Merkel: ¡°Los ricos podr¨ªan ser muy ¨²tiles. Es lamentable su escasa responsabilidad¡±
La canciller alemana dice que el mercado laboral debe flexibilizarse tambi¨¦n para los mayores, no solo para los j¨®venes "En todo lo que yo hago no existe un enfrentamiento entre un presupuesto saneado y crecimiento", se?ala Merkel
Los gobernantes hablan sobre todo a trav¨¦s de sus hechos, y los de Alemania est¨¢n a la vista. Tambi¨¦n de sus palabras, y esta entrevista con Angela Merkel dice mucho de las prioridades que ella quiere recalcar en una Europa frustrada ante el fracaso de la austeridad y a dos meses de unas elecciones que le imponen buscar y exhibir alg¨²n lado m¨¢s amable. Pero hablan tambi¨¦n a trav¨¦s de sus gestos, de su aspecto y tambi¨¦n de las sedes en las que ejercen ese poder.
Y las gigantescas paredes acristaladas entre las que trabaja la canciller dicen bastante sobre ella, y tambi¨¦n sobre Alemania.
Si Fran?ois Hollande vive y recibe en un Palacio del El¨ªseo en el que las vistas m¨¢s entretenidas desde la ventana enfocan a unas setos finamente recortados y a un servicio de intendencia uniformado m¨¢s o menos como en 1848, asomarse a cualquiera de los ventanales del edificio transparente que alberga la canciller¨ªa es contemplar a los vecinos cogiendo una bicicleta, el autob¨²s, entrando en el edificio del Reichstag para asistir a una sesi¨®n parlamentaria o accediendo a uno de los museos que mantiene vivo el recuerdo del Holocausto. La vida transcurre a la vista y la canciller observa, act¨²a. El mundo gira, y Alemania ha logrado situarse en ¨¦l como una potencia global inmune a la crisis que aumenta sus exportaciones a unos pa¨ªses emergentes que no est¨¢n precisamente esperando al resto de Europa.
Acoplar esta realidad ¡ªla de una Alemania pujante cuyas elecciones suscitan ya la expectaci¨®n propia de una potencia en la que no podemos votar pero cuyo resultado nos afecta¡ª con una opini¨®n p¨²blica europea que se vuelve en contra ante el paro galopante que no cesa es, seguramente, el objeto ¨²ltimo de esta entrevista y de la cumbre sobre empleo que este mi¨¦rcoles re¨²ne en Berl¨ªn a los l¨ªderes europeos. Situar las pol¨ªticas de empleo en el centro del debate, al fin, es atractivo.
Merkel (nacida en 1954, l¨ªder democristiana y jefa del Gobierno alem¨¢n desde 2005) recibe a los peri¨®dicos que conforman el grupo Europa, entre ellos EL PA?S, con ganas de hablar de empleo, pero tambi¨¦n de repartir culpas y responsabilidades por lo que est¨¢ ocurriendo. Ataca a los ricos, ataca a los que se endeudaron y ataca a los que no son capaces de mejorar la competitividad. Puede que las f¨®rmulas para salir de la crisis sean diferentes en cada pa¨ªs, reconoce, pero ning¨²n inversor m¨¢gico nos sacar¨¢ de esto de un plumazo y no saldremos si no comprendemos nuestro lugar en el mundo. La canciller es dura. Pero suave en las formas, elegante en su chaqueta roja, amable y atenta con los invitados y presumida en su levemente perceptible maquillaje. Y, como dec¨ªamos, eso tambi¨¦n habla de ella.
Pregunta. A noventa d¨ªas de las elecciones usted descubre de repente el desempleo juvenil. ?Por qu¨¦ justo ahora? ?Por d¨®nde van los tiros?
