El Pacto por Colombia se est¨¢ haciendo en La Habana
El acuerdo fundamental propuesto por el l¨ªder conservador ?lvaro G¨®mez, asesinado hace 18 a?os, est¨¢ defini¨¦ndose en las negociaciones con las FARC
El Pacto por Colombia que propuso nuevamente Luis Alberto Moreno, el colombiano presidente del BID, se est¨¢ haciendo en La Habana muchos a?os despu¨¦s de que tambi¨¦n lo planteara el asesinado l¨ªder conservador Alvaro G¨®mez Hurtado, con un Acuerdo sobre lo fundamental para lograr prop¨®sitos superiores de justicia social y desarrollo econ¨®mico.
Si le hubieran hecho caso, de pronto no lo habr¨ªan matado, y si su crimen, hace 18 a?os, no siguiera en la impunidad, no estar¨ªamos hablando todav¨ªa de pactos por Colombia.
Pero nuestros l¨ªderes no lo hicieron y en cambio, algunos prefirieron sellar otros pactos como el de Ralito en 2001 entre los jefes paramilitares, asesinos y narcotraficantes y pol¨ªticos de todas las vertientes, para supuestamente ¡°refundar el pa¨ªs¡±.
Los pactos en Colombia no han sido precisamente de buen balance. El Pacto Nacional entre liberales y conservadores para alternarse el poder desde 1958 y hasta mediados de los 70, cerr¨® los espacios que hoy se busca abrir y por eso nos est¨¢n haciendo el Pacto por Colombia en La Habana, y les est¨¢ quedando bien hecho, porque lo firmado esta semana sobre participaci¨®n en pol¨ªtica entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC, es un acuerdo sobre lo fundamental: la democracia.
Se acord¨® la creaci¨®n de Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz, para darle espacios en el Congreso a las regiones m¨¢s afectadas por el conflicto armado; un Estatuto para la Oposici¨®n que ni el Polo Democr¨¢tico logr¨® hacer desde la Izquierda; garant¨ªas para la creaci¨®n de nuevos partidos y movimientos pol¨ªticos que no dependan del umbral para conservar la personer¨ªa jur¨ªdica, lo que tanto pidieron los actuales partidos minoritarios, y seguridad para que no los asesinen como hicieron con los integrantes de la Uni¨®n Patri¨®tica.
Se acord¨® la revisi¨®n integral de la organizaci¨®n y el r¨¦gimen electoral, para acabar con la corrupci¨®n. Y el tema de fondo, que implica ¡°la dejaci¨®n de las armas y la proscripci¨®n de la violencia como m¨¦todo de acci¨®n pol¨ªtica para todos los colombianos¡±.
A algunos le duele y a otros escandalizan estos pactos hechos sin ellos, prefieren los que inspiran a Moreno como en otras latitudes. El de M¨¦xico que lo hizo un renovado PRI, el otrora m¨¢s corrupto de los sistemas pol¨ªticos electorales de America Latina o el de Chile, para garantizar el tr¨¢nsito de la dictadura a la democracia, o el de Corea del Sur en 1987 para la inclusi¨®n de partidos de oposici¨®n que hab¨ªan sido vetados y la restauraci¨®n de las libertades individuales. Pero el de Colombia se est¨¢ haciendo en la Habana y sin los que han debido hacerlo hace muchos a?os.
Y ojal¨¢ se llegue hasta el fin, porque con eso se esperar¨ªa que nunca m¨¢s un partido pueda tener en sus filas a un gobernador como Francisco ¡°kiko¡± G¨®mez, capturado en octubre pasado mientras festejaba con las autoridades civiles y militares de su pueblo Barrancas, mientras era investigado por concierto para delinquir y homicidio agravado.
