El l¨ªder supremo iran¨ª bendice el deshielo con Estados Unidos
Ali Jamene¨ª consiente con cautelas las conversaciones de Rohan¨ª con EE UU debido a la presi¨®n de las sanciones internacionales y al aislamiento del r¨¦gimen iran¨ª
Con su permanente sonrisa y su h¨¢bito clerical impoluto, Hasan Rohan¨ª ha triunfado en Nueva York. El nuevo presidente iran¨ª ha iniciado el deshielo con Occidente, y muy en especial con Estados Unidos, durante su asistencia a la Asamblea General de la ONU. El estilo no ha podido ser m¨¢s diferente del de su predecesor, Mahmud Ahmadineyad. Donde ¨¦ste se las arregl¨® para incomodar a medio mundo, Rohan¨ª ha sonado moderado, dialogante y pragm¨¢tico. Ha ofrecido transparencia para resolver la crisis nuclear y se ha mostrado deseoso de reintegrar a su pa¨ªs en la escena internacional. Queda por ver si el hombre en el que, tanto dentro como fuera de Ir¨¢n, se quieren poner las esperanzas tiene la capacidad de dar un golpe de tim¨®n y cumplir las expectativas.
Los m¨¢s esc¨¦pticos, con el Gobierno de Israel a la cabeza, niegan la mayor. El presidente iran¨ª, aseguran, carece de poder, ya que la ¨²ltima palabra en todos los asuntos de pol¨ªtica exterior y seguridad nacional la tiene el l¨ªder supremo de la revoluci¨®n, el ayatol¨¢ Ali Jamene¨ª. Adem¨¢s, desconf¨ªan de las palabras de ¨¦ste de que las armas nucleares ¡°van contra las ense?anzas del islam¡± y que por lo tanto su pa¨ªs nunca se dotar¨¢ de ellas. El primer ministro israel¨ª, Benjam¨ªn Netanyahu, ha definido a Rohan¨ª como ¡°un lobo con piel de cordero¡±. Quienes opinan como ¨¦l ven su ofensiva de seducci¨®n como una treta para salir del agobio econ¨®mico causado por las sanciones internacionales y ganar tiempo en el programa at¨®mico.
El r¨¦gimen iran¨ª acomoda a varios grupos de presi¨®n en un tira y afloja
Hay parte de verdad y parte de interpretaci¨®n interesada en esa postura. Es cierto que Jamene¨ª es la m¨¢xima autoridad de la Rep¨²blica Isl¨¢mica. Siempre lo ha sido. Tambi¨¦n cuando gobernaba el lenguaraz Ahmadineyad, cuyas rimbombantes declaraciones se sol¨ªan aceptar tal cual. ?Por qu¨¦ a ¨¦l se le cre¨ªa y en el caso de Rohan¨ª, como antes con el reformista Mohamed Jatam¨ª, se duda de su capacidad de influencia? Las prerrogativas de la presidencia iran¨ª no han cambiado.
Se asume que Jamene¨ª, de 74 a?os, es eminentemente conservador y que por lo tanto dar¨¢ mayor libertad de acci¨®n a un presidente de su cuerda. Pero es que Rohan¨ª lo es. Este cl¨¦rigo de rango intermedio (ostenta el t¨ªtulo de hoyatoleslam) es un hombre del sistema con una larga carrera pol¨ªtica. De hecho, como secretario general del Consejo Supremo de Seguridad Nacional (CSSN) fue encargado de las primeras negociaciones nucleares en 2003, al a?o siguiente de que se descubriera el programa at¨®mico secreto de Ir¨¢n, y quien convenci¨® al l¨ªder para la suspensi¨®n del enriquecimiento de uranio en 2004, luego interrumpida al fracasar las conversaciones.
Adem¨¢s, el propio Rohan¨ª ha dejado claro durante todas sus comparecencias p¨²blicas que cuenta con el respaldo del gu¨ªa supremo. ¡°Este Gobierno se inicia con plenos poderes y tiene total autoridad¡±, declar¨® durante una entrevista televisada, sabedor de las dudas que suscita su apuesta por el di¨¢logo y la negociaci¨®n. ¡°Tenemos suficiente margen pol¨ªtico para resolver este asunto¡±, subray¨® sobre la crisis nuclear que est¨¢ en el origen del aislamiento a Ir¨¢n. Con anterioridad, hab¨ªa trasladado el dosier nuclear del CSSN al Ministerio de Exteriores, un gesto significativo.