Si esperamos a cambiar los tratados europeos ser¨¢ muy tarde. Hay que hacer todo lo posible ahora¡±
Respuesta. Esto me preocupa desde hace tiempo. El a?o pasado abord¨¦ este asunto con los sindicatos y los empresarios, y cuando a principios de este a?o aprobamos en el Consejo de la UE el marco presupuestario para los pr¨®ximos a?os, logramos destinar 6.000 millones de euros exclusivamente a la lucha sistem¨¢tica contra el desempleo juvenil. Adem¨¢s, el presidente Hollande y yo entablamos con representantes de grandes empresas europeas un debate sobre cu¨¢l puede ser su aportaci¨®n en esta cuesti¨®n. Nunca he dejado de hablar con la industria alemana sobre qu¨¦ posibilidades de intervenci¨®n tiene, qu¨¦ medidas, por ejemplo, podr¨ªan adoptar la C¨¢mara de Comercio Germano-Griega o las empresas alemanas en Portugal. Cuando el Parlamento Europeo apruebe dentro de poco el presupuesto, por fin tendremos el dinero adicional necesario para tal fin.
P. Y de paso esta iniciativa mejora la imagen de Alemania. ?Es esa su verdadera intenci¨®n?
R. El desempleo juvenil tal vez sea el problema europeo m¨¢s urgente en estos momentos. Y los alemanes, que desde la reunificaci¨®n tenemos experiencia con una reducci¨®n efectiva del desempleo a trav¨¦s de reformas estructurales, podemos aportar ahora esa experiencia.
P. Hasta ahora tambi¨¦n hab¨ªa dinero, pero el problema del mercado laboral tiene ra¨ªces m¨¢s profundas.
R. As¨ª es, y no podr¨¢ solucionarse ¨²nicamente con dinero, sino solo con reformas prudentes. No es prudente, por ejemplo, que en algunos pa¨ªses se flexibilice el derecho laboral solo para los j¨®venes y no para los mayores que tienen trabajo desde hace tiempo. En per¨ªodos econ¨®micamente dif¨ªciles, esto favorece el desempleo juvenil. Tambi¨¦n necesitamos m¨¢s movilidad en Europa. La ministra federal de Trabajo, Ursula von der Leyen, ha abogado por reforzar considerablemente EURES, la red de cooperaci¨®n entre la Comisi¨®n Europea y los servicios p¨²blicos de empleo. Esta entidad europea de empleo puede ayudar a muchas personas a acceder a una formaci¨®n o un puesto de trabajo en otro pa¨ªs.
P. Con frecuencia no se agotan las ayudas al empleo y la reforma del mercado laboral se ha quedado estancada en muchos pa¨ªses o no rinde frutos. ?Qu¨¦ le hace creer que esta vez va a ser diferente?
R. Con la reuni¨®n de Berl¨ªn vamos a comenzar a intercambiar sistem¨¢ticamente experiencias muy concretas sobre medidas que funcionan. Con los ministros de Trabajo y los encargados de las agencias nacionales de empleo reunimos en este encuentro precisamente a los profesionales del ¨¢rea. Adem¨¢s, en la UE deber¨ªamos buscar un procedimiento uniforme para el establecimiento de empresas, por ejemplo, del sector de la tecnolog¨ªa de la informaci¨®n, en lugar de los 27 o ahora 28 reg¨ªmenes administrativos de ¨¢mbito nacional. Esto animar¨ªa a los inversores mundiales a venir a Europa.
P. Aparte de la excepci¨®n de Pep Guardiola, la realidad es que hay miles de j¨®venes espa?oles que vienen a Alemania, pero que solo encuentran minijobs o precariedad. ?Es este el modelo a seguir?
Que en Alemania los oficios tengan buena reputaci¨®n es muy positivo¡±
R. Los j¨®venes que desean trabajar en otros pa¨ªses de la UE encuentran, en efecto, condiciones muy distintas, unos un buen puesto de aprendizaje o un empleo con perspectivas de futuro y otros, en cambio, trabajos m¨¢s b¨¢sicos. Pero esta experiencia, con el paso del tiempo y una vez que dominen el idioma, les podr¨¢ servir sin duda para cambiar a un trabajo mejor. En todo caso nosotros no tenemos intenci¨®n de ampliar el sector de salarios bajos, puesto que existe una gran demanda precisamente de mano de obra cualificada que no siempre se puede cubrir con trabajadores alemanes, a los que por supuesto primero queremos llegar. Insisto, Europa necesita mayor movilidad en el mercado laboral. Por otro lado, la normalidad con la que se mueven los estudiantes y acad¨¦micos en el mercado interior a¨²n puede mejorarse entre los trabajadores cualificados, para quienes a veces las barreras ling¨¹¨ªsticas, por ejemplo, representan un problema. Por ello queremos abrir las puertas del programa Erasmus de intercambio europeo tambi¨¦n a los aprendices.
