Croacia, un lustro en recesi¨®n y el 52% de paro juvenil
El 61% de los croatas quieren la adhesi¨®n, pero solo el 21% de los que ten¨ªan derecho a voto han participado en las elecciones europeas
La carta de presentaci¨®n de Croacia demuestra que, pese a pertenecer ya a la Uni¨®n Europea, al pa¨ªs a¨²n le aguardan momentos duros. Zagreb ha enfilado en 2013 su quinto a?o de recesi¨®n econ¨®mica, un resultado que en el club comunitario solo supera la maltrecha Grecia. Y el paro alcanza el 18% de la poblaci¨®n activa, con m¨¢s de la mitad de los j¨®venes en busca de ocupaci¨®n, seg¨²n datos de Eurostat, la oficina estad¨ªstica de la Uni¨®n Europea.
Ese cuadro, unido a la imagen general de crisis en el continente, ha debilitado enormemente el entusiasmo por la integraci¨®n. Hace ocho a?os, cuando se iniciaron las negociaciones de adhesi¨®n, el 80% de los croatas quer¨ªan formar parte de la UE. Hoy son el 61%. M¨¢s descorazonador resulta el 21% de ciudadanos con derecho a voto que participaron en las elecciones al Parlamento Europeo celebradas en Croacia el pasado abril, un paso necesario para contar desde ma?ana mismo con diputados en la Euroc¨¢mara.
Al mismo tiempo, el acceso a la Europa comunitaria ha generado algunos episodios esperanzadores. Croacia figura en las clasificaciones internacionales como uno de los pa¨ªses m¨¢s corruptos de Europa (un estudio de Ernst & Young lo sit¨²a en el segundo puesto) y Bruselas ha insistido mucho en mejorar esa parcela. El Gobierno evidenci¨® algunos progresos, hasta el punto de que la justicia logr¨® a finales del a?o pasado dictar 10 a?os de prisi¨®n contra el ex primer ministro Ivo Sanader por corrupci¨®n.
El pa¨ªs aporta al abanico ling¨¹¨ªstico comunitario un nuevo idioma oficial: el croata, que se convierte en el n¨²mero 24 de la UE. Y mantiene, hasta que se considere preparado para acceder al euro, su propia moneda, la kuna. El nombre oficial del pa¨ªs es Hrvatska y la abreviatura que aparecer¨¢ en todas las estad¨ªsticas europeas, HR.
Croacia no se incorpora de momento al espacio Schengen de libertad de movimientos, aunque est¨¢ previsto que lo haga en menos de dos a?os. Respecto a la movilidad laboral de sus trabajadores, est¨¢ por ver si los 27 Estados miembros ¡ªhasta ayer¡ª les abren las puertas, pues pueden imponer restricciones durante un periodo m¨¢ximo de siete a?os, un r¨¦gimen similar al aplicado a Ruman¨ªa y Bulgaria. Lo que s¨ª habr¨¢ desde el primer d¨ªa es libre comercio de bienes, salvo algunas restricciones en productos farmac¨¦uticos.
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