Vamos a jugar
El debate sobre las revelaciones de Snowden es sano y deseable, pero s¨®lo ser¨¢ ¨²til si es realista
Hoy vamos a jugar. Le propongo que se ponga en el lugar de un jefe de Gobierno. El director de sus servicios de inteligencia le visita para pedirle que tome ciertas decisiones. Este es un simulacro de dos situaciones inventadas por m¨ª y que seguramente jam¨¢s han sucedido¡
? Primer simulacro: Roma, finales de 2008. El director de la AISE (Agencia de Informaci¨®n y Seguridad Exterior del Sistema Italiano de Inteligencia) le informa de que sus t¨¦cnicos han logrado penetrar los sistemas de comunicaci¨®n de Muamar el Gadafi y sus principales colaboradores. Le pide autorizaci¨®n para monitorear las llamadas telef¨®nicas. ¡°?Pero Libia es nuestro aliado!¡±, responde usted con indignaci¨®n. ¡°En agosto pasado firm¨¦ con Gadafi el Tratado de Amistad, Asociaci¨®n y Cooperaci¨®n. Gracias a esto, Libia ha colocado m¨¢s de 40.000 millones de d¨®lares en Italia, es el quinto mayor inversor en nuestra Bolsa y hasta ha puesto dinero en la Juventus. Y adem¨¢s los libios se han comprometido a ayudarnos a controlar a los inmigrantes indocumentados que salen de sus costas¡±.
El jefe de la AISE, un general, lo mira fijamente y le entrega una voluminosa carpeta con documentos que evidencian que el Gobierno libio ha tejido una amplia red de sangrientas milicias que operan en diferentes pa¨ªses africanos y que tiene agentes en toda Europa, incluyendo Italia. ¡°Usted sabe que Gadafi es muy vol¨¢til¡±, le dice el general. ¡°Hoy es nuestro aliado pero ma?ana tal vez no lo sea, y si eso sucede nuestro deber es saber qu¨¦ est¨¢ planeando. No podemos correr el riesgo de que cuando sus acciones choquen con nuestros intereses y nuestra seguridad nacional nos enteremos por los peri¨®dicos. En esto debemos ser tan pragm¨¢ticos como los espa?oles. Ellos son aliados de Marruecos y no pasa un d¨ªa sin que alguno de sus ministros enfatice los lazos de amistad entre los dos pa¨ªses. Pero no hay conversaci¨®n telef¨®nica del rey o sus ministros que no escuchen los esp¨ªas espa?oles. Lo mismo hacen los franceses¡±.
La reuni¨®n ha terminado. Usted da las gracias al director de la AISE y le dice que pronto le har¨¢ saber su decisi¨®n. Decida.
? Segundo simulacro: Berl¨ªn, 2012. Usted es Angela Merkel y est¨¢ considerando aportar fondos para el rescate financiero de Chipre. Los grandes bancos de este peque?o pa¨ªs se est¨¢n hundiendo y amenazan con arrastrar a la econom¨ªa chipriota y contagiar a los debilitados pa¨ªses del sur de Europa. La decisi¨®n parece obvia: hay que apuntalar estos bancos y evitar otro shock financiero en Europa. Es obvio hasta que el presidente del Bundesnachrichtendienst (BND, la agencia de espionaje alemana) le entrega un detallado informe que muestra que los rusos tienen dep¨®sitos en esos bancos por 26.000 millones de d¨®lares, un monto mayor que el tama?o de la econom¨ªa de Chipre.
El problema, explica el jefe del BND, es que muchas de estas cuentas pertenecen a grupos criminales rusos, varios de los cuales tienen v¨ªnculos con el Kremlin al m¨¢s alto nivel. ¡°Rescatar a estos bancos es rescatar a la mafia rusa y a sus c¨®mplices en el Gobierno¡±, le dice. ¡°?Cu¨¢n fiable es su informaci¨®n?¡±, pregunta usted. ¡°Completamente¡±, responde el jefe del BND. ¡°Conocer los v¨ªnculos entre oligarcas rusos, las mafias y el Kremlin es una de nuestras prioridades. Y quiero aprovechar para informarle de que tenemos la tecnolog¨ªa para o¨ªr las conversaciones telef¨®nicas de Vlad¨ªmir Putin y otros miembros del Gobierno ruso. Pero necesitamos su autorizaci¨®n para proceder. S¨¦ que es delicado, ya que usted ha declarado que la mejora de las relaciones entre Alemania y Rusia es una prioridad nacional. Pero saber de qu¨¦ est¨¢ hablando Putin y con qui¨¦n tambi¨¦n lo es¡±. ?Usted lo autorizar¨ªa?
El debate internacional suscitado por las filtraciones de Edward Snowden y la revelaci¨®n de que el Gobierno de Estados Unidos esp¨ªa las conversaciones de Merkel y otros 35 jefes de Estado y que obtiene informaci¨®n de millones de ciudadanos en todo el mundo es sano y deseable. Uno de los aspectos m¨¢s pol¨¦micos es que EEUU esp¨ªe a sus propios aliados. Pero este debate solo ser¨¢ ¨²til si es realista. Y para ser realista es bueno tener en mente la frase de lord Palmerston, el estadista y primer ministro brit¨¢nico de mediados del siglo XIX: Inglaterra no tiene amigos eternos, ni enemigos perpetuos. Inglaterra solo tienes intereses que son eternos y perpetuos.
Esto no solo era verdad para la Inglaterra del siglo XIX. Sigue siendo verdad hoy: los pa¨ªses no tienen amigos, tienen intereses. Puede ser una verdad detestable, pero ignorarla no la va a hacer menos real.
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