EE UU presiona en la sombra para frenar la normativa de privacidad europea
La presi¨®n estadounidense empantana la norma de protecci¨®n de datos europea
La Uni¨®n Europea y Estados Unidos libran una batalla incruenta por el control de la privacidad. Conscientes de que el manejo de datos personales constituye la mayor fuente de riqueza y poder en estos d¨ªas, autoridades y empresas estadounidenses llevan casi dos a?os presionando contra la regulaci¨®n europea de protecci¨®n de datos. El proceso, la mayor campa?a de lobby que se recuerda en Bruselas, ha cobrado una nueva dimensi¨®n tras conocerse que, adem¨¢s de intentar persuadirlos, EE UU ha espiado a sus socios europeos. Una afrenta a la que Europa ha respondido t¨ªmidamente. EL PA?S reconstruye las presiones secretas ejercidas y revela la capacidad de influencia sobre un dossier que, pese a considerarse prioritario, corre el riesgo de no ver la luz en esta legislatura europea.
EE UU decidi¨® apostar fuerte ante los primeros indicios de que la nueva regulaci¨®n europea de protecci¨®n de datos pod¨ªa da?ar sus intereses. A finales de 2011, poco despu¨¦s de que la Direcci¨®n General de Justicia remitiera un borrador al resto de departamentos de la Comisi¨®n Europea, el texto lleg¨® misteriosamente a manos del Gobierno estadounidense. En apenas unos d¨ªas inundaron los despachos de la Comisi¨®n con una detallada respuesta a ese intento por proteger la privacidad de los ciudadanos europeos.
¡°Se espera que estos comentarios les sean ¨²tiles cuando consideren la revisi¨®n de la directiva europea de protecci¨®n de datos. Gracias por tenerlos en cuenta¡±. Esta impersonal pero persuasiva frase pone fin a la carta reservada de nueve folios que la Comisi¨®n Federal de Comercio, el organismo estadounidense que vela por la competencia y los derechos del consumidor, hizo circular en los despachos de los directores generales de la Comisi¨®n en diciembre de 2011. Faltaba un mes para que el Ejecutivo comunitario anunciara su propuesta y los representantes estadounidenses decidieron trasladar sus cuitas a sabiendas de que los n¨²mero dos de los comisarios deb¨ªan pronunciarse en el plazo de 15 d¨ªas. Conscientes de que el tono empleado exced¨ªa los usos oficiales, la misiva ¡ªbajo el nombre de ¡°nota informal¡±¡ª se present¨® sin membrete oficial.
Retratos perfectos
Una foto de trabajo, un v¨ªdeo personal, los detalles de una transferencia bancaria o los resultados de un examen m¨¦dico. Bajo el ep¨ªgrafe datos, la norma europea que se gesta desde hace casi dos a?os abarca un conjunto ampl¨ªsimo de informaci¨®n de los ciudadanos. El fen¨®meno de Internet ha convertido esa masa ingente de datos en algo f¨¢cilmente accesible y almacenable, un cambio radical en el tratamiento de los datos.
El beneficio que obtienen empresas y poderes p¨²blicos de ese acceso es directamente proporcional al riesgo que entra?a para los ciudadanos. Las empresas desean explotar esa informaci¨®n para sacarle el m¨¢ximo rendimiento publicitario y vender a cada usuario lo que m¨¢s se ajusta a sus intereses. Para las fuerzas de seguridad, resulta ventajoso disponer de detalles clave (p¨¢ginas web visitadas, viajes en avi¨®n, aficiones, etc¨¦tera) que les permitan retratar a los ciudadanos. Y estos pueden ver, sin saberlo, su intimidad comprometida.
La disparidad de fuentes y colectivos afectados por esta norma europea explica en buena medida el lobby tan intenso ejercido sobre ella. Como ejemplo de la diversidad baste citar a la Comisi¨®n de Episcopados de la Comunidad Europea como una de las entidades que present¨® propuestas de enmiendas a los eurodiputados.
Pese al anonimato, el texto no pas¨® desapercibido. Las opiniones comunitarias recog¨ªan en buena medida la inquietud estadounidense, seg¨²n los documentos a los que ha tenido acceso este diario. Algunos de los departamentos m¨¢s relevantes (Competencia, Interior, Fiscalidad, Mercado Interior, Comercio y la Oficina contra el Fraude, entre otras) emitieron valoraciones negativas, centradas en la idea de que la nueva regulaci¨®n entorpecer¨ªa los intercambios entre Europa y otros pa¨ªses.
