El golpe amordaza la libertad de expresi¨®n
Los militares cierran cuatro cadenas opositoras y avasallan los medios p¨²blicos
Una de las primeras v¨ªctimas del golpe de estado en Egipto fue la pluralidad informativa. Tan s¨®lo horas despu¨¦s de que el ministro de Defensa, Abdel Fatah al Sisi, anunciara el derrocamiento de Mohamed Morsi, las autoridades clausuraron cuatro canales de televisi¨®n, confiscaron su material, y arrestaron a varios periodistas, que ser¨ªan puestos en libertad posteriormente. Todos estos medios, con una l¨ªnea editorial favorable al expresidente, fueron acusados de ¡°incitar a la violencia¡±.
Si bien durante la presidencia de Morsi varios periodistas sufrieron el acoso de las autoridades, la libertad de expresi¨®n no fue atacada de una forma tan arbitraria, lo que pone en tela de juicio la voluntad de los uniformados de mantenerse alejados de la escena pol¨ªtica. ¡°Una dictadura militar siempre teme a la verdad. Y por eso, deben reprimir a aquellos que exponen sus cr¨ªmenes¡±, sostiene Yusef Talat, un periodista de la cadena religiosa Shabab, una de las clausuradas.
Los influyentes medios de propiedad p¨²blica, tanto televisiones como peri¨®dicos, de modo inmediato reflejaron un cambio en su cobertura de la crisis pol¨ªtica despu¨¦s del golpe. Por ejemplo, la primera cadena ofreci¨® v¨ªdeos de las Fuerzas Armadas acompa?ados de canciones patri¨®ticas. Estrechamente controlados durante la ¨¦poca de Mubarak, y muy hostiles al islamismo, hab¨ªan ido virando en sus posiciones cuando un miembro de los Hermanos Musulmanes asumi¨® el cargo de ministro de la Informaci¨®n. Sin embargo, los medios privados no han aportado una mayor objetividad, y muchos han obviado la cobertura de las manifestaciones islamistas, o han calificado a sus asistentes de ¡°terroristas¡±.
¡°En Egipto no hay medios imparciales. Ya no los hab¨ªa antes del golpe, pues todos estaban alineados con el gobierno o la oposici¨®n. Pero ahora se ha perdido la pluralidad que hab¨ªa antes. Todos, privados y p¨²blicos, ofrecen una ¨²nica l¨ªnea de pensamiento¡±, sostiene Ahmed Hamad, profesor de Periodismo en la Universidad de Al Azhar. ¡°Por desgracia, los est¨¢ndares de profesionalidad entre los periodistas son muy bajos¡±, a?ade.
Los medios de propiedad p¨²blica cambiaron de inmediato su cobertura de la crisis pol¨ªtica despu¨¦s del golpe
El pasado martes lunes se hizo evidente hasta qu¨¦ punto los periodistas egipcios son partidistas en sus actitudes. En la rueda de prensa del portavoz del Ej¨¦rcito sobre la masacre del cuartel de la Guardia Republicana, los reporteros no solo aplaudieron su intervenci¨®n, sino que, antes del inicio, forzaron la salida del corresponsal de Al Yazira, a la que acusan de un sesgo pro-Morsi.
Los medios internacionales no se libran del acoso de las autoridades. Varios soldados interrumpieron la labor de un reportero de la cadena estadounidense CNN y confiscaron temporalmente su c¨¢mara. Contrariada por la descripci¨®n del derrocamiento de Morsi como un ¡°golpe¡±, una fuente militar an¨®nima declar¨® al diario oficialista Al Ahram que ¡°los medios extranjeros incitan la sedici¨®n del pueblo respecto al ej¨¦rcito¡±.
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