Rev¨¢lida
A menos de un a?o de las elecciones, la Uni¨®n Europea debe superar cuatro asignaturas pendientes
Falta menos de un a?o para que la Uni¨®n Europea vaya a las urnas, una dura prueba al final de cinco a?os tumultuosos. Tras el peor lustro de la historia de la integraci¨®n europea, elegiremos a los europarlamentarios a la vez que varios estados miembros convocan elecciones legislativas, locales o presidenciales. Las alarmas se han disparado ante la posibilidad que abstenci¨®n y voto de protesta certifiquen el divorcio definitivo entre opini¨®n p¨²blica e instituciones europeas. En el examen de rev¨¢lida previsto para el 22 a 25 de mayo de 2014, la UE debe aprobar cuatro asignaturas, y en todas ellas lleva un retraso preocupante.
La primera es la participaci¨®n electoral. Desde que, en 1979, se empez¨® a elegir de modo directo al Parlamento Europeo, el porcentaje de participaci¨®n no ha dejado de caer. En la ¨²ltima cita, en 2009, la participaci¨®n total fue un exiguo 43% y en ocho estados ni siquiera vot¨® un tercio del censo electoral. Nunca fuimos tan conscientes de los defectos y limitaciones del actual modelo de integraci¨®n europea como en estos a?os de crisis, ni fue tan tangible el impacto de las decisiones europeas sobre millones de hogares. A pesar de todo ello, se teme que la abstenci¨®n vuelva a ser la opci¨®n mayoritaria, tal vez en mayor proporci¨®n que en 2009. Un Parlamento con m¨¢s poderes que nunca y con retos de enorme calado pol¨ªtico (como el de completar la Uni¨®n Econ¨®mica) podr¨ªa quedar seriamente tocado por una participaci¨®n abismal.
La segunda asignatura es el europe¨ªsmo. La crisis afecta a un n¨²mero creciente de Estados miembros y pone en jaque a los partidos tradicionales, en particular socialdem¨®cratas y conservadores. El voto de protesta podr¨ªa articularse en otras opciones europe¨ªstas como liberales o verdes, pero es f¨¢cil que los que m¨¢s se movilicen en una campa?a marcada por la abstenci¨®n sean los m¨¢s radicalizados. Las opciones populistas a derecha e izquierda y, sobre todo, nacionalistas xen¨®fobos y euroesc¨¦pticos, se frotan las manos ante tal escenario. Desde los pa¨ªses n¨®rdicos a Grecia, pasando por Centroeuropa, Francia y Reino Unido, las elecciones pueden ser un trampol¨ªn para las opciones m¨¢s hostiles a la integraci¨®n. Con un Parlamento Europeo lleno de anti-europeos o de diputados hostiles a principios fundamentales como la no discriminaci¨®n y a logros como la libre circulaci¨®n quedar¨ªa tocada de muerte la tradicional ecuaci¨®n europea en la que tres de las cuatro instituciones (Tribunal, Comisi¨®n y Parlamento) actuaban de motores de integraci¨®n y de guardianes de los valores.
Las alarmas se han disparado ante la posibilidad de que abstenci¨®n y voto de protesta certifiquen el divorcio definitivo entre opini¨®n p¨²blica e instituciones europeas
La tercera asignatura es una muy espec¨ªfica: Hungr¨ªa, que celebrar¨¢ elecciones legislativas simult¨¢neas a las europeas. Tras obtener en 2010 mayor¨ªa de dos tercios del Parlamento, el gobierno de Viktor Orban ha modificado la Constituci¨®n y las leyes del pa¨ªs para consolidar su poder en todas las esferas, incluidas la medi¨¢tica y la judicial, para d¨¦cadas. A pesar de haber violado principios democr¨¢ticos fundamentales, el Gobierno de Fidesz ha sorteado sanciones y aislamiento con la inestimable ayuda del Partido Popular Europeo. Si, tras haber violado el pacto democr¨¢tico b¨¢sico, Orban logra en 2014 perpetuarse en el poder con una victoria en las urnas, se consolidar¨¢ en el coraz¨®n de la UE un peligros¨ªsimo precedente que amenaza su futuro como espacio de democracia. Sus vecinos, Robert Fico en Eslovaquia y Victor Ponta en Ruman¨ªa, ya le siguen algunos pasos, con m¨¢s discreci¨®n, en el seno de la familia socialista.
La ¨²ltima asignatura para la rev¨¢lida es el cambio pol¨ªtico. Si, tras un resultado electoral que refleja descontento, desconfianza y desilusi¨®n, el contenido de la pol¨ªtica europea sigue siendo b¨¢sicamente el mismo, el sistema pol¨ªtico de la UE est¨¢ gripado. ?Para qu¨¦ hacer una elecci¨®n si el rumbo pol¨ªtico viene ya pre-determinado? ?Qui¨¦n va a creer en el poder de su voto si los actores centrales de la UE dan por descontado que el resultado electoral no va a tener ninguna influencia en el curso de una pol¨ªtica que ellos dan por ¡®inevitable¡¯? Que el voto de los ciudadanos reflejado en el resultado electoral sirva para elegir al Presidente de la Comisi¨®n es muy poca cosa comparado con la posibilidad real de decidir un cambio de rumbo pol¨ªtico.
A un a?o vista, aprobar estas cuatro asignaturas parece un sue?o inalcanzable. Dejarse una o dos suspendidas ser¨ªa ya un problema may¨²sculo. Pero si la Uni¨®n Europea, en mayo de 2014, no es capaz de afrontar satisfactoriamente ninguna de estas cuatro pruebas, el fin del apoyo ciudadano a las instituciones europeas, y en general al proceso integrador, parece inexorable. Quedan once meses de preparaci¨®n para esta dura rev¨¢lida, un tiempo en el que los pol¨ªticos que de verdad crean en el sue?o europeo tendr¨¢n que escuchar m¨¢s que hablar, rectificar m¨¢s que pontificar. Tal vez sea pedirles demasiado en un a?o electoral.
S¨ªgueme en @jordivaquer
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.