P. ?Les asusta la capacidad de protesta pol¨ªtica de la generaci¨®n perdida?
R. Cuando hay defectos, es tarea de los pol¨ªticos adoptar soluciones. La tasa de desempleo juvenil en algunos pa¨ªses es demasiado elevada desde hace muchos a?os y ahora con la crisis ha vuelto a incrementarse. En un continente que envejece esta es una situaci¨®n insostenible. No debe haber ninguna generaci¨®n perdida.
P. ?Existe un modelo alem¨¢n especial para combatir el desempleo juvenil?
R. Aunque hayamos reducido a la mitad el paro juvenil desde 2005, seguimos teniendo problemas, por ejemplo, cuando no todos nuestros j¨®venes que han acabado sus estudios est¨¢n realmente preparados para la formaci¨®n profesional. Tenemos que ocuparnos de ellos y nuestra mejor baza ha sido y sigue siendo el sistema dual, es decir, la combinaci¨®n de formaci¨®n escolar y empresarial. En la actualidad podemos ofrecer un puesto de aprendizaje a todos los j¨®venes que lo deseen. Pero hubo otros tiempos en los que nos vimos obligados a formar a los alumnos en centros independientes de la empresa, es decir, en escuelas-taller. La primera conclusi¨®n que sacamos de ah¨ª es que ning¨²n pa¨ªs tiene que introducir de la noche a la ma?ana el sistema dual en su conjunto y que la formaci¨®n interempresarial puede ser una soluci¨®n. La segunda lecci¨®n que aprendimos es que no debemos centrarnos exclusivamente en la academizaci¨®n de los j¨®venes. El hecho de que en Alemania tambi¨¦n los oficios, los trabajadores cualificados y los maestros artesanos, gocen de muy buena reputaci¨®n tiene efectos muy positivos.
P. Los mercados de trabajo y las caracter¨ªsticas del desempleo en el sur son dif¨ªcilmente comparables con Alemania. ?Se pueden exportar entonces soluciones nacionales?
En ninguna parte se puede acabar con el paro juvenil de un plumazo¡±
R. En ninguna parte se puede acabar con el desempleo juvenil de un plumazo. Despu¨¦s de la unidad alemana, por ejemplo, hubo un tiempo en el que so?aba con que un gran inversor vendr¨ªa a mi circunscripci¨®n y me solucionar¨ªa el problema del 25% de paro de inmediato. Pero por supuesto nunca lleg¨®, y comprend¨ª que las bases hay que sentarlas poco a poco: aqu¨ª diez puestos de trabajo, ah¨ª seis, m¨¢s all¨¢ cinco. Es importante que a nivel local haya asesores experimentados que conozcan a los j¨®venes y los vean con regularidad. Por un lado, hay que darles esperanzas y, por otro lado, incitarlos a esforzarse por ellos mismos.
P. ?Alguna vez en su vida ha temido quedarse en paro?
R. Afortunadamente no. Pero en los primeros a?os de mi labor pol¨ªtica pens¨¦ alguna vez en lo que har¨ªa si de repente se acabara mi carrera pol¨ªtica. Por aquella ¨¦poca me ve¨ªa como directora de una oficina de empleo; es una bonita labor ayudar a la gente a encontrar trabajo.
P. Y ahora se va a convertir en la directora europea de empleo...
R. No, mi labor es bien distinta. Consiste en marcar, desde el punto de vista pol¨ªtico, las pautas adecuadas en Alemania y en Europa junto a mis colegas.
P. Con grandes dificultades. Tomemos el ejemplo de un cervecero griego. Este ha abaratado sus costes laborales un 20 por ciento, pero su cr¨¦dito es dos veces y media m¨¢s caro que en Alemania. ?C¨®mo puede ser competitivo? ?C¨®mo va a contratar a m¨¢s gente?