Convencido de que esas objeciones favorec¨ªan los cambios en el texto definitivo, EE UU contraatac¨® en enero con otra carta reservada de 15 folios, esta vez emitida por la Embajada estadounidense ante la UE (tambi¨¦n sin membrete). ¡°Hemos o¨ªdo informaciones de que, tras el proceso de interconsultas, [el borrador] puede experimentar una revisi¨®n m¨¢s amplia antes de ser adoptado. Saludar¨ªamos la revisi¨®n m¨¢s amplia y las consultas¡±, reza, sin ambages, el documento.
La gestaci¨®n del paquete de protecci¨®n de datos es la historia de una presi¨®n soterrada que ha revolucionado los usos habituales del lobby en Bruselas. Con m¨¢s o menos matices, la veintena de voces que han accedido a participar en este reportaje ¡ªla mayor¨ªa con exigencia de anonimato¡ª admiten que las grandes firmas estadounidenses (Google, Microsoft, Facebook, etc¨¦tera) maniobran para que la norma europea no cercene su principal negocio: nutrirse de los datos de quienes navegan y explotarlos con fines comerciales. Junto a ellas, la Embajada estadounidense ante la UE y la C¨¢mara de Comercio han llamado a todas las puertas comunitarias para defender sus intereses. Ambas han declinado hablar con este diario.
El resultado de este asedio fue que la propuesta final de la vicepresidenta de la Comisi¨®n Europea y responsable de Justicia, Viviane Reding, suavizaba algunos elementos controvertidos. M¨¢s all¨¢ de los cambios, la verdadera victoria de EE UU es haber logrado neutralizar hasta el rid¨ªculo la indignaci¨®n europea que emergi¨® al conocerse en junio que el Ejecutivo de Obama hab¨ªa espiado a empresas y ciudadanos extranjeros (entre ellos europeos), as¨ª como el coraz¨®n mismo de Bruselas y de algunos Estados miembros. La Comisi¨®n se arredr¨® y precisamente hoy, un mes despu¨¦s de lo ocurrido, arranca en Bruselas una ronda formal entre los dos bloques para aclararlo.
Las pocas respuestas contundentes que se abrieron paso, como la amenaza francesa de paralizar el acuerdo de libre comercio que negocian ambas potencias, se vieron superadas por la realidad. Varios pa¨ªses, entre ellos la propia Francia, decidieron cerrar su espacio a¨¦reo al avi¨®n del presidente de Bolivia, Evo Morales, ante la sospecha de que el gran revelador del espionaje, Edward Snowden, viajaba dentro. La voz de alarma result¨® falsa y los pa¨ªses tuvieron que disculparse.
Las claves de la nueva regulaci¨®n
- Ciberespacio. El paquete europeo de protecci¨®n de datos pretende adaptar a la era de Internet la actual directiva, vigente desde 1995.
- Dos piezas. Consta de dos partes, un reglamento para las empresas y una directiva que regula el tratamiento de datos en el sector p¨²blico (organismos, fuerzas de seguridad...). La diferencia es que el reglamento se aplica directamente, mientras la directiva requiere trasposici¨®n (y, por tanto, m¨¢s margen de maniobra en su interpretaci¨®n).
- Consentimiento. El reglamento limita mucho el acceso que tienen las empresas a los datos personales y refuerza el consentimiento que debe dar el usuario para que esos datos sean tratados con fines comerciales.
- Sanciones. Las empresas que incumplan las normas deber¨¢n hacer frente a multas que pueden alcanzar hasta el 2% de la facturaci¨®n anual.
- Menos burocracia. Se establecer¨¢ un conjunto ¨²nico de normas que supondr¨¢ un ahorro de 2.300 millones de euros anuales para las empresas, seg¨²n c¨¢lculos de la Comisi¨®n.
- Derecho al olvido. Bruselas se propone regular este novedoso derecho de forma que los usuarios puedan eliminar el rastro de informaciones que consideren lesivas o difamatorias.
¡°La Embajada estadounidense en Bruselas es muy activa, canaliza muchos intereses comerciales¡±, asegura un alto cargo de la UE. Otra fuente europea recuerda que el embajador, William Kennard, proclam¨® el dossier de protecci¨®n de datos como su prioridad n¨²mero uno. ¡°No es muy diferente de lo que los diplom¨¢ticos europeos hacen en Washington cuando hay una legislaci¨®n que afecta a Europa. Hablan con miembros del Congreso y de la Administraci¨®n. Eso es lo que hacen los diplom¨¢ticos y es algo bueno¡±, se defiende Kennard en un comunicado enviado por sus responsables de prensa.
