Dimite por fraude el l¨ªder del Partido holand¨¦s de los Pensionistas
Henk Krol no pag¨® la seguridad social de sus empleados en un peri¨®dico entre 2004 y 2007
Henk Krol, l¨ªder del Partido de los Pensionistas y uno de los activistas homosexuales m¨¢s famosos de Holanda, acaba de dimitir por fraude. Antes de conseguir dos esca?os -en un Parlamento de 150- en los comicios de 2012, dirig¨ªa el Gay Krant (Diario Gay), el mayor del pa¨ªs. Para evitar su cierre por problemas de financiaci¨®n, Krol oblig¨® en 2007 a sus empleados a renunciar a cuatro a?os de pensi¨®n, justo el tiempo que ¨¦l llevaba sin pagarles la seguridad social. El rotativo De Volkskrant ha destapado el esc¨¢ndalo gracias a un soplo dejado en Plubleaks.nl, un nuevo sitio de Internet dedicado a recoger denuncias an¨®nimas. El pol¨ªtico ha abandonado inmediatamente la C¨¢mara, pero su marcha no ha podido llegar en peor momento: de convocarse hoy elecciones generales, su formaci¨®n podr¨ªa obtener hasta 10 esca?os.
La crisis y el nuevo ajuste de 6.000 millones de euros estipulado por el Gobierno de centroizquierda, han aupado a los defensores de la tercera edad. Tambi¨¦n a la derecha xen¨®foba de Geert Wilders, y a los radicales del Partido Socialista . Estos ¨²ltimos llevan a?os de rodaje. Krol, sin embargo, se hab¨ªa hecho un hueco en nombre de la transparencia y la protecci¨®n de los pensionistas. En un gesto algo teatral, incluso hab¨ªa abandonado la ronda de consultas del Ejecutivo, que busca apoyos a derecha e izquierda para su nueva receta de austeridad. Que su ca¨ªda se deba a un fraude contable (algunos de sus antiguos empleados se han encontrado con una pensi¨®n inferior a los 100 euros mensuales) ha producido estupor.
"He hecho muchas cosas mal. Han ganado mis enemigos. Yo soy un luchador y dej¨¦ los n¨²meros a otros¡±, ha dicho ahora Krol, para explicar lo ocurrido. Aunque su partido, que tiene tambi¨¦n un senador, fuera peque?o, sus votantes, los de Wilders y los de los socialistas radicales muestran el desencanto ciudadano con un Gobierno que solo parece ofrecer austeridad. Eso, y una merma del Estado de bienestar que propone dejar en manos de los ayuntamientos, pero sobre todo de voluntarios, el cuidado de dependientes y ancianos.
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