R. Efectivamente, el problema de los elevados costes de refinanciaci¨®n de las empresas ha resultado m¨¢s persistente de lo que esper¨¢bamos en Europa. Para lograr una soluci¨®n duradera del problema necesitamos mejorar la reglamentaci¨®n del sector bancario y, sobre todo, un sistema central de supervisi¨®n bancaria fiable. De esta forma se puede devolver la confianza a los inversores y a largo plazo contribuir a una mayor reducci¨®n de los intereses.
Elegir directamente al presidente de la Comisi¨®n puede generar problemas en el seno de la UE¡±
P. ?Por qu¨¦ no contaba con el problema de los tipos de inter¨¦s para la financiaci¨®n normal a cr¨¦dito?
R. Porque para nosotros era la primera vez que se le retiraba de forma tan masiva la confianza a los bancos. Con un organismo de supervisi¨®n bancaria a nivel europeo y rigurosas pruebas de estr¨¦s es posible recuperar la confianza.
P. ?No cree necesario acelerar la uni¨®n bancaria?
R. Estamos avanzando en todos los aspectos de la supervisi¨®n bancaria, pero la velocidad sin un orden riguroso no nos sirve de nada. El organismo de supervisi¨®n entrar¨¢ en vigor el a?o que viene. El Banco Central Europeo tiene que contratar a cientos de profesionales altamente cualificados y asegurar su reputaci¨®n como autoridad de supervisi¨®n mediante estrictas pruebas de estr¨¦s. Estamos trabajando en la armonizaci¨®n de los sistemas nacionales de garant¨ªa de dep¨®sitos, si bien el sistema de garant¨ªa de dep¨®sitos alem¨¢n tiene que continuar aplic¨¢ndose y se aplicar¨¢ para Alemania. Adem¨¢s, los ministros de Finanzas acaban de ponerse de acuerdo sobre una Directiva de la UE sobre resoluci¨®n de crisis bancarias. En este sentido para Alemania hay un principio importante: que el control y la responsabilidad deben encontrarse en un mismo nivel. Hay una serie de posibilidades de intervenci¨®n que solo podr¨¢n darse modificando los tratados.
P. Con solo pensar en modificar los tratados a muchos de sus colegas se les ponen los pelos de punta.
R. Con el paso de los a?os no conseguiremos eludir otras modificaciones en los tratados, aunque ahora deber¨ªamos hacer todo lo que sea posible sin necesidad de modificarlos. De lo contrario transcurrir¨ªa demasiado tiempo hasta que ocurriera algo. Somos Estados de derecho y por tanto debemos actuar con arreglo a la ley y el orden y los tratados. Tal fue el caso, por ejemplo, del Mecanismo Europeo de Estabilidad, en el que tuvimos que insistir en una modificaci¨®n limitada del Tratado, y lo mismo ocurre en todos los asuntos relativos a la supervisi¨®n bancaria.
P. De repente Alemania apoya programas de mercado laboral. Se flexibilizan los l¨ªmites de d¨¦ficit. ?Ya hemos superado la ¨¦poca de austeridad?
No hay enfrentamiento entre presupuesto saneado y crecimiento¡±
R. Considero que en todo lo que yo hago no existe un enfrentamiento entre un presupuesto saneado y crecimiento. ?C¨®mo se origin¨® la crisis de la deuda? En algunos pa¨ªses, la deuda era tan elevada que los inversores dejaron de confiar en ellos y de comprar bonos de esos pa¨ªses. Los intereses se dispararon, los pa¨ªses solo se pod¨ªan financiar a unos tipos de inter¨¦s ruinosos. En tales situaciones, un mayor endeudamiento nunca puede ser una soluci¨®n. No, es necesario reducir los d¨¦ficits para que los inversores internacionales recuperen la confianza y vuelvan a generarse m¨¢rgenes financieros para invertir en el futuro. En este aspecto ya hemos experimentado avances sustanciales en Europa.
