?ltimas palabras de reo

La semana pasada, Kimberly McCarthy, de 52 a?os, se tumb¨® en la camilla de la sala de ejecuciones de la prisi¨®n de Texas, estir¨® los brazos formando una T y, mirando al techo del que cuelga un micr¨®fono, pronunci¨® sus ¨²ltimas palabras: ¡°Gracias a todos los que me han ayudado. Al reverendo Camp, mi gu¨ªa espiritual. Esto no es una p¨¦rdida, es una victoria. Sab¨¦is d¨®nde voy. Voy a casa con Jes¨²s¡±. La inyecci¨®n letal acab¨® con su vida en segundos. Era la ejecuci¨®n n¨²mero 500 de este centro penitenciario desde que en 1982 el preso Charlie Brooks Jr., de 40 a?os, se tumb¨® en la misma habitaci¨®n de ladrillo y dirigi¨® al micr¨®fono su despedida: ¡°Solo temo a Al¨¢, el ¨²nico dios, el que tiene el poder de decidir si debo vivir o morir¡±.

?Kimberly, una mujer de raza negra, ojos ca¨ªdos y pelo blanco rizado, se fue en presencia de abogados, familiares y parientes de su v¨ªctima, un profesor de Psicolog¨ªa jubilado de 70 a?os al que apu?al¨® en su casa de Dallas para robarle sus tarjetas de cr¨¦dito y el coche. Al d¨ªa siguiente de su ejecuci¨®n, sus ¨²ltimas palabras aparec¨ªan en una macabra p¨¢gina web de la prisi¨®n que el ¨²ltimo a?o ha recibido tres millones de visitas. De los 36 Estados de EE UU que mantienen la pena de muerte, Texas y California son los ¨²nicos que publican las despedidas de los ejecutados, pero solo la primera ha recopilado en un blog las fichas, fotograf¨ªas y ¨²ltimas palabras orales o escritas de los finados. Desde 1982 Texas ocupa los primeros lugares en el siniestro ranking de ejecuciones. Desde 1999 han decrecido un 50% en todo el pa¨ªs

La web de ejecutados en la prisi¨®n de Texas es objeto de controversia. Abogados y activistas contrarios a la pena m¨¢xima consideran indecente que se exponga algo tan ¨ªntimo como la despedida de hombres y mujeres segundos antes de morir. La lectura de las ¨²ltimas palabras de los ejecutados demuestra que estas personas, condenadas por horribles cr¨ªmenes, viven de forma diferente su tr¨¢nsito hacia la muerte: mensajes de perd¨®n, paz, amor y cari?o hacia sus v¨ªctimas y familiares; pero tambi¨¦n de ira, dolor y rebeli¨®n hacia polic¨ªas, fiscales y jueces por parte de aquellos que se declaran inocentes y avisan en un grito al vac¨ªo que los aut¨¦nticos asesinos siguen ah¨ª fuera.

Mark Stroman, de 42 a?os, se fue describiendo el efecto de la inyecci¨®n letal. " Ya lo siento, me duermo. Uno, dos, ya llega"

Mark Stroman, de 42 a?os, se fue describiendo c¨®mo las drogas flu¨ªan por sus venas: ¡°Ya lo siento. Me duermo. Uno, dos, ya llega...¡±. Las ¨²ltimas palabras de Humberto Leal, de 32 a?os, fueron un largo perd¨®n hacia sus v¨ªctimas y familiares, y una apostilla: ¡°Una cosa m¨¢s. ?Viva M¨¦xico! ?Viva M¨¦xico¡±. Steven Woods, de 31 a?os, dijo: ¡°No sois testigos de una ejecuci¨®n; sois testigos de un asesinato. Yo no he matado a nadie. Mam¨¢, te quiero... Ya lo siento, ya llega. Adi¨®s¡±.

Pese a que Sandra, de 15 a?os, declar¨® agonizante antes de morir que Preston Hughes intent¨® violarla, el preso, de 46, se despidi¨® clamando su inocencia: ¡°Mam¨¢, Celeste, soy inocente y os quiero. Continuad luchando por mi inocencia¡±. Junto a Sandra, cerca de un restaurante de Houston, encontraron muerto a Marcel, un ni?o de tres a?os.

