Las FARC reconocen haber causado ¡°v¨ªctimas y dolor¡± en Colombia

Han tenido que pasar nueve meses desde que comenzaran los di¨¢logos de paz entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ara que estas reconozcan su parte de responsabilidad en las miles de v¨ªctimas que ha dejado una guerra que ya cumple medio siglo.

Tras negarse una y otra vez a hacerlo, ayer, a la entrada del Palacio de las Convenciones de La Habana, donde el pasado lunes se reiniciaron las conversaciones de paz, la delegaci¨®n de la guerrilla reconoci¨® p¨²blicamente que sus hombres provocaron ¡°v¨ªctimas y dolor¡± y tambi¨¦n abrieron la posibilidad a una ¡°reparaci¨®n con total lealtad a la causa de la paz y la reconciliaci¨®n¡±.

Un informe estima que el conflicto ha causado m¨¢s de 200.000 muertos

Reparar a las v¨ªctimas se ha convertido en uno de los asuntos m¨¢s espinosos del proceso de paz, precisamente por la negativa de las FARC a reconocerlas. En el acuerdo sobre la negociaci¨®n que el grupo firm¨® con el Gobierno para terminar el conflicto el tema de las v¨ªctimas qued¨® resumido en una frase de gran significado que no fue f¨¢cil incluir. ¡°Resarcir a las v¨ªctimas est¨¢ en el centro del acuerdo¡±, dice el documento, que es la gu¨ªa a la cual se ci?en los equipos negociadores.

Sin embargo, varios de los negociadores de la guerrilla que se encuentran en Cuba han dicho en diferentes momentos que no tienen por qu¨¦ responder ante ninguna v¨ªctima ya que son ¡°luchadores populares¡± y no comet¨ªan ¡°cr¨ªmenes contra el pueblo¡±.

As¨ª lo hicieron desde que en 2012 se iniciaron las negociaciones en Oslo (Noruega). Iv¨¢n M¨¢rquez, jefe negociador y n¨²mero dos de las FARC, tambi¨¦n ha insistido en que ellos no son la causa sino la respuesta a la violencia del Estado y que, por eso, para discutir el tema hab¨ªa que ¡°abordar el terrorismo de Estado¡±.

Ahora su posici¨®n parece haberse ablandado. El pronunciamiento de ayer lo hizo uno de los negociadores y jefe del Bloque Occidental de la organizaci¨®n, Jorge Torres Victoria, alias Pablo Catatumbo, que asegur¨® que es necesario resarcir a las v¨ªctimas de la violencia; ¡°todo con el ¨¢nimo de resaltar la necesidad del perd¨®n colectivo¡±, dijo Catatumbo antes de entrar a una nueva sesi¨®n de la decimotercera ronda de negociaciones.

El jefe guerrillero reconoci¨® que en el conflicto armado colombiano ¡°ha habido crudeza y dolor provocados desde nuestras filas¡±, pero matiz¨® que el Estado ha sido part¨ªcipe de esa crueldad. ¡°El enemigo nunca fue ni ha sido f¨¢cil, no se sujet¨® a normas de combate¡±, denunci¨®.

A finales de julio, el presidente Juan Manuel Santos reconoci¨® ante la Corte Constitucional la responsabilidad que tambi¨¦n ten¨ªa el Estado de violaciones a los derechos humanos e infracciones del derecho internacional humanitario relacionadas con el conflicto armado. ¡°En algunos casos por omisi¨®n, en otros casos por acci¨®n directa de algunos agentes del Estado¡±, dijo el mandatario ante una audiencia llena de periodistas a la que asisti¨® para defender el pol¨¦mico Marco Jur¨ªdico para la Paz, una reforma constitucional que establece una serie de instrumentos jur¨ªdicos de justicia transitoria pensados para cuando se supere el conflicto. ¡°Para el Gobierno era perfectamente claro que el punto de partida de cualquier soluci¨®n al conflicto era el reconocimiento y resarcimiento de las v¨ªctimas¡±, explic¨® Santos.

En la declaraci¨®n de ayer, las FARC tambi¨¦n propusieron crear una comisi¨®n de expertos nacionales e internacionales para que estudie el origen del conflicto armado y sus consecuencias. Esto, cuando hace menos de un mes se conoci¨® un extenso y desgarrador informe del Centro Nacional de Memoria Hist¨®rica que concluy¨® que el conflicto ha causado unos 220.000 muertos desde 1958 y que la mayor¨ªa de las v¨ªctimas, 176.000, eran civiles. Seg¨²n Memoria Hist¨®rica, por cada combatiente fallecido han muerto cuatro civiles y de cada 10 colombianos muertos en los ¨²ltimos 54 a?os tres perdieron la vida por causa de la guerra.

Fue precisamente a petici¨®n de Memoria Hist¨®rica que Santos asumi¨® la responsabilidad que tiene el Estado en un conflicto cuyas cifras revelan una guerra encarnizada. En Colombia se estima que hay 25.000 desaparecidos, 6.000 ni?os fueron reclutados, 10.000 personas, amputadas por minas antipersona y casi cinco millones fueron desplazadas de sus hogares.