P. Pero los inversores no se fijan ¨²nicamente en el nivel de endeudamiento.
R. En efecto, otro factor igual de importante es la competitividad del pa¨ªs, su tejido industrial, si cuenta con una administraci¨®n eficiente. Conviene tener en cuenta que no haya un fuerte desajuste entre la evoluci¨®n de los salarios y la productividad. Todo esto nos qued¨® claro en Europa con el impacto de la crisis. Era evidente que las cosas no pod¨ªan continuar as¨ª. Por eso el camino emprendido es correcto: consolidaci¨®n presupuestaria, por un lado, y profundas reformas estructurales, por otro. As¨ª se genera un crecimiento sostenible. Y luego cada pa¨ªs debe plantearse la pregunta concreta de con qu¨¦ puede ganar dinero, qu¨¦ industrias y qu¨¦ servicios quiere. El sector de la construcci¨®n no podr¨¢ soportar por s¨ª solo toda la carga, como tambi¨¦n experimentamos en Alemania cuando lleg¨® un momento tras la reunificaci¨®n en que el auge de la construcci¨®n empez¨® a retroceder.
P. Llama la atenci¨®n, sin embargo, que usted cambia de tono y ahora habla m¨¢s de programas de inversiones que de ahorro.
R. Una cosa va unida a la otra. Siempre he dicho que debemos avanzar paso a paso. Hemos conseguido algunas cosas: los d¨¦ficits en Europa se han reducido aproximadamente a la mitad. Ahora no debemos perder la paciencia.
P. La zona euro es la ¨²nica regi¨®n del mundo que sigue en recesi¨®n. ?D¨®nde est¨¢ el error?
Los ciudadanos saben en qu¨¦ hubo errores. Lamento que precisamente los que nada tuvieron que ver sean los que m¨¢s sufren¡±
R. Cuando en los pa¨ªses en crisis se reduce por necesidad un sector p¨²blico hinchado, cuando se contrae un desmesurado sector de la construcci¨®n, no es de extra?ar que de entrada en el pa¨ªs afectado no pueda existir crecimiento. Pero si mira hacia los pa¨ªses b¨¢lticos, donde tras duros a?os de estrecheces y reformas radicales ahora vuelven a estar en una posici¨®n mucho mejor y todos experimentan de nuevo crecimiento, llegar¨¢ a la conclusi¨®n de que quienes enfocan sus estructuras hacia la competitividad, tambi¨¦n consiguen volver a registrar crecimiento a medio plazo. Tengo la sensaci¨®n de que los ciudadanos de muchos pa¨ªses saben perfectamente cu¨¢les fueron los errores cometidos en sus pa¨ªses en el pasado. Lamento que a menudo sean precisamente los que no tuvieron nada que ver con esos errores, los j¨®venes y los m¨¢s desfavorecidos, quienes hoy m¨¢s padecen las consecuencias. Con frecuencia, las personas con capital ya hace tiempo que han salido del pa¨ªs o cuentan con otras posibilidades para protegerse. Los ricos en los pa¨ªses m¨¢s afectados por la crisis podr¨ªan ser muy ¨²tiles si se comprometieran m¨¢s. Es muy lamentable que parte de las ¨¦lites econ¨®micas asuman tan poca responsabilidad por la deplorable situaci¨®n actual.
P. ?Por qu¨¦ ha querido usted contar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en la lucha contra la deuda? ?No habr¨ªan podido hacerle frente solos los europeos?
R. El FMI tiene m¨¢s experiencia en el trato con pa¨ªses sobreendeudados que ninguna otra instituci¨®n del mundo. Su reputaci¨®n y sus conocimientos nos han beneficiado mucho a los europeos a la hora de negociar los programas de ayuda con los pa¨ªses afectados.
P. Precisamente en las ¨²ltimas semanas el FMI se est¨¢ poniendo cada vez m¨¢s nervioso con respecto a la sostenibilidad de la deuda griega. Los estatutos podr¨ªan obligarle a retirarse. En el peor de los casos, ?quiere esto decir que Europa tambi¨¦n ha de asumir un programa de deuda para Grecia sin el FMI?
R. Grecia ha realizado avances gracias a la orientaci¨®n muy reformista del Gobierno de Samaras. Parto de la base de que la deuda seguir¨¢ siendo sostenible.
