La campa?a de las ideas escondidas
La ventaja de la canciller en las encuestas se modula con las dudas acerca de sus socios de coalici¨®n
La prensa alemana aplica estos d¨ªas la met¨¢fora del ¨²ltimo tramo a lo poco que queda de campa?a electoral. Puestos a convertir a los candidatos en ciclistas, vemos que Angela Merkel se acerca a la meta con mucha ventaja sobre el resto de los participantes. Viene segura del triunfo en su bicicleta de paseo. Ha hecho una carrera perfecta, consagrada a no cometer errores, promocionar su persona y esconder las ideas (que las tiene, aunque no se sabe bien cu¨¢les son) tras una niebla de esl¨®ganes y generalidades. Su principal problema ahora es la suerte que pueda corresponder a sus actuales socios de coalici¨®n, los liberales del FDP, tras el varapalo que sufrieron el domingo pasado en Baviera. Tiene, no obstante, la piel camale¨®nica de Angela Merkel colores suficientes para adaptarse a otras combinaciones de Gobierno.
Tras ella viene Peer Steinbr¨¹ck; este, s¨ª, sudando la gota gorda, esforz¨¢ndose con bravura. Las encuestas de ¨²ltima hora siguen neg¨¢ndole el 30%, pero ha mejorado. Sus bazas principales: atraer a las urnas a los tradicionales votantes socialdem¨®cratas que hace cuatro a?os se quedaron en casa y pescar en el estanque de Los Verdes. Steinbr¨¹ck ha demostrado que, adem¨¢s de ser un economista competente, es capaz de sobreponerse a su tiesura de profesor. Gan¨® puntos en el debate con la canciller, con el intento de chantaje que padeci¨® y, entre los suyos, con aquella broma de la peineta en el suplemento del S¨¹ddeutsche Zeitung. Una Gran Coalici¨®n con Angela Merkel (que ¨¦l rechaza porque sali¨® escaldado de la anterior) tendr¨ªa a buen seguro repercusiones positivas para los pa¨ªses endeudados de la eurozona, sobre todo despu¨¦s de comprobar que a la canciller no le duelen prendas a la hora de apropiarse de ideas e iniciativas provenientes del SPD, e incluso de dar a su pol¨ªtica una orientaci¨®n de centroizquierda que suavizar¨ªa la exigencia de austeridad.
Los Verdes est¨¢n haciendo una campa?a decepcionante para no pocos de sus adeptos. Partieron con una ventaja que han perdido. Ahora mismo las encuestas les dan un exiguo 9%. El partido se ha aburguesado de manera perceptible. Gran parte de sus postulados ecologistas ha sido asimilada por los dem¨¢s partidos. Pero ha habido m¨¢s. En pol¨ªtica se pueden cometer errores, pero hay algunos que resultan particularmente funestos. La sugerencia de imponer un d¨ªa vegetariano en las cantinas p¨²blicas, por ejemplo, que fue interpretada como una intromisi¨®n intolerable en la vida privada de los ciudadanos. Su propuesta de aumento fiscal a pocos d¨ªas de los comicios. El asunto, por ¨²ltimo, de la pedofilia, que ha enturbiado la imagen de su candidato principal, J¨¹rgen Trittin, quien en viejos tiempos de rebeld¨ªa y extremismo promovi¨® una iniciativa program¨¢tica para despenalizar las relaciones sexuales con menores.
M¨¢s fuerte llega a la meta La Izquierda (Die Linke), que ha mantenido desde el principio unas perspectivas de voto en torno al 10%. La Izquierda sigue siendo el convidado de piedra del juego pol¨ªtico alem¨¢n. Tanto el SPD como los Verdes rechazan de plano una coalici¨®n de Gobierno con ella, por m¨¢s que los tres juntos podr¨ªan desbancar a los democristianos del poder.
Rezagados y con poco aire en las ruedas, llegan los liberales. Como el SPD antes que ellos, est¨¢n pagando el precio de haber formado Gobierno con Angela Merkel. Su esperanza se cifra en que los electores del CDU, partidarios de prolongar la actual coalici¨®n, les concedan uno de los dos votos de que dispone cada ciudadano, lo que no hace ninguna gracia a la canciller. El resto de los ciclistas, al quedar por debajo del 5%, no alcanzar¨¢ la meta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.