Un sistema electoral muy complejo

Para elegir a sus representantes en el Bundestag, la c¨¢mara baja, los alemanes cuentan con un sistema de voto proporcional casi perfecto que combina los sistemas parlamentarios mayoritario y proporcional. El mayoritario se utiliza, principalmente, en los pa¨ªses anglosajones. El territorio se divide circunscripciones electorales representadas por un ¨²nico diputado elegido de modo directo. En el sistema proporcional, en cambio, se vota una lista con los consiguientes candidatos.

En la C¨¢mara de los Comunes brit¨¢nica, donde se emplea el sistema mayoritario, hay 650 diputados. Cada uno representa a una circunscripci¨®n. Sus partidarios sostienen que as¨ª se refuerza la relaci¨®n entre los votantes y sus diputados; y, debido a su tendencia bipartidista, se evita tener un Parlamento muy fragmentado. Pero este sistema dificulta que surjan alternativas. Por ejemplo, si el partido laborista obtiene el 51% de los votos en una circunscripci¨®n; los conservadores, el 30% y los liberales, el 15%, los laboristas ser¨ªan quienes ganar¨ªan el diputado. Y los miles de votos de conservadores y liberales se quedar¨ªan sin representaci¨®n en Westminster.

En cambio, los sistemas proporcionales tratan de corregir esta distorsi¨®n ajustando la relaci¨®n entre el porcentaje de voto de una lista y sus diputados. Aunque para ello, se refuerzan las estructuras de los partidos, de modo que los candidatos obtienen su acceso al Parlamento medrando dentro de la lista y no mediante el contacto con sus electores.

El sistema alem¨¢n trata de aunar lo mejor de ambos mundos. Aunque puramente es un sistema proporcional, introduce elementos de elecci¨®n directa que dan m¨¢s poder al ciudadano. El n¨²mero de diputados del Bundestag no es fijo. Como m¨ªnimo hay 598 pero puede llegar a m¨¢s de 700, en funci¨®n de cu¨¢l sea la elecci¨®n directa de los ciudadanos

De esos 598 diputados, 299 son elegidos por mandato directo en cada uno de los distritos electorales, modificados antes de cada elecci¨®n para reflejar los cambios demogr¨¢ficos. Los alemanes tienen una sola papeleta que se divide en dos casillas. A la izquierda se marca el nombre de un candidato concreto. Mientras en el lado derecho el apoyo se da en bloque al partido. Si la conservadora CDU de la canciller Angela Merkel obtiene el 30% de los votos totales, esa debe ser su representaci¨®n en la c¨¢mara.

Cuando la elecci¨®n del diputado por mandato directo coincide con el orden de la lista del partido, no se presenta ninguna distorsi¨®n y los 598 diputados ¡ªentre ellos, los 299 del mandato directo¡ªse dividen proporcionalmente. Pero a menudo esto no ocurre. Es habitual que un votante de la CDU elija a su candidato mediante mandato directo pero apoye a los liberales del FDP en el segundo voto para que este partido, su tradicional socio de coalici¨®n, alcance el 5% m¨ªnimo que se exige para tener presencia en el Bundestag, cuando no se han alcanzado al menos tres mandatos directos. O por ejemplo, un votante del SPD puede preferir a un candidato que no aparezca en los primeros puestos de la lista de su partido.

Para dar soluci¨®n a estos supuestos sin disminuir la proporcionalidad, el sistema electoral alem¨¢n ha optado por aumentar el n¨²mero final de diputados. As¨ª, si en funci¨®n de su porcentaje a la CDU le corresponden dos diputados en el distrito de Baviera, pero los electores de ese distrito han elegido por mandato directo al n¨²mero cinco de la lista, este diputado deber¨¢ incorporarse al Bundestag de manera autom¨¢tica y la CDU tendr¨¢ tres diputados por ese distrito.

Pero como esto tambi¨¦n reduc¨ªa la proporcionalidad final de la C¨¢mara, el Tribunal Constitucional alem¨¢n sentenci¨® que el n¨²mero final de parlamentarios del resto de partidos deber¨¢ aumentar en la misma proporci¨®n, de modo que se respete al m¨¢ximo el porcentaje de voto de los electores y su derecho a un voto personalizado.