La reforma de Pemex tensa al m¨¢ximo al principal partido de la izquierda mexicana

Las tribus perredistas hacen sonar los tambores de guerra. El Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD), la m¨¢s importante organizaci¨®n en M¨¦xico desde su fundaci¨®n en 1989, est¨¢ dividido en una serie de grupos conocidos como tribus, y la tensi¨®n entre ellas ha alcanzado un punto m¨¢ximo. Y aunque se necesita muy poco para que las corrientes en el interior del PRD choquen, esta vez lo que est¨¢ en juego es toral: ?Hasta d¨®nde llegar¨¢ el apoyo de la dirigencia perredista al presidente Enrique Pe?a Nieto en su iniciativa para reformar Petr¨®leos Mexicanos? La respuesta, m¨¢s all¨¢ de definir el perfil de la izquierda mexicana, afectar¨¢ el mapa econ¨®mico del pa¨ªs entero.

La tormenta ha iniciado en Londres. De visita en la capital brit¨¢nica, el presidente Pe?a Nieto convers¨® con el Financial Times. El diario public¨® que dentro de esa charla, el presidente de M¨¦xico ofreci¨® que la reforma a Pemex incluir¨¢ ¡°los cambios constitucionales necesarios para dar certidumbre a los inversionistas privados¡± y que para lograr eso contaba con el Pacto por M¨¦xico, el calendario de 95 reformas firmado con el PRD y el Partido Acci¨®n Nacional (PAN), junto con el gobernante PRI, ¡°los m¨¢s importantes partidos¡± en palabras de Pe?a Nieto al peri¨®dico brit¨¢nico.

La declaraci¨®n del presidente mexicano, que implicaba la modificaci¨®n al art¨ªculo 27 Constitucional para permitir a Pemex pagar con reservas petroleras proyectos de exploraci¨®n, desat¨® una crisis en el PRD cuando el exalcalde de la ciudad de M¨¦xico, Marcelo Ebrard, adem¨¢s de acusar a Pe?a Nieto de querer privatizar Pemex, declar¨® a EL PA?S que por ese motivo su partido ¡°tiene una crisis de confianza¡± y demand¨® la realizaci¨®n de un congreso del PRD para que su presidente, Jes¨²s Zambrano, informe de ¡°los acuerdos en el Pacto a los que se refiere Pe?a¡±. (Zambrano forma parte de la tribu Nueva Izquierda, mejor conocida como Los Chuchos, pues la dirigen tanto ¨¦l como Jes¨²s Ortega. En M¨¦xico a quien se llama Jes¨²s se le dice Chucho).

¡°Exijo a Marcelo responsabilidad; si no hay diferencias, que no las invente conmigo¡±, respondi¨® Zambrano por medio de su cuenta de twitter. La batalla interna en el PRD estaba servida. Ebrard tuvo luego una serie de entrevistas en las se lanz¨® tanto contra Pe?a Nieto, a quien ha pedido tener un debate este martes, como contra la direcci¨®n de su partido. El ex jefe de Gobierno del DF incluso ha iniciado coqueteos con Izquierda Democr¨¢tica Nacional, del pol¨¦mico profesor Ren¨¦ Bejarano y viejos adversarios de Los Chuchos.

La pugna ha subido de color y Zambrano ha descalificado a Ebrard ¨C¡°anda como borracho de cantina, por debajo de las meses y preguntando qu¨¦ me miras para lograr pleito con alguien que ni siquiera quiere pleito¡±--, pero el PRD ha convocado a algunos de sus notables, entre ellos el ingeniero Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas, fundador y m¨¢xima figura del partido, para discutir este martes el tema de la reforma energ¨¦tica. A ¨²ltima hora, Ebrard tambi¨¦n ha sido convocado.

¡°Hay pol¨ªticos que ahora utilizan a Pemex para vivir y sobrevivir pol¨ªticamente. Es una locura que alguien suponga seriamente que Pemex pasar¨¢ a manos privadas. Eso nadie lo quiere, ni los neoliberales. Pero hablar de privatizaci¨®n de Pemex da alguna renta pol¨ªtica. Hablar en contra de privatizar Pemex es como hablar contra los que quisieran llevarse el lienzo de la virgen de Guadalupe a la catedral de San Patricio¡±, ha comentado a este diario Jes¨²s Ortega, quien forma parte del consejo rector del Pacto por M¨¦xico y a quien de hecho se le considera uno de los autores de esa alianza.

¡°El asunto est¨¢ en como preservar la renta petrolera aun con participaci¨®n privada en algunas ¨¢reas (que ya se da, por cierto). No debe haber contratos de servicios en donde paguemos con porcentaje de lo extra¨ªdo. Demos m¨¢s incentivos, pero no crudo¡±, explic¨® Ortega. El viernes pasado, en su cuenta de twitter, hab¨ªa escrito que ¡°El PRD debe alejarse del extremismo neoliberal que todo quiere privatizar y del extremismo neoizquierdista que nada quiere que cambie¡±.

Pemex, nacionalizada en 1938 por el presidente L¨¢zaro C¨¢rdenas, representa en la actualidad una tercera parte de los ingresos de M¨¦xico, con una carga fiscal sobre sus ventas o ingresos que en 2012 alcanz¨® el 67,4%, una proporci¨®n muy superior a la de otras compa?¨ªas petroleras extranjeras como la venezolana PDVSA (39,9%) o la noruega Sattoil (19%).

En el a?o 2000 Pemex era la sexta petrolera del mundo y ahora ocupa el puesto und¨¦cimo. Su producci¨®n ha ca¨ªdo en los ¨²ltimos a?os de 3,4 millones de barriles a tan solo 2,6 millones y su capacidad de refino es tan limitada que M¨¦xico debe importar gasolina de Estados Unidos. A lo largo de varios sexenios ha tenido deficiente gesti¨®n y la merma un voraz sindicato y una red de contratistas y comisionistas que son un obst¨¢culo para su reforma.

Ahora el PRD deber¨¢ definir qu¨¦ tipo de reforma quiere para Pemex, y medir si en ello no le va la supervivencia. La postura de Ebrard, calificada como oportunista (su peso tribal al interior del partido es menor), es secundada por quienes como ¨¦l han criticado el apoyo de su partido al Gobierno del PRI. Mientras que los Chuchos est¨¢n convencidos de que se puede modernizar a la petrolera sin mancillar el nacionalismo ligada a la misma.

En su esquina, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, que sali¨® del PRD hace diez meses, y se opone de forma intransigente a cualquier reforma legal de Pemex ¨Cpara relanzar la compa?¨ªa estatal basta con combatir la corrupci¨®n que le aqueja, ha dicho en las ¨²ltimas horas¡ªaguarda el saldo de la batalla perredista; si sus ex compa?eros se dividen definitivamente, ¨¦l habr¨¢ ganado en su solitaria apuesta de ser el m¨¢s importante, si no el ¨²nico, opositor en la izquierda.