El Gobierno de Cameron esgrime la inviabilidad de un Estado separado

La independencia de Escocia podr¨ªa incrementar la presi¨®n fiscal sobre cada ciudadano en hasta 1.000 libras anuales (1.193 euros), advirti¨® este martes el Gobierno brit¨¢nico como reacci¨®n al plan presentado por Alex Salmond para defender la separaci¨®n de Reino Unido. Cuando todas las encuestas indican que los indecisos decantar¨¢n la balanza en el refer¨¦ndum escoc¨¦s, Londres arrecia en su discurso sobre la inviabilidad econ¨®mica del nuevo Estado, porque en ese factor est¨¢ la clave del desenlace del voto del pr¨®ximo 18 de septiembre.

No fue el primer ministro, David Cameron, sino su secretario del Tesoro y diputado por la circunscripci¨®n escocesa de Inverness, Danny Alexander, el encargado de contrarrestar los argumentos de Salmond. Escocia no debe "ir por su cuenta", so pena de encajar un aumento de la presi¨®n fiscal o de reducir el gasto ¡ªcuando no ambas cosas¡ª si quiere crear un Estado viable durante los pr¨®ximos cincuenta a?os, dijo Alexander sustent¨¢ndose en un reciente informe del Instituto de Estudios Fiscales (IFS). Los independentistas escoceses, que atribuyen esa negra radiograf¨ªa al "nerviosismo de la campa?a del no", acusaron al Gobierno brit¨¢nico de malgastar los ingresos derivados de la industria petrol¨ªfera del Mar del Norte que, seg¨²n sus propias cuentas, supondr¨ªan hoy un fondo de hasta 22.000 libras (26.000 euros) "para cada escoc¨¦s".

En esta guerra de cifras, la estrategia de Cameron pasa por demostrar que si Escocia elige convertirse en un pa¨ªs extranjero, ser¨¢ tratado como tal y tendr¨¢ que asumir sus nefastas consecuencias econ¨®micas: deber¨¢ afrontar una dif¨ªcil renegociaci¨®n sobre su entrada en la Uni¨®n Europea y, a diferencia de lo afirmado ayer por Alex Salmond, hallar¨ªa trabas de los brit¨¢nicos para compartir con ellos la libra esterlina en una uni¨®n monetaria.

El nuevo ministro brit¨¢nico para Escocia, Alistair Carmichael, cuyo reciente nombramiento encarna un endurecimiento del discurso de Londres, ha planteado asimismo c¨®mo resolver¨ªa una Escocia independiente la cuesti¨®n de las pensiones (la media de pensionistas por empleado es superior en este territorio que en el resto del pa¨ªs que todav¨ªa comparten) o c¨®mo sufragar¨ªa la creaci¨®n del nuevo Estado. Tambi¨¦n considera contradictoria la vocaci¨®n del partido de Salmond (SNP) de permanecer en la OTAN, al tiempo que promulga la eliminaci¨®n de las armas nucleares de su territorio.

El primer ministro brit¨¢nico est¨¢ promoviendo en realidad, y como parte de su campa?a para evitar la separaci¨®n de los escoceses, una pol¨ªtica del palo y la zanahoria. El mensaje reside en convencerles que vivir¨¢n mejor si siguen siendo parte integrante de Reino Unido. En esa l¨ªnea hay que enmarcar el reciente anuncio de la multinacional aeron¨¢utica BAE Systems, con el apoyo del Gobierno brit¨¢nico, de poner fin a la construcci¨®n de nuevos buques de guerra en el hist¨®rico puerto de Plymouth (sur de Inglaterra), para favorecer a los astilleros escoceses del r¨ªo Clyde. Mientras Plymouth afronta el declive y la p¨¦rdida de puestos de trabajo, Escocia sale ganando. Pero, tal y como ya ha advertido, Londres est¨¢ dispuesto a dar marcha atr¨¢s en su decisi¨®n si los escoceses deciden cortar amarras.