Brasil ya tiene sus indignados
El inesperado movimiento de protesta de los j¨®venes nace a tientas, con los pol¨ªticos asustados y las fuerzas del orden muy dispuestas a reprimirlo
A pesar de que Brasil es un pa¨ªs envidia de muchos, lleno de riquezas, posibilidades de trabajo y vocaci¨®n emprendedora, con una democracia de las m¨¢s consolidadas del continente y hasta de los Brics, muchos se extra?aban de que no hubiese en ¨¦l un movimiento de indignados como hoy existe hasta en las mejores democracias del mundo.
Era considerado extra?o que en un pa¨ªs en desarrollo, que est¨¢ eliminando pobreza y acortando diferencias sociales, los j¨®venes nunca salieran a la calle para protestar, por ejemplo, contra la corrupci¨®n pol¨ªtica o para mejorar los servicios p¨²blicos, la educaci¨®n y la salud, que muestran a¨²n ¨ªndices, a veces, de Tercer Mundo.
De repente, la nimiedad del aumento de 20 c¨¦ntimos de real en los transportes p¨²blicos ha hecho saltar la chispa y la gente se ha echado a la calle, no contra sus gobernantes, a los que a¨²n conceden altos ¨ªndices de confianza, sino para intentar mejorar lo ya conquistado en los ¨²ltimos 20 a?os.
No es posible a¨²n prever si el movimiento inicial, que ha comenzado te?ido de violencia y actos de vandalismo callejera, se consolidar¨¢ o no. Ni es posible parangonarlo con las protestas de la llamada primavera ¨¢rabe, porque en Brasil, como en Espa?a, Italia o Grecia, los indignados no han salido a la calle para derrotar a una dictadura, sino para ensanchar los espacios democr¨¢ticos y exigir mayor calidad de vida.
Quiz¨¢s por ello, habr¨¢n podido chocar al mundo las im¨¢genes de la noche del jueves, sobre todo de las manifestaciones de S?o Paulo, reprimidas duramente por la polic¨ªa. Daban, en efecto, la impresi¨®n de que hab¨ªan ocupado la ciudad con todo el despliegue de sus fuerzas no para aislar a los posibles v¨¢ndalos, sino para evitar la misma manifestaci¨®n. Habr¨¢ podido extra?ar tambi¨¦n ver a las fuerzas policiales de S?o Paulo actuar contra un grupo de manifestantes que ped¨ªan mejores transportes p¨²blicos, y m¨¢s baratos, como si estuvieran liberando de traficantes de drogas a una favela violenta de R¨ªo.
Se intent¨® desacreditar a los manifestantes alegando que no representaban a la mayor¨ªa de la poblaci¨®n, pero un sondeo de Datafolha revel¨® este viernes que esa mayor¨ªa estuvo a favor de ellos, aunque condenan tambi¨¦n los actos de vandalismo.
Brasil tendr¨¢ a partir de ahora que convivir con las exigencias de una ciudadan¨ªa que parece haberse despertado del largo letargo de un periodo de vacas gordas, pero que los j¨®venes que no vivieron la dictadura quieren a¨²n mejorar. No quieren solo bonanza, quieren mejor calidad de vida.
El nuevo e inesperado movimiento de los indignados brasile?os nace a¨²n a tientas, sin experiencia, con los pol¨ªticos asustados y las fuerzas del orden dispuestas a reprimirlo. Deber¨¢ irse perfeccionando.
Las fuerzas del orden deber¨¢n entender que est¨¢n en la calle para defender el derecho de manifestaci¨®n en una democracia. La represi¨®n de un pu?ado de revoltosos radicales y violentos que se aprovechan como siempre del r¨ªo revuelto debe obedecer a la defensa de los j¨®venes que luchan por una mayor democracia.
Y eso, para unas fuerzas del orden como las de Brasil, preparadas y acostumbradas a combatir otras violencias mucho mayores, es una ni?er¨ªa.
Ya es un paso adelante que el alcalde de S?o Paulo, Fernando Haddad, del gubernamental Partido de los Trabajadores (PT), haya tenido el coraje de confesar que la violencia de la pasada madrugada en la ciudad ¡°fue tristemente obra de la violencia policial¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.