El Gobierno interino egipcio recorta libertades conquistadas en Tahrir
Un nuevo proyecto de ley limita al m¨¢ximo el derecho de manifestaci¨®n
La estructura de la coalici¨®n de partidos pol¨ªticos, movimientos sociales e instituciones p¨²blicas que se forj¨® contra el presidente islamista Mohamed Morsi, que fue derrocado por un golpe de Estado militar en julio, empieza a exhibir grietas gruesas. La reciente aprobaci¨®n de una propuesta de ley muy restrictiva con el derecho a manifestarse ha hecho aflorar las tensiones en una alianza muy heterog¨¦nea, pues re¨²ne tanto a movimientos liberales como a figuras y estamentos vinculados al antiguo r¨¦gimen de Mubarak que apuestan por dise?ar un nuevo sistema pol¨ªtico de marcado car¨¢cter autoritario.
La proposici¨®n, presentada por el ministerio del Interior, ha suscitado fundados temores sobre un retroceso en las libertades conseguidas tras la revoluci¨®n del 2011. El proyecto de ley introduce estrictos l¨ªmites al derecho de manifestaci¨®n, e incluso proh¨ªbe las sentadas y la ocupaci¨®n de espacios p¨²blicos. Por ejemplo, seg¨²n el art¨ªculo 8, se deber¨¢ informar sobre el recorrido de la marcha con cinco d¨ªas de antelaci¨®n a las autoridades p¨²blicas, que tendr¨¢n la potestad de prohibirla. Adem¨¢s, se suprimir¨¢n las manifestaciones en las cercan¨ªas de los edificios oficiales, lo que podr¨ªa vedar cualquier tipo de protesta en la simb¨®lica plaza Tahrir.
No solo las organizaciones de derechos humanos han censurado la ley, sino tambi¨¦n algunos partidos y movimientos que apoyaron con entusiasmo el golpe de Estado del pasado 3 de julio. ¡°Cualquier ley que limite el derecho a manifestarse pac¨ªficamente... es una ley injusta¡±, declar¨® en su p¨¢gina de Facebook Mohamed Abdel Aziz, uno de los fundadores de Tamarrud, la organizaci¨®n juvenil que lider¨® las movilizaciones contra Morsi.
El Consejo de Ministros aprob¨® la propuesta de ley el pasado 10 de octubre, y solo falta la firma del presidente interino Adli Mansur para que entre en vigor. No obstante, la cascada de cr¨ªticas recibidas los d¨ªas siguientes llev¨® al primer ministro, Hazem Beblawi, a declarar su disposici¨®n a enmendarla y a abrir un periodo de una semana de ¡°debate social¡±. Y es que ni tan siquiera su Gabinete se ha librado de la profunda divisi¨®n que ha provocado la medida.
Seg¨²n public¨® un peri¨®dico local, el ministro del Interior, Mohamed Ibrahim, y el vice primer ministro, Ziad Bahaa el Din, mantuvieron una acalorada discusi¨®n al respecto. ¡°Cada uno de nosotros debe recordar este d¨ªa porque es el d¨ªa que la opini¨®n de la gente sobre nuestro Gobierno empezar¨¢ a cambiar¡±, dijo el socialdem¨®crata Bahae el Din, contrario a la exclusi¨®n de los Hermanos Musulmanes de la vida pol¨ªtica del pa¨ªs.
Las discrepancias dentro del gabinete entre ¡°halcones¡± y ¡°palomas¡± no son nuevas, y ya provocaron la renuncia del vice presidente Mohamed el Baradei a mediados de agosto, despu¨¦s del brutal desalojo del campamento islamista de Rab¨¢ al Audawiya.Estas diferencias suelen versar sobre c¨®mo abordar el desaf¨ªo que representa la sostenida ola de protestas lanzada por una coalici¨®n de partidos islamistas liderada por la Hermandad y que exige el retorno de Morsi. Desde el pasado 3 de julio, la represi¨®n policial se ha cobrado la vida de unas mil personas y otras 200 han muerto en ataques islamistas o terroristas.
El otro asunto que ha provocado turbulencias en la coalici¨®n favorable al golpe es el rol del Ej¨¦rcito en la nueva Constituci¨®n, que se encuentra en pleno proceso de redacci¨®n. Mientras los representantes de los militares quieren ampliar las prerrogativas que ofrec¨ªa a la instituci¨®n la Carta Magna aprobada por los islamistas el a?o pasado, los grupos liberales pretenden restringirlas. En el ojo del hurac¨¢n, la existencia de juicios militares para civiles, y el derecho de veto por parte de la Junta Militar al nombramiento del ministro de Defensa.
¡°Cuando hablamos con los representantes de la Asamblea Constituyente, nos sentimos bastante optimistas. Sin embargo, luego leemos en los peri¨®dicos que el borrador provisional dice otra cosa. Nos consta que el Ej¨¦rcito est¨¢ ejerciendo unas presiones muy muy fuertes¡±, sostiene la conocida activista Mona Seif, fundadora de la asociaci¨®n No a los juicios militares para civiles.
¡°Desde el principio se ve¨ªa venir que la coalici¨®n entre mubarakistas y liberales no ser¨ªa de muy larga duraci¨®n. Sus intereses e ideolog¨ªa son contrapuestos¡±, sostiene el analista Mustaf¨¢ Khalil, que no duda de que el llamado ¡°Estado profundo¡± se impondr¨¢ en el pulso actual. ¡°La narrativa de la ¡°guerra contra el terrorismo¡± ha calado en buena parte de la poblaci¨®n por lo que creo que se acabar¨¢ imponiendo la pol¨ªtica de mano dura. Ahora bien, al Ej¨¦rcito no le interesa acaparar todo el poder, necesita socios civiles y una fachada de apariencia democr¨¢tica¡±, a?ade.
As¨ª las cosas, la gran duda es durante cu¨¢nto tiempo se mantendr¨¢ unida la actual coalici¨®n en el poder, cementada sobre todo en su oposici¨®n visceral a los Hermanos Musulmanes. En los pr¨®ximos d¨ªas podr¨ªa abrirse un nuevo cap¨ªtulo de desavenencias con la presentaci¨®n oficial de un proyecto de ley para luchar contra el terrorismo que endurece las penas contra los actos violentos, y amplia los delitos castigados con la pena de muerte y la cadena perpetua.
Por otra parte, el domingo por la noche la violencia sectaria lleg¨® al coraz¨®n de El Cairo. Dos encapuchados subidos a una motocicleta abrieron fuego contra una multitud que sal¨ªa de una iglesia despu¨¦s de celebrar una boda. El atentado se cobr¨® la vida de cuatro cristianos y provoc¨® heridas a cerca de 20 personas. Entre las v¨ªctimas figuran dos ni?as, una de ocho a?os y otra de doce.
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