M¨¢s all¨¢ de las misivas, lo que la diplomacia estadounidense considera habitual incluye, en este caso, otros contactos (llamadas directas a miembros de la Comisi¨®n o desayunos organizados en la Embajada estadounidense), seg¨²n fuentes implicadas en el proceso. La mayor¨ªa no dejan rastro, pues el personal de la Comisi¨®n no tiene obligaci¨®n ¡ªcomo s¨ª tienen los europarlamentarios¡ª de consignar con qui¨¦n se re¨²ne.
Pasada la primera criba del Ejecutivo comunitario, a principios de a?o, el lobby se desplaz¨® hacia el Parlamento y los Estados miembros, que deben pactar ahora un texto com¨²n. En la Euroc¨¢mara la presi¨®n se vuelve m¨¢s transparente porque las enmiendas de los diputados son p¨²blicas.
El responsable del informe sobre la regulaci¨®n de protecci¨®n de datos, Jan Philipp Albrecht, detalla las sutiles estrategias del lobby: contactan con los eurodiputados (o con sus asistentes), los invitan a desayunos, almuerzos de trabajo o jornadas informativas donde expresan sus puntos de vista sobre la regulaci¨®n. Este eurodiputado asegura haber recibido a unas 200 personas en el ¨²ltimo a?o, entre empresas, despachos de abogados y otros representantes. ¡°Apple, Amazon¡ toda la industria es muy activa¡±, asegura. Albrecht lamenta que ese sector se haga o¨ªr mucho m¨¢s que los consumidores. Otra fuente europea asegura haber recibido quejas de la industria por las trabas que la regulaci¨®n impone a trazar perfiles del consumidor con fines publicitarios.
La huella corporativa se detecta f¨¢cilmente en la p¨¢gina web de Lobbyplag, un proyecto independiente que reclama transparencia en este proceso. La organizaci¨®n aporta las propuestas de enmiendas presentadas por 43 organizaciones (Amazon, Facebook, Microsoft, la Federaci¨®n Europea de Banca y hasta Telef¨®nica) a los eurodiputados. Y compara esos textos con las enmiendas finalmente introducidas. Hay casi 200 coincidencias probadas. No es casualidad que el reglamento de protecci¨®n de datos haya cosechado un r¨¦cord de enmiendas en la Euroc¨¢mara: 4.000.
Los dos ¨²nicos espa?oles que aparecen en la lista son Antonio L¨®pez-Ist¨²riz y Pilar del Castillo, ambos del Partido Popular Europeo. L¨®pez-Ist¨²riz, algunas de cuyas enmiendas coinciden con las de la Federaci¨®n Europea de Banca o la empresa Ebay, niega haberse reunido con nadie de la industria ¡ª¡°se puede comprobar en los registros¡±¡ª y asegura que las propuestas que ha recibido proceden de la Embajada espa?ola ante la UE. ¡°Estamos aqu¨ª para defender los intereses espa?oles¡±, argumenta.
Menos evidentes ¡ªy probablemente m¨¢s eficaces¡ª resultan otras influencias. La baronesa Sarah Ludford, representante brit¨¢nica del grupo de los liberales, almorz¨® a mediados de junio en Estrasburgo con el embajador estadounidense William Kennard. ¡°No fue un encuentro secreto, sino un almuerzo informal y amistoso que me ofreci¨® como despedida [Kennard ha dejado Bruselas]¡±, se defiende Ludford, a la que muchos de sus compa?eros atribuyen dilaciones en el proceso y recelos con esta legislaci¨®n. La baronesa admite los retrasos, pero los atribuye a que no existe ¡°un buen clima de confianza entre los grupos pol¨ªticos¡±.
El resultado es que, 18 meses despu¨¦s de que Reding hiciera p¨²blico su plan, la norma de protecci¨®n de datos est¨¢ lejos de ver la luz. Cada instituci¨®n responsabiliza a las dem¨¢s, con un sorprendente doble discurso. Al final, la victoria del lobby puede traducirse en la inacci¨®n: si el Consejo y el Parlamento no se apresuran, la normativa quedar¨¢ pospuesta hasta despu¨¦s de las elecciones europeas, en mayo de 2014.
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