¡°Bin Laden no era un s¨ªmbolo. Segu¨ªa controlando Al Qaeda¡±
El responsable de la operaci¨®n que acab¨® con Bin Laden en 2011 no quiere o¨ªr hablar de hero¨ªsmo
No quiere o¨ªr hablar de hero¨ªsmo. Para el almirante McRaven, el jefe de las Fuerzas Especiales estadounidenses, la operaci¨®n Neptune Spear (Tridente de Neptuno), ¡°es lo que hombres est¨¢n acostumbrados a hacer¡±. McRaven, el coordinador de la incursi¨®n en la que los Navy Seal, el comando de ¨¦lite de la Marina, abatieron a Bin Laden codo con codo con la CIA, reconoce sobre todo que es ¡°una de las mejores operaciones de toda la historia de los servicios secretos estadounidenses¡±. ¡°La valent¨ªa no es suficiente¡±, nos dice, ¡°hace falta rigor en la preparaci¨®n¡±. El hombre que decapit¨® a Al Qaeda explica su profesi¨®n y su compromiso con la Marina, as¨ª como el entrenamiento infernal de los Seals. ¡°?Los hombres m¨¢s tranquilos del mundo!¡±.
Pregunta. Usted es la persona que concibi¨® y dirigi¨® la operaci¨®n Tridente de Neptuno, que condujo a la muerte de Osama bin Laden. Aunque se niegue a abordar los aspectos t¨¢cticos de la operaci¨®n, que siguen estando clasificados como ¡°confidencial defensa¡±, ?qu¨¦ puede decirnos de ella?
Respuesta. Estoy orgulloso de lo que mis hombres hicieron durante esta incursi¨®n. Me quedo primero con el impresionante trabajo realizado por la CIA y el conjunto de la comunidad de los servicios secretos estadounidenses. No he visto la pel¨ªcula basada en la incursi¨®n, La noche m¨¢s oscura.
P. ?Pero ir¨¢ a verla?
R. A lo mejor dentro de 10 a?os... No soy nada cin¨¦filo.
P. ?Vaya, nada menos! ?No le intriga saber qu¨¦ aparece en una ficci¨®n, cuando conoce la verdadera historia?
R. Volvamos mejor a la CIA. La caza de Bin Laden, y finalmente el descubrimiento del lugar donde se escond¨ªa, es una de las mejores operaciones de toda la historia de los servicios secretos estadounidenses. El otro personaje es el presidente, con su equipo de seguridad nacional. No soy pol¨ªtico en absoluto. He servido bajo distintos Gobiernos. No se trata de un comportamiento propio de un bando o de otro, se trata de un hombre, el presidente Obama, que, en el transcurso de esta operaci¨®n, tom¨® decisiones audaces y valientes, de las que estaba dispuesto a asumir toda la responsabilidad, sucediese lo que sucediese. Le segu¨ª, paso a paso y reuni¨®n tras reuni¨®n, en el tema. Los estadounidenses tienen razones para estar orgullosos de la manera en que se comport¨® su Gobierno. En cuanto a mis hombres, estoy satisfecho con ellos, pero lo que lograron, es lo que estamos acostumbrados a hacer. No hay que olvidar que esa noche realizamos otras 11 misiones en Afganist¨¢n. Esta, simplemente, era un poco m¨¢s deportiva.
P. ?Deportiva? ?Quiere decir con esto que se desarrollaba en Pakist¨¢n, cuya reacci¨®n tem¨ªan?
Durante la acci¨®n, no percib¨ªamos su importancia hist¨®rica"
