Bruselas rebate los clich¨¦s de la inmigraci¨®n

La imagen de un parado de Europa del Este afincado en Londres que frecuenta el sistema de salud sin aportar nada a cambio se est¨¢ instalando en la mente de muchos europeos como ejemplo indeseado de la integraci¨®n comunitaria. Y, sin embargo, los datos no respaldan ese clich¨¦. Cansada de o¨ªr las quejas de algunos pa¨ªses miembros ¡ªcapitaneados por Reino Unido¡ª sobre los supuestos abusos de la movilidad en el continente, la Comisi¨®n Europea rebati¨® este lunes con cifras esos argumentos. Lejos de ser una marea, el n¨²mero de ciudadanos comunitarios mayores de edad inactivos que residen en otro pa¨ªs miembro apenas alcanza el 1% de toda la poblaci¨®n de la UE: unos cinco millones de personas. Y el 13% de ellos son estudiantes.

Los l¨ªderes de las instituciones comunitarias llevan meses preocupados por el giro antiinmigraci¨®n que han experimentado los discursos de muchos gobernantes al calor de la crisis. La tentaci¨®n de culpar al extranjero de los problemas del Estado de bienestar ha llegado hasta el punto de arremeter no solo contra los inmigrantes de terceros pa¨ªses, sino contra los comunitarios, principalmente rumanos y b¨²lgaros. El propio presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, sintetiz¨® esos miedos al admitir que las elecciones europeas del pr¨®ximo mes de mayo ser¨¢n "extremadamente dif¨ªciles" por el riesgo de que los partidos eur¨®fobos capitalicen el descontento de la poblaci¨®n.

Tras mucho tiempo de batalla dial¨¦ctica, la Comisi¨®n ha decidido arrojar luz sobre este debate tan propicio a la demagogia. Y ha demostrado con datos de distintas fuentes oficiales que el peso de esa poblaci¨®n inactiva que tanto preocupa a Reino Unido, Alemania, Holanda o Austria es m¨¢s que reducido. Parad¨®jicamente, los pa¨ªses con mayor porcentaje de extranjeros comunitarios sin trabajo (Luxemburgo, con un 14%, y Chipre, con un 4%) apenas han alzado su voz en este debate. El informe no discrimina por nacionalidades, pero probablemente rumanos y b¨²lgaros no conforman el grueso del colectivo, que re¨²ne a desempleados, estudiantes, pensionistas, discapacitados y otros.

"El estudio deja claro que la mayor¨ªa de los ciudadanos europeos que se mueven a otro pa¨ªs lo hace para trabajar y pone en perspectiva la dimensi¨®n del llamado turismo de prestaciones, que no est¨¢ muy extendido ni es sistem¨¢tico", argument¨® el comisario europeo de Empleo y Asuntos Sociales, L¨¢szl¨® Andor, en un comunicado. Un portavoz de Andor a?ade que el informe se ha divulgado para "discutir sobre hechos, en vez de hacerlo sobre prejuicios". El comisario lo mencionar¨¢ este martes a los ministros de Empleo de la UE, que se reunir¨¢n en Luxemburgo.

El texto concede, eso s¨ª, que los flujos de unos pa¨ªses a otros est¨¢n aumentando. En toda la UE el peso de otros ciudadanos comunitarios se ha duplicado en la ¨²ltima d¨¦cada, hasta alcanzar el 2,6% de la poblaci¨®n, un nivel a¨²n muy modesto. Si se toman los 15 pa¨ªses anteriores a las ¨²ltimas ampliaciones, la presencia es mayor, del 3,2%, porque su mejor posici¨®n inicial atrae el ¨¦xodo. El documento constata tambi¨¦n que Estados con altos niveles de empleo, como Austria y Reino Unido, "han experimentado flujos elevados de inmigrantes en comparaci¨®n con otros pa¨ªses con menores niveles de empleo".

A partir de ah¨ª, casi todo son paradojas. El ¨²nico cap¨ªtulo en el que los extranjeros comunitarios hacen un mayor uso ¡ªproporcional, no cuantitativo¡ª de las prestaciones es el desempleo contributivo. Salvo en dos pa¨ªses: Reino Unido, donde solo el 1% de los inactivos intracomunitarios percibe prestaci¨®n, frente al 4% de los nacionales. Y en Holanda, donde est¨¢n igualados. Adem¨¢s, el 79% de quienes no tienen ocupaci¨®n residen en un hogar donde s¨ª hay actividad. Y la mitad de los inactivos llevan residiendo en el pa¨ªs m¨¢s de 10 a?os, lo que aleja el mito de los reci¨¦n llegados por los embates de la crisis.

Las cifras demuestran, por tanto, que el debate tiene mucho m¨¢s de ideol¨®gico que de respuesta a un problema real. El Gobierno brit¨¢nico, adem¨¢s, aborda este asunto arrastrado por el auge electoral del partido ultranacionalista UKIP, que ha hecho del odio al extranjero su principal bandera.

M¨¢s all¨¢ del paro, el resto de indicadores muestran un peso muy inferior de los extranjeros comunitarios. El gasto que suponen en el cap¨ªtulo de prestaciones no contributivas (complementos de pensi¨®n, subsidios de paro y otras rentas m¨ªnimas) apenas alcanza el 5% en la mayor¨ªa de los Estados (y en muchos est¨¢ por debajo del 1%).

El sistema sanitario es otra de las conquistas que algunos europeos creen amenazada por lo que constituye la esencia del proyecto europeo: la libre movilidad entre fronteras. Los datos que aporta la Comisi¨®n reflejan que ese colectivo apenas supone un 0,2% del gasto total en salud.

Dada la falta de informaci¨®n en muchos campos, el estudio carece de precisi¨®n en algunos aspectos pero es el primer intento serio de abordar este debate con cifras por delante. Andor admite que puede haber problemas concretos en regiones y municipios determinados y anima a los Estados miembros a aliviar las presiones con los fondos europeos previstos a esos efectos.