoy a?adan enormemente a las facturas de ma?ana. Negar la asistencia m¨¦dica a los inmigrantes sin residencia legal, como lo han empezado a hacer Espa?a y Grecia en el contexto de los recortes, elimina una parte rid¨ªcula del agujero presupuestario actual, pero causa un sufrimiento humano innecesario, crea riesgos de salud p¨²blica (recuerden que el senegal¨¦s Alpha Pam muri¨® en Mallorca sin tratamiento para una enfermedad altamente contagiosa, la tuberculosis) y generar¨¢ costes adicionales cuando personas sin seguimiento m¨¦dico acaben en urgencias. La eliminaci¨®n, en nombre del ahorro, de la provisi¨®n gratuita de jeringuillas para heroin¨®manos en Ruman¨ªa y Grecia ha resultado en una epidemia de HIV-SIDA cuyos efectos y costes se sentir¨¢n durante a?os; lo mismo pasar¨¢ con el fin de la vacunaci¨®n infantil gratuita y universal en Grecia.
No pasa un mes sin que otro gobierno europeo anuncie un nuevo paquete de recortes. Con ellos se esfuman derechos sociales duramente adquiridos y se evaporan las esperanzas de millones de familias. Los gobiernos aprovechan para eliminar trabas a la acci¨®n del Estado y adoptar medidas que se ceban en los m¨¢s d¨¦biles y los que menos pueden hacer o¨ªr su voz. La Comisi¨®n Europea, guardiana de los tratados en una Uni¨®n Europea cuya Carta de Derechos Fundamentales est¨¢ siendo pisoteada una y otra vez, mantiene la ficci¨®n de una l¨®gica econ¨®mica inexorable como baremo ¨²nico. Mientras Olli Rehn, Comisario de Asuntos Econ¨®micos y Monetarios, y su equipo le dan a la calculadora, algunos aprovechan la coartada para recortarnos nuestras democracias.
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