P. ?No habr¨¢ por tanto una nueva quita de deuda?
R. Yo no la veo.
P. La influencia que ejerce Alemania en estas cuestiones existenciales preocupa a los ciudadanos del sur de Europa. Temen por la continuidad del orden econ¨®mico al que est¨¢n acostumbrados. ?Tiene que aplicarse todo el mundo el remedio alem¨¢n?
Si alguien quiere estructurar su econom¨ªa de forma distinta a la alemana, no hay ning¨²n problema¡±
R. Si un pa¨ªs quiere estructurar su econom¨ªa de una forma totalmente distinta a la alemana, no hay ning¨²n problema, pues me alegra que de haya diferentes caminos que conduzcan al ¨¦xito. Pero no cabe duda de que nadie puede suprimir la necesidad de ser competitivo y de tener que crear y generar la riqueza. Cuando miro hacia Italia, Espa?a y Grecia, lo que veo son sectores de ¨¦xito muy diversos.
P. Pero que precisamente no son grandes sectores.
R. El tama?o no es el criterio clave para el ¨¦xito. La clave es que todos nos demos cuenta de lo mucho que ha cambiado el mundo. China, la India, Brasil, Corea del Sur y muchos otros pa¨ªses llevan tiempo haci¨¦ndonos la competencia en ¨¢reas que antes domin¨¢bamos nosotros. Debemos reaccionar frente a tal situaci¨®n y cambiar. La Organizaci¨®n Mundial del Comercio nos dice que actualmente la mayor parte del crecimiento del mundo tiene lugar en parte fuera de nuestro continente. O les ofrecemos a esas partes del mundo productos atractivos e innovadores o tendremos que conformarnos con perder cuota de mercado y, con ella, bienestar, y precisamente eso es lo que no quiero ni para Alemania ni para Europa.
P. En el congreso de su partido celebrado en Leipzig en 2011 usted a¨²n promov¨ªa una Europa m¨¢s integrada. Actualmente lo que se recoge en su programa electoral es muy diferente. ?Al final qu¨¦ Europa quiere usted?
R. Como ya he mencionado, a medio plazo en la UE necesitaremos modificar los tratados. Pero ahora tenemos problemas urgentes que abordar con rapidez, con mayor rapidez en cualquier caso de lo que se pueden modificar tratados. En nuestro programa para las elecciones europeas nos ocuparemos m¨¢s intensamente que ahora de las grandes cuestiones institucionales. En el programa para las elecciones generales hemos definido la base para los siguientes pasos necesarios.
P. Usted ya ha abandonado la idea de la elecci¨®n directa del presidente de la Comisi¨®n.
R. En ese tema yo personalmente soy m¨¢s esc¨¦ptica que mi partido, que en 2011 se expres¨® partidario de la elecci¨®n directa. Considero que la elecci¨®n directa del presidente de la Comisi¨®n puede generar problemas en el seno de las instituciones europeas.
Europa no puede pasar p¨¢gina sin m¨¢s con Turqu¨ªa. Los derechos humanos no son negociables¡±
P. En vista de los acontecimientos de las ¨²ltimas semanas, ?qu¨¦ lugar ocupa Turqu¨ªa en Europa?
R. Turqu¨ªa es un socio muy importante y estrecho para nosotros en Europa. Estamos llevando a cabo negociaciones de adhesi¨®n con Turqu¨ªa que constituyen un proceso evolutivo. En vista de lo ocurrido en las ¨²ltimas semanas, Europa no ha pasado sin m¨¢s al orden del d¨ªa, ya que los derechos humanos no son negociables. El compromiso al que se ha llegado, esto es, poder abrir el siguiente cap¨ªtulo de las negociaciones de adhesi¨®n en octubre, una vez que se haya presentado el informe de la Comisi¨®n Europea relativo a los progresos realizados por Turqu¨ªa, corresponde a los dos aspectos.
Entrevista realizada por Stefan Kornelius (S¨¹ddeutsche Zeitung), Kate Connolly (The Guardian), Fr¨¦d¨¦ric Lema?tre (Le Monde), Tasos Telloglou (Kathimerini) , Francesca Sforza (La Stampa) y Berna Gonz¨¢lez Harbour (EL PA?S).
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