R. Digamos que esta operaci¨®n ten¨ªa un aspecto y unas implicaciones estrat¨¦gicas que las otras no ten¨ªan.
P. ?Se acuerda de lo que le dijo al presidente cuando dio la orden de ejecutar la misi¨®n?
R. Es f¨¢cil, retrospectivamente, ver la incursi¨®n con la mirada de un director de cine. Una sinfon¨ªa in crescendo como fondo sonoro, unos tambores que redoblan m¨¢s r¨¢pido a medida que aumenta la tensi¨®n y, de repente, se toma la gran decisi¨®n y el espectador vibra. En la vida, las cosas no suceden as¨ª. El presidente tom¨® su decisi¨®n. Simplemente dije ¡°Got it!¡± [?entendido!], y cumplimos la misi¨®n. En el momento en que se desarrollaba la acci¨®n, no percib¨ªamos su importancia hist¨®rica. En primer lugar, porque la operaci¨®n no estaba terminada y porque, en ese momento, no sab¨ªamos c¨®mo acabar¨ªa la historia al final... De hecho, est¨¢s muy ocupado y muy centrado en tu trabajo. Puede que la historia se escriba ante nuestros ojos, pero para nosotros eran unos momentos intensos que pas¨¢bamos juntos.
P. ?Y el momento hist¨®rico, para usted, es cuando le dijo a Obama: ¡°Es Bin Laden el que est¨¢ en este saco¡±?
R. Para m¨ª, es cuando el presidente anunci¨® al pueblo estadounidense y al mundo que hab¨ªamos acabado con ¨¦l.
P. ?Es verdad que, en el momento de felicitarle, Obama le regal¨® una cinta m¨¦trica porque hab¨ªa pensado en todo menos en eso para medir el cad¨¢ver de Bin Laden y, as¨ª, identificarlo?
R. Eso, es un asunto entre Obama y yo.
P. Despu¨¦s de la incursi¨®n, se extendi¨® la sospecha del complot: Bin Laden ya estaba muerto, nunca hab¨ªa estado all¨ª, estaba vivo en otra parte, etc¨¦tera. ?Por qu¨¦ no se hicieron p¨²blicas las fotos?
R. El presidente sigui¨® el consejo de su equipo de seguridad nacional. Esas fotos eran horribles. No era prudente publicarlas. En mi opini¨®n, su aspecto macabro no habr¨ªa favorecido ni al presidente ni al pueblo estadounidense.
P. Cuando vio a Bin Laden, ?le pareci¨® m¨¢s alto, m¨¢s delgado, con una barba m¨¢s entrecana de lo que se imaginaba, por ejemplo? ?Le sorprendi¨® el hombre, incluso muerto?
R. No quiero hablar de ello.
P. ?Hay, aun as¨ª, un detalle de su vida que le haya llamado la atenci¨®n? ?Su aislamiento, la suciedad en la que viv¨ªa?
El presidente tom¨® la decisi¨®n; yo solo dije '?entendido!' y cumpl¨ª la misi¨®n"
Siempre habr¨¢ lobos solitarios inspirados por el extremismo"
R. Lo que me sorprendi¨® fue el hecho de darme cuenta de que, a pesar de todo lo que creen, controlaba su organizaci¨®n. A lo largo de los a?os, se extendi¨® la idea de que ya solo era una figura simb¨®lica. Era falso. Siempre mantuvo el control y la gesti¨®n de su organizaci¨®n d¨ªa tras d¨ªa.
P. Aunque diga que nunca ha visto la pel¨ªcula, ha o¨ªdo hablar de Maya, el personaje interpretado por la actriz Jessica Chastain. ?Hay, en esta historia, una mujer cuya obstinaci¨®n fuera de lo com¨²n permiti¨® que se volviera a encontrar la pista de Bin Laden?
R. Hubo varias personas. Entienda que es un trabajo realizado a lo largo de varios a?os, de la CIA sobre todo. Es imposible atribuir el ¨¦xito a una sola persona. Lo que cuenta es que Bin Laden haya sido neutralizado y que se haya hecho justicia. Era fundamental, no solo para los estadounidenses, sino para el mundo entero. Recuerde que no solo murieron estadounidenses en las torres del World Trade Center.
