Espa?a eleva el tono de las quejas a EE?UU por el espionaje masivo
Margallo afirma que si se probase supondr¨ªa la "ruptura del clima de confianza" El secretario de Estado M¨¦ndez de Vigo pide explicaciones al embajador de Washington Este elude elude aclarar si fueron espiados pol¨ªticos espa?oles El bloguero Glenn Greenwald confirma el espionaje masivo de Estados Unidos en Espa?a
La entrevista, de unos 40 minutos, que mantuvieron este lunes el embajador de EE UU en Madrid, James Costos, y el secretario de Estado espa?ol para la UE, ??igo M¨¦ndez de Vigo, no sirvi¨® para disipar las dudas del Gobierno sobre las actividades del espionaje estadounidense en Espa?a.
Costos, que fue convocado el pasado viernes a la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores por orden de Rajoy, no neg¨® que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, en sus siglas en ingl¨¦s) haya realizado controles masivos de comunicaciones que violan las leyes espa?olas, tal como public¨® la semana pasada EL PA?S. El periodista Glenn Greenwald ¡ªdivulgador de los informes sustra¨ªdos por el exanalista Edward Snowden¡ª le puso incluso cifras a esta pr¨¢ctica, en un art¨ªculo publicado en El Mundo: en menos de un mes (del 8 de enero de 2012 al 10 de enero de 2013) fueron rastreados m¨¢s de 60 millones de llamadas telef¨®nicas, SMS, correos electr¨®nicos, navegaciones por Internet o intercambios a trav¨¦s de redes sociales. Pero el embajador tampoco pudo ofrecer garant¨ªas de que miembros del actual Gobierno, o del anterior, no hayan sido tambi¨¦n objeto de seguimiento por parte de una agencia que control¨® los tel¨¦fonos de al menos 35 l¨ªderes mundiales, seg¨²n un documento interno de la NSA. El Gobierno est¨¢ convencido de que ha sido as¨ª, aunque asegura carecer de las pruebas.
Tras hablar en dos ocasiones con M¨¦ndez de Vigo, Margallo ¡ªde visita oficial en Polonia¡ª decidi¨® elevar el tono de su queja a Washington. Expres¨® su ¡°seria preocupaci¨®n¡± por las informaciones sobre el espionaje masivo, asegur¨® que este comportamiento es ¡°impropio e inaceptable¡± entre pa¨ªses socios y aliados y advirti¨® de que ¡°de confirmarse, podr¨ªa suponer una ruptura del clima de confianza que tradicionalmente ha presidido las relaciones entre ambos pa¨ªses¡±. Aunque reiter¨® que al Gobierno ¡°no le consta oficialmente¡± que esto haya sucedido, record¨® que la legislaci¨®n espa?ola protege, ¡°al m¨¢ximo nivel, con el C¨®digo Penal¡±, el derecho a la intimidad y la privacidad de las comunicaciones de los ciudadanos. Es decir, que la NSA podr¨ªa haber cometido multitud de delitos perseguibles de oficio.
En una comparecencia conjunta con su hom¨®logo polaco, Radoslaw Sikorski, el ministro excus¨® la falta de una respuesta satisfactoria por parte del embajador estadounidense, alegando que acaba de incorporarse a su puesto, y asegur¨® que este se ha comprometido a ¡°pedir la informaci¨®n y transmitirla al Gobierno espa?ol¡±. La nota que hizo p¨²blica la Embajada de EE UU tras el encuentro es menos categ¨®rica respecto a este compromiso y se limita a elogiar la ¡°comunicaci¨®n abierta entre aliados¡± y a se?alar que continuar¨¢n ¡°las consultas bilaterales¡± sobre este asunto. De hecho, es la tercera vez que Espa?a reclama explicaciones (ya en julio lo hizo en Washington el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Gonzalo de Benito; y en agosto se las reclam¨® al encargado de Negocios de EE UU en Madrid, Luis G. Moreno), hasta ahora sin ¨¦xito, aunque con un tono de creciente firmeza, ante la dimensi¨®n que va tomando el esc¨¢ndalo.
No es esa la ¨²nica diferencia significativa entre los comunicados de los dos Gobiernos. Mientras la nota de la Oficina de Informaci¨®n Diplom¨¢tica (OID) habla de ¡°sistema de espionaje masivo¡± e insta a Washington a facilitar ¡°toda la informaci¨®n necesaria sobre las supuestas escuchas realizadas en Espa?a¡±, la Embajada estadounidense solo se refiere a la ¡°recopilaci¨®n de informaci¨®n de las agencias gubernamentales¡±. M¨¢s a¨²n, Estados Unidos reconoce que algunos aliados le han transmitido su ¡°preocupaci¨®n por la reciente serie de divulgaci¨®n no autorizada de informaci¨®n clasificada¡±. Es decir, por la difusi¨®n de los documentos de Snowden, no por el espionaje a ciudadanos y l¨ªderes pol¨ªticos.
La Embajada defiende los programas de control masivo de comunicaciones con el argumento de que ¡°han desempe?ado un papel fundamental en la protecci¨®n de los ciudadanos de Estados Unidos y la coordinaci¨®n con los aliados y tambi¨¦n en la protecci¨®n de sus intereses¡±. La ¨²nica concesi¨®n es que admite que el presidente Obama ¡°ha ordenado una revisi¨®n interna para asegurar que la informaci¨®n que se recaba en estos programas no es toda la inteligencia que Estados Unidos es capaz de recoger, sino m¨¢s bien la inteligencia que debe ser recogida¡±.
Ante la falta de respuesta de Washington, Margallo no descart¨® encargar una investigaci¨®n al Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ¡ª¡°no tengo noticia del trabajo de los servicios de informaci¨®n espa?oles y, si la tuviera, no se la dar¨ªa¡±, dijo¡ª y estudia la adopci¨®n de medidas en la ONU y la UE, adem¨¢s de las bilaterales. En Naciones Unidas, Espa?a podr¨ªa apoyar la resoluci¨®n que promueven Alemania y Brasil en defensa de la privacidad de las comunicaciones.
Respecto a la Uni¨®n Europea, y aunque Rajoy dijo el viernes que se trata de un asunto de competencia nacional y no comunitaria, Margallo record¨® ayer que la UE ha puesto en marcha un grupo de trabajo para discutir con EE UU la protecci¨®n de datos personales y ¨¦l mismo ha mantenido conversaciones con varios ministros europeos. Quien, desde luego, no apoyar¨¢ una respuesta contundente de la UE es el jefe de la diplomacia polaca, que ayer rest¨® importancia al caso y a?adi¨® que, ¡°desde un punto de vista personal¡±, le preocupa m¨¢s el espionaje procedente de ¡°otros pa¨ªses de los que ahora se habla menos, pero que estamos seguros de que lo practican¡±. Una alusi¨®n apenas velada a Rusia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.