Charlie Brooks Jr. 1982 (Ejecuci¨®n 1)

40 a?os. Negro. Secuestr¨® a un mec¨¢nico, le condujo a la habitaci¨®n de un motel y le asesin¨® de un disparo en la cabeza.

?ltimas palabras: ¡°Solo temo a Al¨¢, el ¨²nico dios, el que tiene el poder de decidir si debo vivir o morir¡±.

Henry Porter. 1985 (Ejecuci¨®n 9)

Hispano. 43 a?os. Asesin¨® al polic¨ªa Henry Mailloux cuando le detuvo por robo de armas.

?ltimas palabras: ¡°Cuando un polic¨ªa asesina a alguien, la sentencia se conmuta. Cuando un mexicano mata a un polic¨ªa, no. Esa es la justicia de Am¨¦rica¡±.

James Paster. 1989 (Ejecuci¨®n 32)

44 a?os. Blanco. Asesin¨® de un tiro en la cabeza a Edward Howard, de 38 a?os, por encargo de la exmujer de la v¨ªctima, que le pag¨® 1.000 d¨®lares.

?ltimas palabras: ¡°Espero que la se?ora Howard encuentre la paz con esto¡±

Edward Ellis 1992 (Ejecuci¨®n 46)

38 a?os. Blanco. Asesin¨® a Bertie Eakens, de 75, en su casa asfixi¨¢ndola con una almohada. Le rob¨® joyas y su coche. Trabajaba en el inmueble.

?ltimas palabras: ¡°Solo quiero que todo el mundo sepa que el fiscal y Bill Scott son unos hijos de perra¡±.

Leonel Herrera. 1993 (Ejecuci¨®n 58)

45 a?os. Hispano. Condenado por matar a un polic¨ªa que le detuvo por exceso de velocidad.

?ltimas palabras: ¡°Soy inocente, inocente. Un gran error se cometer¨¢ esta noche. Mis mejores deseos para todos. Estoy preparado¡±.

John Barafield. 1997 (Ejecuci¨®n 109)

32 a?os. Negro. Condenado por violar y asesinar de un tiro en la cabeza a la universitaria Cindy Rounsaville, de 25 a?os. Cindy fue violada por John y otras dos personas que la asaltaron en un parking.

?ltimas palabras: ¡°Decidle a mam¨¢ que la quiero¡±.

Joseph Cannon. 1998 (Ejecuci¨®n 148)

38 a?os. Blanco. Asesin¨® a tiros a una abogada con la que conviv¨ªa en periodo de prueba por otros delitos.

?ltimas palabras: ¡°Siento lo que te hice, mam¨¢. No lo digo porque vaya a morir. Gracias por apoyarme y ser amable conmigo cuando era ni?o¡±.

Timothy Gribble. 2000 (Ejecuci¨®n 211)

36 a?os. Blanco. Viol¨® y estrangul¨® a Elizabeth Jones cuando arreglaba el techo de su casa.

?ltimas palabras: ¡°Acepten mis disculpas por lo que le ocurri¨® a vuestra amada. Hice algo horrible de lo que estoy arrepentido. Rezo para que encontr¨¦is la paz¡±.

Kimberly McCarthy (Ejecuci¨®n 500)

2013. 52 a?os. Negra. Apu?al¨® a un anciano de 70 a?os para robarle sus tarjetas de cr¨¦dito y su coche.

?ltimas palabras: ¡°Gracias a todos los que me han ayudado estos a?os. Al reverendo, mi gu¨ªa espiritual... Esto no es una p¨¦rdida, es una victoria. Sab¨¦is d¨®nde voy, voy a casa con Jes¨²s¡±.

Ram¨®n Hern¨¢ndez (Ejecuci¨®n 491)

2012.? 41 a?os. Hispano. Con dos c¨®mplices, rob¨®, viol¨® y asesin¨® a una mujer. Luego quem¨® el cuerpo.

?ltimas palabras: ¡°?Puedes o¨ªrme? Nunca te lo dije, tienes los ojos de pap¨¢. Me di cuenta hace un par de d¨ªas. Diles a todos que les quiero. Siento mucho el dolor causado¡±.