P. Usted naci¨® en Carolina del Norte y creci¨® en Tejas, lejos del mar. ?Por qu¨¦ eligi¨® a los Navy Seal?
R. A principios de la d¨¦cada de 1970, una de mis hermanas sal¨ªa con un boina verde. Era la ¨¦poca de la pel¨ªcula en la que John Wayne interpretaba a uno de esos soldados de ¨¦lite. Era un fan absoluto. Los boinas verdes eran los tipos m¨¢s sensacionales de la tierra. Cuando vino a buscar a mi hermana vestido de uniforme, me qued¨¦ impresionado. Hab¨ªa estado varias veces en Vietnam. Ten¨ªa 17 a?os. Le dije que quer¨ªa alistarme en la Marina. ¡°Entonces, tienes que ser Navy Seal¡±, me aconsej¨®. No sab¨ªa lo que era un Seal. Nadie lo sab¨ªa en aquella ¨¦poca. No hab¨ªa ning¨²n libro ni ninguna pel¨ªcula sobre ellos. Me inform¨¦, pero me llev¨® cierto tiempo. Pero si un boina verde me dec¨ªa eso, no hab¨ªa que dudar.
P. ?Cu¨¢les son sus recuerdos de la hell week, la semana en el infierno, como llaman a la selecci¨®n de los Seals?
R. Pas¨¦ un fr¨ªo atroz, estaba empapado y, la mayor¨ªa del tiempo, me sent¨ªa miserable. En 1977, la semana en el infierno duraba seis d¨ªas, seis d¨ªas sin dormir.
P. ?Ni un minuto?
R. Ni un minuto. Eso te ense?a que puedes vivir sin dormir. Nos alimentaban cuatro veces al d¨ªa, para mantener nuestra energ¨ªa. Est¨¢bamos en el agua casi todo el tiempo, a menudo cubiertos de arena, y, por tanto, la temperatura de nuestro cuerpo descend¨ªa.
Si te muestras bonach¨®n, es la muerte garantizada. Pero la valent¨ªa no es suficiente, hace falta rigor"
P. ?Hasta la hipotermia?
R. Era un problema recurrente, pero nuestros instructores velaban para que eso se produjese lo menos posible. Eso no me sucedi¨® durante la hell week, pero s¨ª m¨¢s tarde. La ventaja, cuando fuerzas tus l¨ªmites al m¨¢ximo, es que, luego, cuando te est¨¢s congelando en el Hindu Kush [un macizo a caballo entre Pakist¨¢n y Afganist¨¢n], te preguntas: ¡®?Ya he tenido tanto fr¨ªo, ya he estado tan cansado? ?S¨ª o no?¡¯ Si la respuesta es que s¨ª, entonces sigues avanzando. Todo lo que haces en tu vida de Seal, lo comparas con la hell week. Cuando nuestros hijos lloraban por la noche y me costaba levantarme de la cama, mi mujer me dec¨ªa: ¡°T¨² que has sobrevivido a la hell week, puedes levantarte perfectamente¡±. ?Qu¨¦ pod¨ªa contestarle? Estaba obligado a ir.
P. La gente ve a las Fuerzas Especiales como unos guerreros tranquilos, un poco bonachones y que act¨²an al margen de las normas y de la disciplina que aplica el Ej¨¦rcito cl¨¢sico. ?Es cierto?
Eran horribles. No era prudente publicar las fotos [del cad¨¢ver]"
P. Es lo contrario. Lo que nos hace singulares es, precisamente, el hecho de que actuamos aplicando unos principios estrictos. Si te muestras bonach¨®n, es la muerte garantizada. En la historia de las Fuerzas Especiales hay un gran n¨²mero de personas valientes a las que mataron porque no estaban lo bastante preparadas o porque hab¨ªan pasado por alto un determinado aspecto de una misi¨®n. La valent¨ªa no es suficiente. Hace falta rigor en la preparaci¨®n, en la planificaci¨®n y en la ejecuci¨®n. Este libro se ha escrito con sangre. La idea de que las Fuerzas Especiales act¨²an solas sobre el terreno, sin el apoyo de una cadena de mando, es totalmente equivocada.
P. Pero llevan uniformes desparejados, suelen llevar barba, y sus soldados se dirigen a veces a sus oficiales llam¨¢ndoles por su nombre de pila, e incluso por su apodo. Esto est¨¢ lejos del protocolo...
R. Puede ser, pero en nuestras cabezas la disciplina es f¨¦rrea. Sin ella, no es posible tener ¨¦xito. Es la cualidad principal.
