El empresario que cambi¨® los ordenadores por la marihuana
Jamen Shively, el empresario que impulsa el foro sobre marihuana del Centro Fox de M¨¦xico, asegura que le mueven las ganas de ¡°transformar el mundo¡±
Fue el dinero, reconoce Jamen Shively. ?C¨®mo, si no, pasa uno de ser exdirectivo de Microsoft a fundador de la primera marca comercial de marihuana de EE UU? ¡°Por primera vez hay una industria de entre 50.000 y 100.000 millones de d¨®lares donde no existe ninguna marca establecida¡±, recordaba este jueves en el foro sobre legalizaci¨®n del Centro Fox de Guanajuato. Esa fue su primera motivaci¨®n para fundar Diego Pellicer. Pero asegura que ahora su activismo tiene razones m¨¢s profundas. Habla, con su fuerte acento y un entusiasmo casi de predicador, de ¡°transformar el mundo¡± y de construir un catalizador de cambio para otros problemas: ¡°Guerra, hambre, derechos humanos, protecci¨®n ambiental, crimen¡±.
As¨ª de grandilocuente es Shively, ingeniero estadounidense de 45 a?os educado en Berkeley, rubio, con gafas, tan alto que resulta imponente, con la sonrisa siempre en la boca. Tiene planes ambiciosos: crear una ¡°marca l¨ªder¡±, en Estados Unidos y despu¨¦s saltar, qui¨¦n sabe, a otros mercados. No en vano, el Informe sobre el Problema de las Drogas en las Am¨¦ricas de la 43 Asamblea General de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) conclu¨ªa que la marihuana es la sustancia ilegal m¨¢s consumida en el mundo y mueve un mercado mundial minorista de 141.000 millones de d¨®lares anuales.
Se mueve en terreno pantanoso: el cannabis sigue siendo ilegal a nivel federal en Estados Unidos, a pesar de que 19 Estados permiten su uso m¨¦dico y Washington y Colorado la han regularizado para fines recreativos. En el sector de la marihuana con uso medicinal ya han surgido voces que le reprochan estar siendo tan medi¨¢tico cuando est¨¢ en un limbo legal. ?l responde que es prudente y que est¨¢ buscando la manera de arrancar su negocio, ahora que ha conseguido los 10 millones de d¨®lares necesarios.?No hay comunicaci¨®n de su lobby con el Gobierno de Barack Obama, admite, pero s¨ª tiene ¡°l¨ªderes¡± del gabinete de su lado.
Su motivaci¨®n empresarial para vender marihuana la matiza al d¨ªa siguiente. ¡°El primer paso fue que descubr¨ª el producto¡±, dice. Shively fum¨® ¡°el producto¡± de manera ocasional durante su juventud, pero recuerda que lo hac¨ªa sinti¨¦ndose culpable: ¡°Pensaba que me estaba estropeando el cerebro¡±. Hasta que un compa?ero de trabajo le dijo que fumaba habitualmente, que se hab¨ªa informado al respecto y que deb¨ªa perder los prejuicios. Y prob¨®. Primero, l¨ªquido (se pas¨® de dosis y ¡°no fue una buena experiencia¡±). Despu¨¦s, en pasteles y en cigarrillos. Le gust¨® mucho, tanto que presume de los ¡°buen¨ªsimos brainstormings [tormentas de ideas]¡± que salen de sus reuniones. Para el nacimiento de su empresa hay tambi¨¦n un factor sentimental: su bisabuelo Diego Pellicer, vicegobernador de Cebu, en Filipinas a finales del siglo XIX, era seg¨²n ¨¦l ¡°el mayor productor de c¨¢?amo¡± de la ¨¦poca. "The Stars Line Up", dice.?¡°Las estrellas se alinearon¡±.
Jamen Shively ha ido del brazo de Vicente Fox en los ¨²ltimos eventos p¨²blicos de Diego Pellicer, pero ambos puntualizan que el expresidente no tiene ning¨²n v¨ªnculo con la empresa. Su inter¨¦s, dicen, es abrir el debate sobre las drogas. Ambos hablan primero del alivio que supondr¨ªa una despenalizaci¨®n para la violencia que azota a M¨¦xico. Y despu¨¦s, sin tapujos, de los beneficios econ¨®micos que traer¨ªa al pa¨ªs. ¡°Estamos a favor de un sistema de regulaci¨®n responsable, donde el Gobierno d¨¦ los permisos, tenga la responsabilidad de hacer auditor¨ªas, etc¨¦tera. Y la industria tambi¨¦n va a evolucionar, quiz¨¢ como el alcohol, que estuvo sumamente restringido al principio¡±.
El gringo?que se pasea sonriente por el Centro Fox combina expresiones de empresario con otras de activista. ¡°La urgencia es cr¨ªtica¡±, dice sobre los muertos por narcotr¨¢fico. ¡°Veo una oportunidad muy grande de crear una marca l¨ªder¡±, comenta sobre Diego Pellicer. Sostiene entusiasmado que las dos cosas no est¨¢n re?idas, y sonr¨ªe ampliamente cuando repite que la legalizaci¨®n va a llegar pronto. ¡°Es como si fuera una sand¨ªa colgando del ¨¢rbol, apenas hay que empujarla. Estamos haciendo muchos esfuerzos. Pero en t¨¦rminos hist¨®ricos, lo que vamos a lograr en los pr¨®ximos cinco a?os -tengo fe- va a ser una transformaci¨®n absoluta¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.