El pacto que ahora propone el conservador Luis Alberto Moreno, de quien se dice empieza a visibilizar sus ganas de meterse en el abanico de presidenciales en Colombia pero de la mano del Uribismo porque su antiguo aliado, otro ex presidente, Andr¨¦s Pastrana, ya no es m¨¢s su amigo, deber¨ªa ser otro.
Deber¨ªa ser un pacto para aplicar la justicia con o sin reforma y meterle tan solo un poco de pudor o de decencia al ejercicio de gobernar mientras el Pacto Definitivo se firma en La Habana. Y ese pacto debe empezar por hacer justicia a los propios guerrilleros porque si a ellos no se les juzga tampoco habr¨¢ posibilidad de materializar los acuerdos.
Me explico. Se habla de la necesidad de un pacto para reformar la Justicia. El ¨²nico pacto posible insisto, es hacer justicia, que se castigue a los magistrados corruptos como Henry Villarraga, quien esta semana renunci¨® a su cargo y niega que lo hayan grabado mientras conversaba con un coronel del Ej¨¦rcito interesado en que su caso pasara de la justicia ordinaria a la militar que lo procesa por el asesinado de civiles cobrados como trofeos.
Se investiga 1571 casos de ejecuci¨®n extrajudicial ocurridos entre 2002 y 2008. 1405 casos (88,9%) se encuentran en etapa de investigaci¨®n, 45 en acusaci¨®n (2,8%) y 30 en juicio (1,9%), habi¨¦ndose proferido sentencia en tan solo 16 casos (1%) entre ellos.
Se necesita un pacto para sacar adelante una reforma a la salud. Pero quienes se la robaron siguen usufructuando de sus negocios en carros de gama alta con la plata que les giraron para garantizar la prestaci¨®n del servicio a los enfermos. Las EPS (empresas promotoras de Salud) deben 14. 1 billones de pesos a los hospitales y sobre la cifra no hay acuerdo tampoco.
Se necesita un Pacto Nacional Agrario pero mientras se habla con los campesinos sobre la tenencia de la tierra, v¨ªas de acceso y precios de insumos, se pretende presentar un proyecto de ley para perdonar y no juzgar como corresponde, a quienes hicieron esg?ince a la ley para acumular las unidades agr¨ªcolas que le correspond¨ªan a los campesinos en la altillanura colombiana. El pacto no es hacer trampa es ser decentes.
Necesitamos un pacto para generar empleo? O necesitamos que los patronos paguen a sus propias empleadas domesticas, que les sirven.
Tenemos un movimiento pol¨ªtico que se levanta con las banderas de la transparencia y la no entrega del pa¨ªs a los terroristas, pero algunos ministros y funcionarios del expresidente Alvaro Uribe, que lo lidera, siguen investigados por perseguir y chuzar sin tantas herramientas como las de la NSA, a magistrados y periodistas, a sus opositores.
La Fiscal¨ªa vincul¨® a m¨¢s de 35 personas y abri¨® m¨¢s de 18 procesos en el esc¨¢ndalo por las llamadas chuzadas del DAS durante el gobierno del expresidente ?lvaro Uribe. Mar¨ªa del Pilar Hurtado la exdirectora del DAS, hoy est¨¢ asilada en Panam¨¢; el exsecretario de presidencia Bernardo Moreno, sigue en un proceso en una instancia en la que son escuchados los testigos de las dos partes.
El pacto en Colombia mientras se termina de hacer el de la Habana debe ser tambi¨¦n por las v¨ªctimas, las de esa misma guerrilla con quienes se firman los acuerdos.
Los pactos valen y se pagan con impuestos¡.Ya lo reconoci¨® el actual ministro de Hacienda de Colombia y en buena hora vendr¨¢ la tan impopular reforma tributaria. No hay pacto sin empresarios, qui¨¦nes tendr¨¢n que meterse la mano al bolsillo. La paz es un buen negocio. Seg¨²n dicen los que saben, Colombia podr¨ªa crecer mucho m¨¢s de ese proyectado 4 por ciento si logra la paz.
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