Estados Unidos da por enquistada la guerra en Siria
El Pent¨¢gono advierte de los altos costes y de los riesgos de las opciones militares que baraja para intervenir en el conflicto
El Pent¨¢gono ha desvelado por primera vez las opciones que el Gobierno de Estados Unidos baraja de cara a su intervenci¨®n militar en el conflicto sirio. En una carta remitida al Congreso el viernes pasado y que se dio a conocer este lunes, el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Martin Dempsey, detall¨® los elevados costes econ¨®micos de cada una de las alternativas, manifest¨® su cautela ante la posibilidad de que las operaciones vayan a cambiar el curso de la guerra y advirti¨® sobre los potenciales efectos negativos que ¨¦stas podr¨ªan acarrear para EE UU, en una muestra de las reticencias de la Administraci¨®n a involucrarse de manera directa en la crisis siria.
¡°La decisi¨®n de una intervenci¨®n militar es pol¨ªtica¡±, se?ala la m¨¢xima autoridad del Ej¨¦rcito estadounidense en su escrito. ¡°Una vez que hayamos decidido actuar, deberemos estar preparados para el siguiente paso y una implicaci¨®n m¨¢s profunda ser¨¢ muy dif¨ªcil de eludir¡±, advierte. En junio, el presidente de EE UU, Barack Obama, autoriz¨® el env¨ªo, controlado y dirigido por la CIA, de armas ligeras y munici¨®n a los rebeldes sirios y prometi¨® m¨¢s ayuda militar en la confianza de que ese cambio de estrategia -que romp¨ªa con sus reservas iniciales sobre una implicaci¨®n directa por parte de su pa¨ªs en el conflicto- permitiera cambiar el curso de la guerra.
Una vez que hayamos decidido actuar, deberemos estar preparados para el siguiente paso y una implicaci¨®n m¨¢s profunda ser¨¢ muy dif¨ªcil de eludir" Martin Dempsey
Un mes despu¨¦s, con una oposici¨®n debilitada y con las tropas leales a El Asad, mejor armadas y organizadas, ganando terreno, la Casa Blanca ha rebajado esas expectativas y muchos congresistas ponen en duda las posibilidades de ¨¦xito del plan de intervenci¨®n militar de la Administraci¨®n Obama. Este fin de semana un alto cargo del Departamento de Defensa reconoc¨ªa que la guerra civil en Siria podr¨ªa durar a?os, independientemente de que El Asad se mantuviera en el poder, una circunstancia que el Gobierno de EE UU ve¨ªa inminente al inicio del conflicto pero que, dos a?os y 100.000 muertos despu¨¦s, no se plantea ni siquiera como una posibilidad a largo plazo. ¡°Mientras haya una mera posibilidad de que cambie el curso de los acontecimientos, El Asad ya no podr¨¢ volver a gobernar en la totalidad de Siria¡±, se?al¨® el portavoz de la presidencia, Jay Carney, la semana pasada.
La carta remitida por Dempsey al Congreso es otra muestra de la reticencia de la Administraci¨®n a una implicaci¨®n directa en el conflicto. En ella, el general no ofrece garant¨ªas de que las opciones militares que all¨ª se enumeran garanticen el derrocamiento del presidente sirio. ?nicamente se limita a se?alar de manera escueta que ¡°podr¨ªan ayudar al objetivo de apoyar a la oposici¨®n y poner m¨¢s presi¨®n sobre el r¨¦gimen¡±. Dempsey, sin embargo, s¨ª se explaya a la hora de advertir sobre ¡°las consecuencias involuntarias¡± derivadas de la intervenci¨®n, entre las que incluye un fortalecimiento de los grupos extremistas y la posibilidad de que la seguridad de EE UU quede comprometida al tener que desviar tropas a Siria.
Dempsey se explaya a la hora de advertir sobre ¡°las consecuencias involuntarias¡± derivadas de la intervenci¨®n, entre las que incluye un fortalecimiento de los grupos extremistas?
El Pent¨¢gono, de acuerdo con Dempsey, planea entrenar y asesorar a la oposici¨®n; realizar ataques a¨¦reos limitados; establecer una zona de exclusi¨®n a¨¦rea; abrir zonas de seguridad en las fronteras con Turqu¨ªa y Jordania y controlar las armas qu¨ªmicas. S¨®lo las operaciones de entrenamiento a los rebeldes costar¨ªan a las arcas p¨²blicas, seg¨²n la carta, 500 millones de d¨®lares anuales y la zona de exclusi¨®n obligar¨ªa a destinar 1.000 millones de d¨®lares mensuales durante un a?o, un desembolso desorbitado en medio de uno de los mayores recortes presupuestarios de la historia del Departamento de Defensa y ¡°en plena incertidumbre fiscal¡±, recuerda Dempsey. La zona de exclusi¨®n, una de las opciones m¨¢s plausibles, ¡°podr¨ªa eliminar la capacidad del r¨¦gimen de bombardear a la oposici¨®n¡±, sostiene el jefe del Estado Mayor Conjunto, pero ¡°podr¨ªa no servir para reducir la violencia o cambiar el curso de los acontecimientos ya que el r¨¦gimen se apoya, sobre todo, en fuego de superficie, morteros, artiller¨ªa y misiles¡±, advierte el general.
Dempsey dio a conocer los planes del Pent¨¢gono en respuesta a la solicitud de mayor claridad sobre la estrategia en Siria, que la semana pasada le hizo el senador John McCain, durante la audiencia para la confirmaci¨®n del general en su cargo como jefe del Estado Mayor Conjunto, McCain, que hace unos meses viaj¨® a Siria para reunirse con l¨ªderes de la oposici¨®n, ha sido uno de los m¨¢s firmes defensores de la implicaci¨®n de EE UU en el conflicto para frenar la sangr¨ªa provocada por la guerra civil y aplaudi¨® la decisi¨®n de Obama de enviar ayuda militar a grupos de la oposici¨®n a trav¨¦s de la CIA.
Ese programa, que incluye el entrenamiento, el asesoramiento en materia de inteligencia y el env¨ªo de armas ligeras y munici¨®n a los rebeldes, fue aprobado la semana pasada por los comit¨¦s de Inteligencia de ambas c¨¢maras del Congreso en medio de enormes reticencias por parte de varios legisladores que dudan de la efectividad de este plan. El respaldo del Capitolio es simb¨®lico pero sirve para autorizar el trasvase de fondos de otras partidas presupuestarias para financiar la operaci¨®n. La CIA ya est¨¢ sobre el terreno formando a los rebeldes y las armas se espera que lleguen a principios de agosto, de acuerdo con fuentes de la insurgencia citadas por varios medios estadounidenses.
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