El eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil del club de los ricos
El estallido de la burbuja inmobiliaria y los planes de ajuste empujan a Holanda a la recesi¨®n La crisis da alas a los grupos eur¨®fobos, como el partido del antimusulm¨¢n Geert Wilders
El profesor de la Universidad de ?msterdam James Kennedy desgrana en su despacho las dificultades a las que se enfrenta el Gobierno holand¨¦s para cuadrar las cuentas y enderezar una econom¨ªa que se hunde m¨¢s en la recesi¨®n. Al otro lado de la puerta, las estudiantes de Historia Ren¨¦e Legebeke y Cailin Rusbach tambi¨¦n hablan del futuro, pero en su caso los miedos son mucho m¨¢s terrenales. ¡°Cada vez es m¨¢s caro estudiar. Ahora quieren subirnos las tasas y nos van a quitar la tarjeta de transporte gratuita¡±, se queja la primera. ¡°S¨¦ que cuando termine no encontrar¨¦ trabajo como historiadora del arte, pero ahora tengo preocupaciones m¨¢s importantes¡±, sonr¨ªe la segunda.
El pesimismo de los holandeses aumenta a medida que los datos de crecimiento empeoran y que se hace m¨¢s evidente que los sucesivos planes de ajuste del Gobierno no van a lograr el efecto deseado. Poco importa que los par¨¢metros que tanto preocupan a los ciudadanos de la quinta econom¨ªa del euro ser¨ªan un sue?o en otros lugares: pol¨ªticos y ciudadanos hablan horrorizados de que el paro se disparar¨¢ el a?o que viene, seg¨²n la metodolog¨ªa que se emplee, hasta el 7% o el 9%. Son miedos que podr¨ªan sonar a broma a espa?oles o griegos, con un desempleo cercano al 30%, pero constituyen una se?al de alarma para un pa¨ªs acostumbrado a una situaci¨®n muy parecida al pleno empleo.
Mediod¨ªa del martes. Terraza soleada repleta de j¨®venes modernos que trabajan con sus Macs. Joshua Walter, DJ de 31 a?os que pincha una vez al mes en un club barcelon¨¦s, confiesa que el ambiente ha cambiado ¨²ltimamente. ¡°No se puede comparar con lo que pasa en Espa?a. Pero la gente sale mucho menos y las empresas se lo piensan m¨¢s a la hora de invertir en nuevos proyectos¡±, confiesa. La crisis ha llegado al coraz¨®n de la Europa rica, y nadie sabe cu¨¢ndo piensa irse. Los datos hechos p¨²blicos esta semana muestran una recesi¨®n mayor de la esperada. Y es seguro que el compromiso del Gobierno de coalici¨®n entre liberal-conservadores y socialdem¨®cratas de recortar otros 6.000 millones de euros agravar¨¢ los problemas.
El Gobierno debe recortar 6.000 millones pese a que as¨ª agravar¨¢ la crisis
Pese a ser uno de los seis fundadores de la entonces llamada Comunidad Econ¨®mica Europea, los Pa¨ªses Bajos nunca han destacado por su entusiasmo con el proyecto europeo, como se demostr¨® en 2005, cuando sus ciudadanos dieron un rotundo no a la Constituci¨®n europea que nunca lleg¨® a nacer. Pero si los holandeses siempre se han sentido m¨¢s cerca del modelo brit¨¢nico y escandinavo ¡ªEuropa como una gran ¨¢rea de libre comercio¡ª que del monstruo estatista que ven tras los deseos francoalemanes, la crisis ha contribuido a alejarles a¨²n m¨¢s de la vecina Bruselas.
Las ¨²ltimas encuestas apuntan al Partido de la Libertad del antimusulm¨¢n, antieuro, anti-UE y anti casi todo Geert Wilders como el m¨¢s votado si hoy hubiera elecciones. Despu¨¦s vendr¨ªan los liberales de derechas del primer ministro, Mark Rutte, y, en tercera posici¨®n, el moderadamente euroesc¨¦ptico Partido Socialista.
Las habituales informaciones del peri¨®dico De Telegraaf, el m¨¢s le¨ªdo del pa¨ªs, sobre los aprovechados griegos o los pol¨ªticos corruptos espa?oles refuerzan las reservas de los holandeses a los rescates para los pa¨ªses del sur. ¡°Tenemos la impresi¨®n de que pagamos, pero no decidimos¡±, asegura Rene Cuperus, del think tank socialdem¨®crata Wiardi Beckman. Tener a su ministro de Finanzas, el socialdem¨®crata Jeroen Dijsselbloem, como presidente del Eurogrupo constituye para muchos holandeses m¨¢s un problema que un motivo de orgullo. ¡°No tiene margen de maniobra¡±, a?ade Cuperus mientras come un s¨¢ndwich en un bar frecuentado por funcionarios en el centro administrativo del pa¨ªs, La Haya.
El paro es inferior al 7%, pero el pa¨ªs est¨¢ acostumbrado al pleno empleo
¡°Entre los pa¨ªses del norte, somos los que estamos en una situaci¨®n m¨¢s complicada¡±, certifica Johannes Hers, del CPB, el centro oficial de an¨¢lisis econ¨®mico. Precisamente fue su antiguo jefe, Coen Teulings, el que hace tres meses abri¨® fuego en la versi¨®n neerlandesa del debate que sobrevuela toda Europa: el archimencionado antagonismo entre austeridad y crecimiento. ¡°La falta de capacidad del Gobierno de reconocer el da?o causado por la austeridad es un caso de disonancia cognitiva¡±, dispar¨® el director de la agencia p¨²blica. El Gobierno considera, por el contrario, que el ajuste tendr¨¢ que hacerse antes o despu¨¦s; y que por tanto es mejor tragar cuanto antes la p¨ªldora amarga de los recortes. Pero lo peor est¨¢ por llegar. Adem¨¢s de reducir gastos y subir impuestos, Rutte prepara las reformas que le reclama Bruselas. Entre otras, aumentar la edad de jubilaci¨®n, reducir el tiempo de prestaci¨®n por desempleo, facilitar el despido y recortar en lo posible las ayudas para la vivienda en propiedad.
Acabar con la hasta ahora subvencionad¨ªsima compra del ladrillo es uno de los objetivos primordiales. Porque la burbuja inmobiliaria es el factor que hace que la crisis holandesa sea m¨¢s grave que la de otros miembros del club de la triple A. En una r¨¦plica septentrional del modelo espa?ol, los bancos holandeses se empe?aron en dar cr¨¦ditos al primero que apareciera por una sucursal; y los Gobierno contribuyeron con las generosas ventajas fiscales para la compra. ?El resultado? Los precios de las casas han bajado m¨¢s de un 20% desde 2008; y la ca¨ªda no tiene visos de detenerse. M¨¢s de un mill¨®n de familias compr¨® una casa que ahora vale menos que la hipoteca. Como resume el profesor Ewald Engelen: ¡°Las bajadas de precios perjudican a los bancos. As¨ª que no descarto que necesiten m¨¢s dinero p¨²blico¡±.
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