Los misterios de Pek¨ªn
Un gran concili¨¢bulo del Partido Comunista de China marcar¨¢ el rumbo del gigante asi¨¢tico este fin de semana
La democracia no tiene misterios. Ni siquiera la tiene el invento post sovi¨¦tico de la democracia soberana, un pucherazo organizado por polic¨ªas y esp¨ªas del principio hasta el fin. Tampoco lo tiene la monarqu¨ªa, por m¨¢s que su antiguo perfume todav¨ªa pueda embriagar a unos pocos. Ni la autocracia, id¨¦ntica a s¨ª misma en su arbitrariedad. Hace ya tiempo que el misterio de la epifan¨ªa del poder qued¨® destruido en casi todo el mundo, salvo en dos recintos peculiares, el Vaticano en Roma y Zhongnanhai en Pek¨ªn, donde las sucesiones se producen bajo ritos y procedimientos que se sustraen a la vista de los mortales.
"No es ninguna coincidencia que el Vaticano sea uno de los pocos estados con los que China no ha sido capaz de establecer relaciones diplom¨¢ticas desde su fundaci¨®n en 1949. La Ciudad-Estado, centro administrativo de la Iglesia cat¨®lica y residencia del Papa, es la ¨²nica organizaci¨®n de dimensiones comparables al Partido Comunista chino, aunque a escala global, y con una afici¨®n similar al ritual y al secretismo". Esta es una comparaci¨®n de Richard McGregor ¡ªcorresponsal del Financial Times en Pek¨ªn durante una d¨¦cada, en su libro El Partido. Los secretos de los l¨ªderes chinos (Turner)¡ª, que tiene visos de convertirse en obsoleta, pero no por el lado chino sino el del Vaticano, donde ya sabemos de qu¨¦ pie calza el papa Bergoglio e incluso atisbamos qu¨¦ va a suceder con los misterios m¨¢s terrestres del poder eclesial.
No es el caso del nuevo papa del Partido Comunista de China, Xi Jinping, elegido formalmente hace un a?o, el 15 de noviembre, en el primer pleno del Comit¨¦ Central salido del 18 Congreso, pero cocido a fuego lento desde el anterior congreso que le catapult¨®, junto al actual primer ministro y n¨²mero dos Li Keqiang, como uno de los nueve miembros del Comit¨¦ Permanente. La lentitud del procedimiento permite conocer y familiarizarse con el nuevo mandatario mucho antes su elevaci¨®n al solio, pero los arcanos de su elecci¨®n, tan impenetrables como los vaticanos, siguen pesando hasta el momento crucial de la nueva y secreta reuni¨®n plenaria del Comit¨¦ Central, que se celebra este pr¨®ximo fin de semana.
Aclaremos que el Comit¨¦ Central, pieza legendaria en los partidos comunistas, es el ¨®rgano que re¨²ne entre congresos al menos una vez al a?o a los 205 titulares y 171 suplentes que sobre el papel dirigen el partido: una tarea que en realidad est¨¢ en manos de los 25 miembros del Politbur¨®, organismo elegido por los anteriores que alberga en su interior, como las matrioschkas rusas, al Comit¨¦ Permanente, el ¨®rgano supremo, ahora de siete miembros, encabezados por Xi Jinping. Sus dos primeras sesiones plenarias sirven para la elecci¨®n de cargos: los del partido en la que se celebra inmediatamente despu¨¦s su elecci¨®n; y los de la administraci¨®n y el Gobierno, la que se re¨²ne antes de la Asamblea del Pueblo, s¨ªmil de un parlamento que eligi¨® a Xi presidente de la Rep¨²blica, en marzo de 2013.
Del tercer plenario, el de ahora, se espera que marque la l¨ªnea pol¨ªtica de la nueva presidencia, sobre todo en cuestiones econ¨®micas y sociales. As¨ª est¨¢ pautado en el tedioso manual de funcionamiento de la mayor maquinaria pol¨ªtica del mundo que es el PC de China (80 millones de militantes y un inextricable sistema de selecci¨®n y ascenso para la mara?a de organismos que lo componen). Cuentan los antecedentes: del tercer pleno de 1978, con Deng Xiaoping, salieron las reformas y la apertura econ¨®mica, y del de 1993, con Jiang Zemin, la econom¨ªa socialista de mercado.
Lo que se sabe del actual pleno de 2013 es menos de lo que se espera, que siempre suele ser mucho en un r¨¦gimen tan al¨¦rgico al cambio. El aparato de propaganda ha hecho su tarea, que se resume en un par de esl¨®ganes. El m¨¢s ingenioso es el del sue?o chino, impl¨ªcitamente opuesto al sue?o americano, que Xi ha convertido en su lema. Y el m¨¢s burocr¨¢tico la idea que va a servir como objetivo del tercer el pleno de "unas reformas y una apertura integrales y profundas", que abarcar¨¢n desde el sistema financiero hasta la propiedad agraria.
De Xi Jinping, su personalidad, su familia, e incluso algunas de sus ideas, se saben muchas cosas m¨¢s. Fran?ois Godement, del European Center on Foreign Relations, considera que nadie ha acumulado m¨¢s poder desde Mao Zedong. La ¨¦poca de los hombrecillos grises, representados por Hu Jintao y su primer ministro Wen Jiabao, protagonistas de una d¨¦cada que casi todos, reformistas y conservadores, consideran perdida, ha quedado atr¨¢s si hacemos caso a los modos del nuevo emperador rojo. China tiene ahora un presidente con fuerte vocaci¨®n de liderazgo justo en el momento en que m¨¢s claramente se dibujan los l¨ªmites del poder presidencial en Estados Unidos. Va a hacer reformas, s¨ª. Pero seg¨²n el m¨¢s ortodoxo esquema, que Deng Xiaping instal¨® en el coraz¨®n del sistema: tanta libertad econ¨®mica y sobre todo financiera como sea posible, pero sin perder ni un ¨¢pice del f¨¦rreo control pol¨ªtico que proporciona el Partido Comunista.
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