Holanda denuncia a Rusia por el arresto de los 30 activistas de Greenpeace
La Haya pide al Tribunal Internacional del Mar la liberaci¨®n temporal de los activistas Mosc¨² los acusa de vandalismo por asaltar una plataforma petrol¨ªfera de Gazprom en el ?rtico
En la primera comparecencia de su historia ante el Tribunal Internacional del Derecho del Mar, Holanda ha ido a por todas. Enfrentada a Rusia desde el pasado septiembre por la captura de la nave Artic Sunrise, de Greenpeace, y de sus 30 tripulantes, durante una protesta en el ?rtico, la delegaci¨®n holandesa ha asegurado que el abordaje ruso fue ilegal. ¡°Por eso solicitamos tres cosas: la imposici¨®n de medidas cautelares que permitan la liberaci¨®n temporal de personas y buque; que Rusia suspenda todos los procedimientos judiciales y administrativos relativos a la disputa, y que no la agrave ni tampoco prolongue¡±, en palabras de la jurista Liesbeth Lijnzaad, asesora del ministerio de Exteriores de su pa¨ªs. Los treinta del ?rtico est¨¢n acusados de vandalismo, pero antes lo estuvieron de pirater¨ªa, por intentar subirse a una plataforma petrol¨ªfera de Gazprom, plantada en el mar de Pechora (entre la costa continental rusa y la isla de Nueva Zembla). El primer cargo conlleva una pena de siete a?os de c¨¢rcel. El otro puede ascender a 20 a?os. Mosc¨², que no reconoce la jurisdicci¨®n del Tribunal en este asunto, ha decidido ausentarse.
Con los asientos rusos vac¨ªos en Hamburgo, sede de la corte, los tres enviados holandeses han presentado el caso como un abuso de las leyes internacionales que rigen el mar. Seg¨²n Lijnzaad, el Artic Sunrise lleva bandera holandesa, de modo que ¡°Mosc¨² estaba obligado a pedir permiso a La Haya para abordar el barco (un viejo rompehielos) y conducirlo luego hasta el puerto ruso de M¨²rmansk. Lo mismo sucede con el arresto de la tripulaci¨®n¡±. En Holanda, Greenpeace asegura disponer de pruebas que confirman ¡°que naveg¨¢bamos por aguas de libre tr¨¢nsito¡±. No lo puede demostrar, sin embargo, ¡°porque las autoridades rusas requisaron las grabaciones y el cuaderno de bit¨¢cora, donde consta lo sucedido¡±.
Los cargos que pesan contra los activistas, de 18 pa¨ªses, complican el litigio. La fecha del juicio en Rusia est¨¢ por fijar, el r¨¦gimen carcelario es muy duro, y Holanda no ha podido sacarlos de sus celdas por medios diplom¨¢ticos. De ah¨ª que haya optado por pedir medidas provisionales urgentes al Tribunal del Mar. Aunque el contencioso as¨ª iniciado no se ver¨¢ hasta 2014, una decisi¨®n intermedia favorable de sus 21 jueces, que es vinculante, ordenar¨ªa a Mosc¨² la liberaci¨®n del grupo, y de la nave. Otra cosa es que Mosc¨² lo cumpla, al no reconocer su jurisdicci¨®n.
¡°Su arresto es arbitrario y vulnera los derechos y libertades protegidos por las leyes internacionales¡±, ha asegurado Ren¨¦ Lefeber, otro jurista holand¨¦s adscrito al caso, que ha cerrado su discurso recordando los lazos entre ambos pa¨ªses. ¡°Willem Barents, el navegante holand¨¦s, explor¨® la ruta mar¨ªtima del norte y se vio obligado a pasar un invierno en la costa de Nueva Zembla. Convirti¨® el barco en una casa sobre el hielo, y los que sobrevivieron, regresaron a su hogar con ayuda de los rusos. El invierno se acerca, y Holanda pide ahora que vuelvan a casa Los Treinta. Antes de que el sol de ?rtico se ponga y empiece el invierno¡±, ha dicho.
A la espera de que los jueces dicten las medidas cautelares el pr¨®ximo 22 de noviembre, Albert Kuiken, un antiguo capit¨¢n que naveg¨® con Greenpeace, ha sido menos po¨¦tico. En su opini¨®n, los cargos de pirater¨ªa y vandalismo est¨¢n fuera de lugar. ¡°Pero hay una zona de seguridad alrededor de las plataformas petrol¨ªferas. Haberla vulnerado podr¨ªa ser punible¡±, ha advertido. Desde su celda, la holandesa Faiza Oulahsen, una de las activistas retenidas, ha buscado a¨²n otra salida a la crisis. Ha pedido al rey Guillermo Alejandro que interceda por todos ellos el pr¨®ximo 9 de noviembre, durante su visita de Estado a Rusia.
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