T¨²nez se desmarca de Egipto
Islamistas y laicos se comprometen a que no descarrile la transici¨®n Hay fuertes divergencias sobre el papel del islam en la nueva Constituci¨®n
¡°T¨²nez no es Egipto¡±. Islamistas y laicos tunecinos repiten desde el mi¨¦rcoles ¡ªel d¨ªa en que fue derrocado el presidente egipcio Mohamed Morsi¡ª que su pa¨ªs no va a seguir la senda del vecino oriental, y que pese a sus divergencias ellos s¨ª van a lograr su transici¨®n. ¡°Vosotros ten¨¦is la obligaci¨®n de conseguirlo porque sois un ejemplo, una referencia para muchos pueblos ¨¢rabes¡±, les dijo, el viernes, el presidente franc¨¦s, Fran?ois Hollande, al iniciar su primera visita a T¨²nez. Su hom¨®logo tunecino, Moncef Marzouki, le tranquiliz¨® asegur¨¢ndole que ¡°no hab¨ªa riesgo de contagio¡± de Egipto.
En T¨²nez, el golpe egipcio se ha vivido minuto a minuto, como si se desarrollase en sus calles. No en balde ambos pa¨ªses norteafricanos tienen algunas similitudes. A principios de 2011 derrocaron a sus dictaduras, las primeras elecciones democr¨¢ticas arrojaron una victoria islamista ¡ªmayor en Egipto que en T¨²nez¡ª y desde entonces los partidos religiosos han gobernado enfrent¨¢ndose, a veces con dureza, a los laicos.
La transici¨®n tunecina no ha descarrilado. El propio presidente Hollande afirm¨® que est¨¢ ¡°controlada¡±. ¡°El islam y la democracia son compatibles¡±, recalc¨® su primer discurso del viernes antes de proclamar su confianza en el ¡°nuevo T¨²nez¡±.
La transici¨®n tunecina no ha sufrido ning¨²n accidente irremediable, pero sigue encallada. Tras m¨¢s de a?o y medio de debates, las fuerzas pol¨ªticas de la Asamblea Nacional Constituyente, en la que los islamistas de Ennahda poseen la mayor¨ªa relativa, no logran acabar de redactar la nueva Constituci¨®n. Discrepan sobre la impronta que tendr¨¢ el islam en el Estado y en las leyes del pa¨ªs. Hay un ¡°abismo ideol¨®gico¡± entre los ¡°dos T¨²nez¡± reconoc¨ªa Marzouki.
En las ¨²ltimas horas la clase pol¨ªtica se ha esforzado, sin embargo, en borrar esas divergencias para marcar distancias con Egipto. El propio presidente Marzouki insist¨ªa en que ¡°el Ej¨¦rcito es republicano¡± en T¨²nez y no va a intervenir. ¡°El Ej¨¦rcito egipcio llevaba 60 a?os en el poder, a diferencia del tunecino que siempre se mantuvo al margen de la pol¨ªtica¡±, confirmaba Rachid Ghanouchi, el l¨ªder de Ennahda, en una entrevista con el diario saud¨ª As Shark el Ausat.
Recordaba adem¨¢s Ghanouchi que ambos bandos han hecho concesiones para evitar rupturas. Su partido se ha mostrado m¨¢s conciliador que los Hermanos Musulmanes en Egipto. Prueba de ello es que tras el asesinato, en febrero, del opositor izquierdista Chokri Belaid, acept¨® perder peso en la coalici¨®n de Gobierno que forma con otros dos partidos, uno socialdem¨®crata y otro nacionalista, de donde procede Marzouki.
Pese a su prudencia, Ennahda ha rechazado lo que califica de ¡°golpe de Estado¡± y recalca que Morsi encarna la legitimidad democr¨¢tica. Algunos en sus filas van m¨¢s lejos, como Hichem Laaraydeh, el hijo del primer ministro islamista, que en Twitter parafrase¨® un vers¨ªculo del Cor¨¢n animando a matar a los que han matado.
Aunque no siempre lo manifiesta, ¡°el clan de los dem¨®cratas da saltos de alegr¨ªa¡± tras la ca¨ªda de Morsi, revela el periodista Ali Chetoui en el diario digital tunecino WMC. ¡°El fracaso del experimento egipcio solo puede serle beneficioso en su enfrentamiento con Ennahda¡±, a?ade.
Sin esperar a la ¨²ltima oleada de protestas contra Morsi, un activista tunecino, Mohamed Bennour, lanz¨® una versi¨®n tunecina de la Tamarrod (Rebeli¨®n) egipcia que encabez¨® las movilizaciones contra Morsi. Asegura haber conseguido ya 200.000 firmas para pedir la disoluci¨®n de la Asamblea Constituyente y la elaboraci¨®n de una Constituci¨®n laica por un grupo de expertos as¨ª como la convocatoria de nuevas elecciones.
Hollande aprovech¨® la ocasi¨®n para invitar a los tunecinos a ¡°refundar¡± la relaci¨®n con Francia, la antigua potencia colonial, que qued¨® tocada por el apoyo de su predecesor, Nicolas Sarkozy, a la dictadura del presidente Ben Ali hasta pr¨¢cticamente su derrocamiento el 14 de enero de 2011. ¡°Hubo heridas¡±, dijo. ¡°Hay que extraer todas las lecciones del pasado, incluso del m¨¢s doloroso¡±.
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