Samar¨¢s se derechiza por momentos
El ¨®rdago del primer ministro griego podr¨ªa precipitar la ruptura de la coalici¨®n de gobierno e incluso la convocatoria de elecciones anticipadas
La ERT es un organismo p¨²blico que ha pasado por las manos de muchos Gobiernos y ha ido cogiendo vicios de unos y de otros. Su sindicato, muy poderoso, intenta preservar los derechos laborales, pero en su reivindicaci¨®n tambi¨¦n entran los privilegios, no de otra manera pueden definirse los sueldos de contratados a dedo: 1,4 millones de euros se repart¨ªan una veintena de consultores especiales, es decir, pol¨ªticos. Aunque haya dado lecciones de periodismo ¡ªla moviola de la ciudadan¨ªa se retrotrae hasta el momento de la ca¨ªda de la dictadura militar, en 1974¡ª, la irrupci¨®n de las televisiones privadas y los tics de casta gubernamental que se gastaba lastraron su credibilidad.
Ello no quita para que haya conocido periodos de extrema independencia, como el del Gobierno del socialista y tecn¨®crata Kostas Simitis, pero los estertores de la ERT, con un sesgo pol¨ªtico muy marcado desde las elecciones de 2012, y dependiente en la pr¨¢ctica de la portavoc¨ªa del Gobierno, han coincidido con la agon¨ªa de un Ejecutivo que asegura tenerlo todo bajo control (¡°lo peor de la crisis ha pasado¡±, repiten asiduamente el primer ministro Samar¨¢s y su ministro de Econom¨ªa), pero que se descompone a ojos vista. El desencuentro entre los partidos que lo forman es m¨¢s que evidente desde el fiasco del proyecto de ley contra el racismo, que explica muchas cosas y que fue torpedeado precisamente por Nueva Democracia, el partido de Samar¨¢s.
El desencuentro entre los partidos que forman el tripartito es evidente desde el fiasco de la ley contra el racismo
El conservador se lo juega todo a una carta, la del cierre de la tele p¨²blica. Entre hoy y ma?ana, deb¨ªa presentar a la troika una lista de 2.000 despidos ¡ªcondici¨®n indispensable para recibir el siguiente tramo de ayuda¡ª, y ha optado por la soluci¨®n m¨¢s f¨¢cil: la ERT como un pack completo. Samar¨¢s ha tirado por la calle del medio herido en su amor propio por el fiasco de la venta de la empresa p¨²blica de gas natural a los rusos, y cuando las encuestas de intenci¨®n de voto le son cada d¨ªa un poquito m¨¢s favorables, si bien en re?ida competencia con la izquierdista Syriza. Como tercera fuerza, ojo al dato, aparece invariablemente el partido neonazi Aurora Dorada, el ¨²nico entre las fuerzas griegas que ha respaldado la decisi¨®n personal de Samar¨¢s de cerrar la ERT.
La menci¨®n de los neonazis no es gratuita: si la baraja se rompe, y hay elecciones anticipadas ¡ªlos rumores son incesantes, si Pasok y Dimar insisten en su rechazo al plan de reestructuraci¨®n de la ERT¡ª, Samar¨¢s conf¨ªa en poder gobernar en solitario. ?C¨®mo? Como ha venido haciendo estos ¨²ltimos meses, derechiz¨¢ndose a marchas forzadas, por ejemplo torpedeando la citada ley antirracista ¡ªque demandaban organismos como el Consejo de Europa para poner coto a la violencia xen¨®foba¡ª o la menos conocida ley de nacionalidad, que dotaba a la segunda generaci¨®n de inmigrantes, los nacidos ya en Grecia, de la ciudadan¨ªa mediante el derecho vigente hasta entonces del ius soli (un logro socialista). ¡°Samar¨¢s no es un racista, pero s¨ª un parlamentario de extrema derecha¡±, confiesa un antiguo director de Informativos de la cadena p¨²blica. Huida hacia adelante o ataque de p¨¢nico, Samar¨¢s se ha puesto a s¨ª mismo en un brete que puede llevarle a las urnas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.