P. En Irak y en Afganist¨¢n, EE UU aprendi¨®, pagando un alto precio, que las guerras modernas tienen que librarse de una forma diferente. Usted y sus hombres son la punta de lanza de este nuevo planteamiento. Su predecesor en la direcci¨®n de las Fuerzas Especiales, el general McChrystal, escribi¨® que hace falta una red para luchar contra una red.
R. Es totalmente cierto. El general McChrystal realiz¨® los esfuerzos iniciales. Yo era su adjunto. En Irak, algunos pensaban que Al Qaeda en Bagdad no estaba conectado con Al Qaeda en Mosul o en Anbar. Era falso. Comprendimos luego que la propia provincia de Anbar estaba vinculada con Siria, que a su vez estaba comunicada con individuos en Kuwait, en Ir¨¢n y en las zonas tribales afganas. Lo que ocurre hoy en d¨ªa en Yemen afecta a Somalia y al norte de ?frica. En distintos grados, existen conexiones, m¨¢s o menos estrechas y m¨¢s o menos s¨®lidas. Las Fuerzas Especiales tienen una red mundial para vigilarlas.
P. Le gusta estar con sus hombres sobre el terreno. ?Cu¨¢ndo estuvo por ¨²ltima vez?
R. Hace dos a?os y medio. Lo echo de menos. Antes, iba a una misi¨®n una vez al mes. El objetivo es hacer que tus hombres sientan que corres los mismos riesgos. Tambi¨¦n es una manera de pasar tiempo con ellos y de comprobar que ejecutan tus directrices.
P. En 2011, fue a un pueblo afgano para regalar dos ovejas a un padre cuyos hijos murieron por un fallo cometido por sus hombres. ?No resulta sorprendente que un vicealmirante, su graduaci¨®n en aquella ¨¦poca, se amolde a una costumbre past¨²n para saldar una deuda de honor?
R. Ese gesto est¨¢ bastante extendido, aunque sea poco frecuente con las Fuerzas Especiales. Esa operaci¨®n hab¨ªa salido mal. Los dos hijos dispararon a los soldados que les rodeaban. Fueron abatidos. Pero no ten¨ªan ninguna relaci¨®n con los talibanes. Fueron v¨ªctimas de los avatares de la guerra. Como padre de tres hijos que soy, entend¨ªa lo que este hombre sent¨ªa. Fui a verle para pedirle perd¨®n a la manera afgana. No era f¨¢cil mirarle a los ojos.
P. En Toulouse, Boston, Londres y Par¨ªs, observamos una multiplicaci¨®n de los ¡°lobos solitarios¡±. ?C¨®mo se puede luchar contra un hombre decidido a morir para matar a los dem¨¢s?
R. Es evidente que no es una guerra como la Primera o la Segunda Guerra Mundial. Lo que es seguro es que se trata de un conflicto muy largo en el que nunca habr¨¢ una ceremonia de victoria. Tenemos que tratar de que, a largo plazo, los pa¨ªses aborden esos problemas de forma interna. Siempre habr¨¢ lobos solitarios inspirados por esta forma de extremismo o alg¨²n estadounidense que haga saltar por los aires un edificio en Oklahoma City.
P. Internet desempe?a un papel en esta radicalizaci¨®n. Asimismo, para ustedes es una forma de recabar informaci¨®n. La industria del espionaje es un negocio enorme, y para algunos es una telara?a que se despliega sin ning¨²n control. ?Podremos evitar las circunstancias del mundo descrito por George Orwell?
R. La pol¨¦mica sobre el papel de la NSA [la Agencia de Seguridad Nacional] es injusta. El general Alexander ha realizado un trabajo excepcional para establecer un marco en la forma de recabar informaci¨®n. La NSA no escucha nuestras conversaciones. La informaci¨®n se recoge para establecer v¨ªnculos relacionados con posibles amenazas. Se obtiene a trav¨¦s de un procedimiento legal, y la NSA solo la puede consultar despu¨¦s de esta etapa.
? R¨¦gis Le Sommier / 'Paris Match' / Contacto.
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