Solo el jefe de la Guardia Republicana critic¨® la llamada telef¨®nica de Obama
El mism¨ªsimo Jamene¨ª habl¨® ayer para mostrar su apoyo a los esfuerzos diplom¨¢ticos del presidente en la ONU. Pero aprovech¨® tambi¨¦n su intervenci¨®n para deslizar una cr¨ªtica a las gestiones de Rohan¨ª y al supuesto acercamiento con Washington. Jamene¨ª consider¨® ¡°impropias¡± algunas de las gestiones de Rohan¨ª ante la ONU y se mostr¨® ¡°pesimista¡± sobre las intenciones estadounidenses. ¡°El Gobierno de EE UU no es fiable. Es arrogante y rompe sus promesas¡±, dijo en Teher¨¢n. M¨¢s all¨¢ de la ret¨®rica, Jamene¨ª afirm¨® en el pasado que no est¨¢ en contra de una cooperaci¨®n m¨¢s flexible con la comunidad internacional. ¡°No me opongo a los pasos diplom¨¢ticos adecuados, y a¨²n creo en lo que hace a?os denomin¨¦ la flexibilidad heroica¡±, manifest¨® el l¨ªder durante un discurso hace dos semanas, tras hacer una met¨¢fora con los luchadores que, a pesar de su fuerza, a veces tienen que ceder por razones t¨¢cticas sin olvidar qui¨¦n es su rival y enemigo.
?Qu¨¦ ha pasado para que el dirigente al que hace tan solo cuatro a?os los iran¨ªes llamaban dictador en las calles defienda ahora la flexibilidad? Numerosos analistas apuntan a los efectos que han tenido las duras sanciones internacionales sobre la econom¨ªa iran¨ª. Sin duda, han pesado las dificultades para vender y cobrar su petr¨®leo, la principal fuente de ingresos del pa¨ªs. Pero tambi¨¦n, la marginaci¨®n internacional de un pa¨ªs con peso y vocaci¨®n de potencia regional, y el desencanto de su poblaci¨®n con un sistema que no ha cumplido sus promesas de desarrollo y modernizaci¨®n.
¡°No me opongo a los pasos diplom¨¢ticos adecuados, y a¨²n creo en lo que hace a?os denomin¨¦ la flexibilidad heroica¡±, manifest¨® el l¨ªder
El poder de Jamene¨ª no es absoluto en el sentido unipersonal del t¨¦rmino. El r¨¦gimen iran¨ª, por m¨¢s que no sea una democracia sensu stricto, acomoda a varios grupos de presi¨®n en un permanente tira y afloja. De ah¨ª la sucesi¨®n de etapas represivas y liberales. Al voto popular que constituye el elemento republicano, se le sum¨® desde el principio el contrapeso del clero que dio al pa¨ªs su apellido isl¨¢mico. Reci¨¦n nacida la Rep¨²blica Isl¨¢mica en 1979, la guerra contra Irak y la reconstrucci¨®n posterior convirtieron a la Guardia Republicana (los Pasdar¨¢n) en el tercer polo de poder. En los ¨²ltimos a?os, su influencia se ha extendido desde la econom¨ªa a la pol¨ªtica, hasta el punto de que algunos observadores vieron en el Gobierno de Ahmadineyad (un expasdar) su consagraci¨®n como centro de gravedad.
Es posible que tras las filas de esa milicia, y de su poderoso aparato de seguridad, se parapeten hoy muchos de quienes recelan de hacer las paces con EE UU, sea por razones ideol¨®gicas o por intereses espurios. En principio, los Pasdar¨¢n son quienes m¨¢s tendr¨ªan que perder de un acuerdo que rebajara las tensiones. Su control sobre los programas nuclear y de misiles les han acercado al n¨²cleo de decisi¨®n pol¨ªtica, a pesar de que el fundador de la Rep¨²blica Isl¨¢mica, el ayatol¨¢ Jomein¨ª, prohibi¨® su interferencia. De hecho, tanto Jamene¨ª como Rohan¨ª, les han pedido que no se inmiscuyan en las tareas de gobierno.
De momento los ultraconservadores y las instituciones que controlan (desde el poder judicial hasta la radiotelevisi¨®n estatal, pasando por los p¨²lpitos) est¨¢n cumpliendo la orden de Jamene¨ª de no sabotear los esfuerzos de Rohan¨ª con sus cr¨ªticas. Solo el jefe de la Guardia Republicana, el general Ali Jafari, ha tachado de prematura la conversaci¨®n telef¨®nica del presidente con su hom¨®logo Barack Obama. ¡°Debiera haberse negado hasta que hubiera alg¨²n paso concreto por parte de EE UU¡±, ha dicho dando a entender que el problema no es el contacto sino la falta de un gesto tangible. En cualquier caso, tal como ha dejado claro el propio Rohan¨ª, la disposici¨®n a explorar la posibilidad de una nueva relaci¨®n con EE UU no significa una capitulaci¨®n. Ir¨¢n a¨²n defiende su derecho a un programa nuclear civil.
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