La Loya Jirga afgana examina el acuerdo de seguridad con EE UU
3.000 notables de las provincias de Afganist¨¢n revisan el texto pactado por el Gobierno de Karzai con Washington
Kabul acoge desde la ma?ana de hoy jueves un nueva Loya Jirga, o Gran Asamblea tradicional, para debatir el acuerdo sobre la presencia de fuerzas internacionales a partir de 2014. El preacuerdo alcanzado con Washington por el Gobierno de Hamid Karzai abre el camino para que varios miles de soldados estadounidenses y de la OTAN permanezcan en Afganist¨¢n hasta diez a?os m¨¢s. Aunque se desconoce la redacci¨®n exacta del texto, al parecer limita la entrada en combate de las fuerzas extranjeras, pero tambi¨¦n les exime de responsabilidad ante la justicia afgana (una excepci¨®n que no se extiende a los contratistas).
¡°Nos hemos puesto de acuerdo en la redacci¨®n que va a someterse a la Loya Jirga, pero son [sus miembros] quienes deben de aprobarlo¡±, anunci¨® ayer el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, citado por las agencias de noticias. EE UU no ha hecho p¨²blico cu¨¢ntos soldados quiere mantener en Afganist¨¢n, pero declaraciones de sus funcionarios hablan de entre 8.000 y 12.000 entre fuerzas propias y de otros miembros de la OTAN.
Durante casi un a?o, los negociadores estadounidenses y afganos han chocado sobre el asunto de la jurisdicci¨®n. Washington deseaba blindar a sus nacionales sobre posibles acciones contra ellos ante la justicia afgana. Kabul, por su parte, aduc¨ªa su soberan¨ªa para negarse a esa exigencia, la misma que impidi¨® un acuerdo similar de EEUU con Irak hace dos a?os.
Sin embargo, las dos partes parecen haber llegado a un punto intermedio, seg¨²n una copia del borrador colgada en la web del Ministerio afgano de Exteriores. El art¨ªculo 13 del propuesto Acuerdo de Seguridad Bilateral (BSA, en sus siglas inglesas) da a Estados Unidos jurisdicci¨®n sobre los soldados y los civiles que trabajen para el Departamento de Defensa, pero se?ala que los contratistas (empleados de las controvertidas empresas de seguridad) estar¨¢n sujetos al derecho afgano.
Respecto a la entrada de soldados estadounidenses en casas afganas, otro de los puntos delicados, el texto estipula que los extranjeros no podr¨¢n ¡°tener como objetivo a civiles afganos, incluidos sus hogares, de acuerdo con la ley afgana y las normas de combate de las fuerzas estadounidenses¡±. El pacto tambi¨¦n establece que las operaciones antiterroristas de EEUU tendr¨¢n que coordinarse con y ser dirigidas por las fuerzas afganas. Las tropas estadounidenses no podr¨¢n llevar a cabo operaciones de combate a menos que sean ¡°acordadas de forma mutua¡± entre ambas partes.
Ahora ese texto va a ser discutido y votado por la Loya Jirga, antes de ser enviado al Parlamento. La persistencia de esta tradici¨®n cuando se trata de implantar un sistema pol¨ªtico moderno pone de relieve las contradicciones del proceso afgano. Los cerca de 3.000 notables participantes tienen un gran poder de decisi¨®n ya que, en teor¨ªa, pueden socavar la autoridad de las instituciones y poner en peligro los avances constitucionales realizados desde 2003. Sin embargo, a diferencia de los diputados, no han sido elegidos sino convocados por el Gobierno entre los jefes de tribus o personas relevantes de las 34 provincias.
¡°Karzai s¨®lo busca protegerse de las cr¨ªticas¡±, estimaba Thomas Ruttig, codirector del Afghanistan Analysts Network (AAN) en una reciente entrevista con esta corresponsal. En su opini¨®n, el recurso a la Loya Jirga, definida en la Constituci¨®n como representante de la voluntad de los afganos, permite dar respetabilidad a decisiones delicadas a la vez que la designaci¨®n de sus miembros por parte del Gobierno asegura que toman la opci¨®n deseada. No obstante, Ruttig recordaba que ¡°siempre existe un grado de incertidumbre, en especial si ocurre alg¨²n incidente con v¨ªctimas civiles poco antes de su reuni¨®n¡±.
Amnist¨ªa Internacional sugiere a los participantes en la Loya Jirga que aprovechen la ocasi¨®n para pedir responsabilidades por el comportamiento de las fuerzas estadounidenses en Afganist¨¢n.
¡°El propuesto acuerdo de seguridad bilateral ofrece a los afganos una oportunidad crucial para exigir mayor transparencia y responsabilidad por los cr¨ªmenes de guerra presuntamente cometidos por los soldados de EE UU¡±, ha declarado Horia Mosadiq, investigadora para Afganist¨¢n de esa organizaci¨®n de derechos humanos. Mosadiq recuerda que los familiares de cientos de civiles afganos muertos en bombardeos a¨¦reos y ataques nocturnos de las tropas extranjeras no tienen acceso a informaci¨®n alguna sobre las investigaciones de esos casos que llevan a cabo los militares. En su opini¨®n, la Gran Asamblea, debiera insistir en que el BSA incluyera una menci¨®n a la protecci¨®n de los civiles de acuerdo con la ley internacional.
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