Estados Unidos, listo para un ataque inminente sobre Siria

Estados Unidos est¨¢ listo para un ataque sobre Siria, que podr¨ªa ser inminente: el dispositivo militar est¨¢ en posici¨®n de combate, las razones han sido expuestas a la opini¨®n p¨²blica, el Congreso ha sido informado, se ha obtenido el imprescindible respaldo de una parte sustancial de la comunidad internacional y ha sido descartada cualquier otra alternativa. Todo est¨¢ preparado para que el presidente Barack Obama d¨¦ la orden, que la comunicar¨¢ al mismo tiempo a toda la naci¨®n.

¡°Hemos desplazado los medios necesarios para cumplir con la opci¨®n que el presidente desee tomar, estamos listos para actuar al instante¡±, dijo ayer el secretario de Defensa, Chuck Hagel en una entrevista a la BBC. ¡°Eso ocurrir¨¢ en coordinaci¨®n con nuestros aliados¡±, a?adi¨®. ¡°Tiene que haber una respuesta y la habr¨¢¡±, certific¨® el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, quien explic¨® que ser¨ªa contraproducente para los intereses norteamericanos permitir que otros reg¨ªmenes crean que pueden utilizar impunemente armas qu¨ªmicas. Por su parte, el vicepresidente de EE UU, Joe Biden, ha asegurado que "no hay duda" de que el r¨¦gimen es el responsable del "atroz" ataque qu¨ªmico.

El Gobierno no precis¨® los medios que ser¨¢n utilizados en esa operaci¨®n, pero EE UU tiene varios barcos de guerra en el Mediterr¨¢neo armados con misiles de crucero y aviones en distintas bases de la zona con capacidad de bombardear fuera del alcance de la artiller¨ªa antia¨¦rea siria. Tambi¨¦n Francia y el Reino Unido poseen flotas en la regi¨®n y han desplazado aviones con el armamento preciso para contribuir al ataque.

Ninguno de los tres pa¨ªses est¨¢ ya a la espera de informes de Naciones Unidas ni de ninguna otra baza diplom¨¢tica que pudiera impedir la intervenci¨®n militar. Los tres, as¨ª como Turqu¨ªa, la Liga ?rabe, Canad¨¢ y Australia, con cuyos jefes de Gobierno habl¨® Obama el lunes y martes, comparten la convicci¨®n de que Siria utiliz¨® armas qu¨ªmicas en su ataque de la semana pasada contra posiciones rebeldes en las afueras de Damasco y no creen necesario esperar a que concluya su trabajo la misi¨®n de inspectores de la ONU que actualmente est¨¢ en Damasco, menos a¨²n despu¨¦s de que ese equipo anunciase este martes un retraso de sus investigaciones. Ninguno de los tres gobiernos alude ya a esa misi¨®n y, en realidad, solo se est¨¢ a la espera de que Obama decida el momento m¨¢s conveniente para actuar.

Este podr¨ªa llegar incluso esta misma semana. Varios medios de comunicaci¨®n norteamericanos anticipaban, citando altos funcionarios de la Administraci¨®n, que el ataque podr¨ªa ocurrir este mismo jueves. Este mi¨¦rcoles Obama participar¨¢ en un acto muy importante para conmemorar el 50 aniversario del discurso de Martin Luther King I have a dream. No parece el momento ideal de empezar una guerra. Pero todas esas consideraciones son en este momento secundarias frente a otras de car¨¢cter t¨¦cnico-militar que, probablemente, decidir¨¢n la hora H del d¨ªa D.

El Gobierno norteamericano ha estado sugiriendo ¨²ltimamente que el ataque ser¨¢ limitado, pero es dif¨ªcil anticipar qu¨¦ significa ese concepto. El mero lanzamiento de unos cuantos misiles de crucero durante un par de d¨ªas, servir¨ªa para mandar un mensaje al r¨¦gimen sirio sobre la intolerancia de la comunidad internacional a sus m¨¦todos de combate, pero dif¨ªcilmente tendr¨ªa un impacto sobre la marcha de la contienda civil ni sobre la supervivencia del propio Bachir al Asad, sobre quien Obama dijo hace m¨¢s de dos a?os que tendr¨ªa que dejar el poder.

Una operaci¨®n militar m¨¢s larga y profunda, con el uso sostenido de la aviaci¨®n, por ejemplo, multiplicar¨ªa, a su vez, los riesgos evidentes de una intervenci¨®n de esta naturaleza en uno de los puntos m¨¢s peligrosos del mundo, con L¨ªbano e Israel, entre otros, en la frontera con Siria.

Que todo est¨¦ preparado para un ataque no significa necesariamente que est¨¦ bien preparado. De hecho, se aprecian ya varios inconvenientes. Aunque se han trasladado a la opini¨®n p¨²blica los argumentos que justifican la acci¨®n ¨Cespecialmente, el hecho de que EE UU no puede tolerar el uso de un arma tan cruel como los gases venenosos, sobre todo cuando el presidente norteamericano hab¨ªa advertido previamente que no se hiciera- la poblaci¨®n es todav¨ªa reacia a este ataque: solo un 9% lo apoya, y un 25% lo har¨ªa en el caso de que se demostrase la utilizaci¨®n de armas qu¨ªmicas, seg¨²n una encuesta de The Washington Post.

Al mismo tiempo, aunque la Casa Blanca asegura que el Congreso ha sido informado de los planes del presidente, varios congresistas reclaman datos m¨¢s precisos y recomiendan una aprobaci¨®n espec¨ªfica de parte de ambas c¨¢maras. Es poco probable que Obama atienda a esa recomendaci¨®n, pero est¨¢ obligado por ley a solicitar la aprobaci¨®n en el caso de que la participaci¨®n militar norteamericana se extienda por m¨¢s de dos meses.

Parece que la voluntad de la Administraci¨®n es que no sea necesario un plazo tan largo. El ejemplo al que se acude es el de la intervenci¨®n en Libia en 2011, cuando EE UU atac¨® solo durante los primeros d¨ªas y dej¨® despu¨¦s el peso de la campa?a a¨¦rea a sus aliados europeos. Pero esta vez no va a ser f¨¢cil repetir ese modelo, en parte porque Francia y el Reino Unido no tienen capacidad militar para una actuaci¨®n as¨ª en Siria, y en parte porque la ofensiva sobre ese pa¨ªs es mucho m¨¢s compleja desde todos los puntos de vista.

Otros de los aspectos controvertidos de la operaci¨®n que se avecina es la de su legitimidad. Aunque en el pasado se ha intervenido militarmente sin el respaldo de la ONU ¨Cla m¨¢s destacada, la de la OTAN en los Balcanes- los participantes en este ataque van a tener algunas dificultades para justificar legalmente su acci¨®n, particularmente si se producen v¨ªctimas civiles, lo que no es descartable.