?Los ¨²ltimos en Filipinas?
De nada le sirve hoy al pueblo filipino las referencias a los lazos hist¨®ricos si eso no se traduce en un apoyo real
Un donante habla con fondos y lo dem¨¢s es palabrer¨ªa. De nada le sirve hoy al pueblo filipino las acostumbradas referencias a los hist¨®ricos y fraternales lazos que nos unen y su identificaci¨®n como un pa¨ªs prioritario de nuestra cooperaci¨®n al desarrollo, si eso no se traduce en un apoyo real ante la tragedia sufrida. Y de momento, en lo que a Espa?a respecta, ese apoyo proviene mucho m¨¢s de la ciudadan¨ªa que del Estado. ?Qu¨¦ pasa con la financiaci¨®n p¨²blica?
En los ¨²ltimos tres a?os, y tras m¨¢s de una d¨¦cada de crecimiento, los fondos de Ayuda Oficial al Desarrollo se han reducido m¨¢s de un 70%, con la ayuda humanitaria p¨²blica espa?ola como la modalidad m¨¢s afectada, con m¨¢s del 80%. La ayuda humanitaria tal vez sea la pol¨ªtica p¨²blica que m¨¢s se ha reducido desde el inicio de la crisis econ¨®mica, pasando de 465 millones de euros en 2009, a 356 millones en 2010, 216 millones en 2011, 75 millones en 2012 y tan solo unos 60 millones (con datos a¨²n provisionales) en 2013. Las previsiones para 2014, incluidas en la propuesta de Presupuesto Generales del Estado, prev¨¦n apenas una subida marginal.
Pese a los esfuerzos realizados por los actores humanitarios no gubernamentales y tambi¨¦n por la propia Oficina de Acci¨®n Humanitaria de la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional (AECID) en materia de mejora de la calidad, establecimiento de protocolos y sistemas de actuaci¨®n, coordinaci¨®n, profesionalizaci¨®n y transparencia, la ayuda humanitaria espa?ola ha pasado de tener un cierto peso y respeto entre la comunidad internacional, a ser un instrumento irrelevante y con escaso m¨²sculo para actuar cuando es demandado. La escasa capacidad para responder a la crisis humanitaria siria, y la menor a¨²n para sumar esfuerzos tras el tif¨®n Haiyan, ponen de manifiesto una extrema debilidad y falta de voluntad pol¨ªtica para estar a la altura de las necesidades. Insistimos, la cooperaci¨®n espa?ola, tanto gubernamental- con un importante despliegue exterior a trav¨¦s de las Oficinas T¨¦cnicas de Cooperaci¨®n en pa¨ªses como Filipinas- como de las ONG, tiene el marco institucional y legal, los medios t¨¦cnicos y capacidades profesionales para actuar con eficacia en las tareas humanitarias. Pero necesita del apoyo econ¨®mico que permita movilizar esos recursos y canalizar la solidaridad de la sociedad espa?ola hacia quienes sufren las consecuencias de desastres y conflictos.
Los datos sobre la magnitud de la tragedia filipina, aunque a¨²n confusos, muestran claramente que el esfuerzo humanitario y de rehabilitaci¨®n va a tener que ser muy importante y duradero. Y, como en otras ocasiones, la ayuda espa?ola tiene que responder de modo extraordinario a circunstancias que, por definici¨®n, tambi¨¦n lo son. De poco sirve decir que los presupuestos de 2013 ya est¨¢n comprometidos o que los de 2014 est¨¢n pr¨¢cticamente cerrados ?No se han tomado medidas extraordinarias en otros casos (sea para pagar deudas de defensa o para ayudas a la banca) y por motivos mucho menos elevados? Otros pa¨ªses han entendido el reto y est¨¢n desplegando sus capacidades y recursos en la zona afectada, comprometi¨¦ndose a financiar parte del llamamiento de urgencia de Naciones Unidas (algo m¨¢s de 220 millones de euros). El gobierno espa?ol debe sumarse decididamente a estos esfuerzos y hacer real nuestro compromiso con el pueblo filipino. Tanto por solidaridad como por coherencia con los valores e intereses que definen nuestra acci¨®n exterior, estamos convencidos de que es necesario y por eso hacemos un llamamiento al gobierno para que con celeridad adopte medidas que lo hagan posible.
La AECID conmemora estos d¨ªas su vigesimoquinto aniversario, y el pr¨®ximo a?o se cumplir¨¢n veinte a?os de las movilizaciones del 0,7%, que llenaron las calles exigiendo el cumplimiento de ese compromiso internacional. Fruto de aquel movimiento social se fue construyendo una pol¨ªtica p¨²blica de cooperaci¨®n y ayuda, muy original, que ha contado con un fuerte consenso social y apoyo pol¨ªtico de todo el espectro parlamentario. El desmantelamiento que se est¨¢ produciendo de la cooperaci¨®n- y especialmente de la ayuda humanitaria- est¨¢ teniendo consecuencias graves tanto para las poblaciones vulnerables de muchos pa¨ªses en los que la cooperaci¨®n espa?ola despleg¨® su labor, como para la credibilidad de nuestra posici¨®n exterior y sobre nuestro papel en el mundo ?Se puede as¨ª pretender ser miembro del Consejo de Seguridad de la ONU en 2015, cuando no somos capaces de una respuesta humanitaria m¨ªnimamente digna? En lugar de ret¨®rica solidaria y de sentidos mensajes de condolencia, lo que se necesita es una respuesta decidida ante la emergencia filipina, como se?al de cumplimiento de nuestros compromisos y como v¨ªa para recuperar un cierto impulso en el trabajo humanitario de nuestra cooperaci¨®n. La cooperaci¨®n espa?ola no puede ser la ¨²ltima en responder con medios a la crisis filipina y por ello el gobierno espa?ol debe aprobar con urgencia fondos extraordinarios para responder a la emergencia.
Francisco Rey Marcos y Jes¨²s A. N¨²?ez Villaverde ¨C Codirectores del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acci¨®n Humanitaria (IECAH)
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