Miles de j¨®venes peruanos se manifiestan frente al Congreso contra la corrupci¨®n
Una protesta pac¨ªfica contra la ¡®repartija¡¯ de los grupos pol¨ªticos acaba en enfrentamientos con la polic¨ªa
Tras dos horas de manifestaci¨®n en las calles del centro de la capital peruana, un violento ataque de la polic¨ªa puso fin a la movilizaci¨®n pac¨ªfica de m¨¢s de 2.500 j¨®venes, quienes llegaron a solo 300 metros del Congreso, al frente de la antigua Biblioteca Nacional. Con las etiquetas #22J y #tomalacalle, la multitud protest¨® contra el Parlamento para exigir, por segunda vez en la semana, una nueva elecci¨®n de magistrados del Tribunal Constitucional y de la Defensor¨ªa del Pueblo, puesto que varios de los elegidos por el Legislativo el mi¨¦rcoles pasado no son aptos para el cargo, sea por militancia partidaria o por incompetencia profesional.
La protesta empez¨® a las seis de la tarde en la plaza San Mart¨ªn del centro de Lima. En varias partes de la plaza los grupos coreaban lemas distintos: ¡°Recuperemos el pa¨ªs ahora¡±, ¡°Congreso y Tribunal: verg¨¹enza nacional¡±, ¡°Per¨², te quiero, por eso te defiendo¡±, ¡°Abajo los narcoindultos¡±, ¡°No nos representan¡±, ¡°Ollanta mentiroso¡±. Un hombre aprovechaba para vender peque?os adhesivos con la bandera nacional y la frase m¨¢s repetida en la semana: ¡°No a la repartija¡±.
Incluso, mientras un grupo cantaba el himno, otros manifestantes indignados explicaban su presencia all¨ª mediante meg¨¢fonos. ¡°Pedimos que se acabe la repartija, fuera los corruptos¡±, pidi¨® el joven historiador Gabriel Salazar, al aludir al mecanismo que usaron cuatro partidos pol¨ªticos en el Congreso para llegar a un consenso: tres magistrados al Tribunal Constitucional propuestos por Gana Per¨² (el partido del oficialismo); dos por el fujimorismo, uno por el Partido Popular Cristiano, y la defensora del Pueblo, una abogada propuesta por Per¨² Posible. Los reemplazos deb¨ªan haber sido designados hace m¨¢s de un a?o en algunos casos.
Tras la concentraci¨®n, la multitud camin¨® por cinco de las principales calles del centro de Lima, aunque muchos no sab¨ªan a d¨®nde se dirig¨ªan; los polic¨ªas los acompa?aban de cerca formados en fila india. Pero, al llegar a la avenida Abancay, donde se encuentra la sede del Legislativo, encontraron la contenci¨®n de m¨¢s de 100 polic¨ªas, dos veh¨ªculos antimanifestaciones, varios patrulleros y la polic¨ªa montada.
Las cargas policiales comenzaron despu¨¦s de que una joven empuj¨® el escudo de uno de los polic¨ªas. Los agentes volvieron a golpear a los manifestantes con varas y lanzaron gas lacrim¨®geno mientras que los manifestantes se apostaban frente a la antigua Biblioteca Nacional. Mientras, en la avenida Abancay, algunos j¨®venes estuvieron sentados en el piso, otros cantaban el himno, algunos escuchaban la m¨²sica de unos sikuris (int¨¦rpretes de quena, un instrumento de viento), bailaban y coreaban lemas para que el Congreso encuentre una salida a la designaci¨®n de nuevas autoridades y cese la corrupci¨®n pol¨ªtica. Los j¨®venes estuvieron dos horas y media en las calles y luego algunos volvieron a reunirse en la plaza San Mart¨ªn. Once estudiantes fueron detenidos por delito contra la tranquilidad p¨²blica y contra la paz p¨²blica.
El Parlamento decidi¨® la tarde del lunes convocar a un pleno extraordinario este mi¨¦rcoles para discutir c¨®mo dejar sin efecto las resoluciones legislativas que nombraron el mi¨¦rcoles pasado a los magistrados del Constitucional y la Defensora del Pueblo, y buscar la f¨®rmula para la nueva elecci¨®n de esos altos funcionarios. Ya han declinado al cargo mediante un documento cuatro de los magistrados y la defensora, pero faltan algunos m¨¢s.
¡°Si los pol¨ªticos creen que pueden cruzar l¨ªneas y actuar de una manera ilegal o anti¨¦tica sin pagar un precio pol¨ªtico, lo van a hacer. Solo lo van a dejar de hacer si saben que pagar¨¢n un costo. Esta vez pagaron un costo¡±, dijo a este peri¨®dico el polit¨®logo y profesor de la Universidad de Harvard, Steve Levitsky.
¡°No se ve con mucha frecuencia una respuesta muy fuerte de la sociedad civil. Entonces los pol¨ªticos midieron muy mal la temperatura de la sociedad. Me parece sano para la democracia que, por primera vez en muchos meses, una parte de la clase media y los medios hayan reaccionado de una manera unida contra esa decisi¨®n del Congreso¡±, a?adi¨®.
El Congreso tendr¨ªa que conformar una nueva comisi¨®n que busque y presente nuevos candidatos para los altos cargos que quedar¨ªan sin juramentar. ¡°Los congresistas tienen que garantizar a las personas m¨¢s calificadas lo que significa llegar a esos cargos: una honra y no que los pongan de pi?ata¡±, agreg¨® el psicoanalista Max Hern¨¢ndez. Hern¨¢ndez, exsecretario ejecutivo del Acuerdo Nacional ¡ªuna instancia de di¨¢logo interpartidaria y de la sociedad civil¡ª encuentra crucial que el Congreso trabaje para librar del desprestigio la elecci¨®n de dichas autoridades tras el desacierto del pacto pol¨ªtico que se desbarat¨® con la protesta ciudadana.
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