Ir¨¢n-EE UU, la hora de los hechos
Teher¨¢n puede asumir que hay base para el entendimiento mutuo, aunque deja claro cu¨¢les son sus l¨ªneas rojas
Muchas palabras se han pronunciado desde que en 2002 se desvel¨® que Ir¨¢n estaba desarrollando un programa nuclear. Desde entonces muchos han sido tambi¨¦n los vaivenes que han sufrido las conversaciones y negociaciones que han tratado de encajar las diferentes visiones sobre el asunto. Nada ha impedido, sin embargo, que Ir¨¢n siga siendo calificado como un paria internacional, que su programa nuclear siga avanzando inexorablemente (con casi 20.000 centrifugadoras operativas), que la ONU haya aprobado cuatro rondas de sanciones (a las que se a?aden las unilaterales aprobadas por Washington y algunas otras capitales) y que la situaci¨®n socioecon¨®mica de los iran¨ªes se haya deteriorado significativamente.
Llegados a ese punto, hoy- con ocasi¨®n de la nueva ronda de negociaciones entre el Grupo 5+1 e Ir¨¢n- todos los interlocutores demandan hechos verificables como ¨²nico modo de desactivar una crisis que un¨¢nimemente desean ver superada. Ese es el principal mensaje que tanto Barack Obama como el nuevo presidente iran¨ª, Hasan Rohani, est¨¢n emitiendo desde la elecci¨®n de este ¨²ltimo el pasado junio. No es raro que esos precedentes hayan generado unas expectativas quiz¨¢s desmesuradas sobre lo que cabe esperar a corto plazo- y as¨ª se entiende que la m¨¢xima responsable comunitaria de las negociaciones, Catherine Ashton, haya declarado que el acuerdo no est¨¢ a la vuelta de la esquina.
Dado que los negociadores iran¨ªes demandaron a sus interlocutores que su iniciativa permanezca en secreto por el momento, solo cabe apuntar algunas conjeturas sobre su contenido y alcance. Una vez que Obama ha aceptado p¨²blicamente el derecho iran¨ª a preservar su r¨¦gimen y a un programa nuclear civil, Teher¨¢n puede asumir que hay base para el entendimiento mutuo, aunque tambi¨¦n ha querido dejar claro desde el principio cu¨¢les son sus l¨ªneas rojas: no habr¨¢ transferencia del uranio ya enriquecido al 20% a ning¨²n otro pa¨ªs (aunque podr¨ªa decidir rebajarlo nuevamente al 4-5% o emplearlo en el reactor de investigaci¨®n de la capital) y no cabe cuestionar su derecho al enriquecimiento (algo que, sin duda, le est¨¢ permitido como firmante del TNP).
El a¨²n desconocido plan en tres etapas que el viceministro de exteriores iran¨ª, Abbas Aragchi, habr¨¢ presentado en Ginebra busca fundamentalmente establecer un v¨ªnculo directo entre una mayor transparencia por parte de Teher¨¢n y el alivio de las sanciones que pesan sobre ¨¦l. Esto ¨²ltimo es lo que ahora mismo m¨¢s preocupa a los gobernantes iran¨ªes, conscientes de que la prolongaci¨®n de las sanciones est¨¢ da?ando muy seriamente la base de su poder (ante una poblaci¨®n crecientemente cr¨ªtica con un programa nuclear al que ya solo ven como responsable de su p¨¦rdida de bienestar) y la posibilidad de que la econom¨ªa iran¨ª pueda remontar. Las sanciones han provocado, por ejemplo, que hoy Ir¨¢n solo pueda exportar diariamente 1,2 millones de barriles de petr¨®leo (cuando eran 2,5 en 2011)- cuando de esa fuente obtiene hasta el 80% de sus ingresos por exportaciones-, que el rial haya ca¨ªdo un 40%, que haya quedado fuera del sistema financiero internacional y hasta que se haya desplomado la industria automovil¨ªstica (que emplea a unos 700.000 trabajadores).
Esto significa que el 5+1 dispone de una efectiva baza negociadora para lograr cambios sustanciales de la contraparte iran¨ª. En su lista de peticiones cabe pensar que est¨¢ la paralizaci¨®n del enriquecimiento de uranio m¨¢s all¨¢ del 5%, el cierre de las instalaciones de Fordo (pr¨¢cticamente imposibles de destruir por la fuerza) y la total apertura de sus instalaciones a los inspectores de la AIEA.
Antes de que algo as¨ª pueda materializarse, y contando con que ambas partes deben moverse simult¨¢neamente de sus posiciones iniciales, existen otros elementos ¨²tiles para ir ¡°haciendo camino al andar¡±. El primero de ellos puede ser la aceptaci¨®n plena por parte de Ir¨¢n del Protocolo Adicional del TNP (establecido en 1997), que permite a la AIEA visitas mucho m¨¢s intrusivas. Teher¨¢n, de hecho, ya lo acept¨® en 2003- cuando Rohani era el negociador nuclear principal-, pero se retract¨® en 2005 ante la imposici¨®n de nuevas sanciones. Hay que recordar en este punto que Ir¨¢n permite a la AIEA inspeccionar las 17 instalaciones declaradas por Teher¨¢n, pero se niega a que visite Parchim, aduciendo que se trata de una base militar y que la inspecci¨®n supondr¨ªa un riesgo para su propia seguridad (lo ocurrido en Irak le sirve de argumento para defenderse). Da la impresi¨®n de que el problema que representa el reactor de agua pesada que se est¨¢ construyendo en Arak (y que permitir¨¢ en un a?o la producci¨®n de plutonio, susceptible de ser usado como material de uso militar) se deja para m¨¢s adelante. Veremos.
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