Maduro ocupa otra empresa para evitar el desabastecimiento
La cadena de electrodom¨¦sticos Daka es intervenida y ser¨¢ administrada por tiempo indeterminado por un militar
La cadena de electrodom¨¦sticos Daka, donde comenz¨® la ofensiva econ¨®mica del presidente Nicol¨¢s Maduro para combatir la inflaci¨®n, ha sido ocupada temporalmente por el Gobierno a trav¨¦s del Indepabis, el ¨®rgano estatal para la defensa del consumidor. Son cinco sucursales ubicadas en puntos clave del pa¨ªs que, en lo sucesivo y por tiempo indeterminado, ser¨¢n administradas por un militar, el coronel Hermes Carre?o, para garantizar la reposici¨®n del inventario.
A medida que se profundiza la confiscaci¨®n y remate de mercanc¨ªas de todos los bienes que oferta la empresa privada tambi¨¦n han bajado significativamente las existencias. El viernes pasado, en una de las sucursales de Daka, ya no quedaban televisores, lavadoras y neveras y los encargados de manejar la tienda desconoc¨ªan cu¨¢ndo ser¨ªan repuestos. A esa escasez se a?ade la preocupaci¨®n del Gobierno por no provocar con sus decisiones el cierre de un negocio de capital privado, mucho menos antes de las cruciales elecciones municipales que se celebrar¨¢n el pr¨®ximo 8 de diciembre, que ser¨¢n una prueba para medir la fortaleza del liderazgo de Maduro. Dos datos ilustran esta inquietud no reconocida. En los ¨²ltimos trece a?os han cerrado 107.000 empresas en Venezuela. Y el n¨²mero de industrias ha ca¨ªdo un 36% desde 1998, seg¨²n cifras del Instituto Nacional de Estad¨ªstica.
El Gobierno, a pesar de esto, ha conseguido disimular las cifras de desempleo incluyendo a los trabajadores temporales en el c¨¢lculo del ¨ªndice y a aquellos sumados a la burocracia del Estado bajo la figura de las Misiones, los programas sociales fundados con la asesor¨ªa castrista desde 2003. En octubre, esa cifra mantuvo su promedio ¨Cel ¨ªndice de desempleo fue de 7,6%- pero no son pocos los analistas que anticipan que ese indicador subir¨¢ si se cumple el vaticinio de cierre hecho por los gremios empresariales tras la radicalizaci¨®n de los controles.
En lo sucesivo los empresarios se regir¨¢n por la Ley Org¨¢nica para el Control de Costos, Precios y Ganancias y la Protecci¨®n de la Familia Venezolana, que establece topes a la utilidad m¨¢xima que puede obtener un negocio. ¡°Nosotros jam¨¢s podr¨ªamos pedirle al empresario que venda a p¨¦rdida¡±, ha respondido el vicepresidente Jorge Arreaza para contestar a las cr¨ªticas que auguran que las decisiones del Gobierno quebrar¨¢n al sector privado.
Esa sola posibilidad, no obstante, ha provocado que el Ejecutivo comience a moverse para mantener las tiendas abastecidas. El mayor general Hebert Garc¨ªa Plaza, jefe del ?rgano Superior para la Econom¨ªa, asegur¨® durante una intervenci¨®n televisada en la estatal Venezolana de Televisi¨®n que el viernes la cadena volver¨ªa a abrir con suficiente oferta para que los venezolanos puedan adquirir electrodom¨¦sticos ¡°a precios justos¡±.
¡°Tenemos que garantizar la continuidad laboral y el trabajo de tres cooperativas asociadas con esta empresa. Tengan la seguridad de que va a haber productos. A partir del pr¨®ximo fin de semana habr¨¢ venta para todo el pueblo venezolano¡±, agreg¨®. Tambi¨¦n el viceministro del trabajo estaba presente en la tienda Daka y garantiz¨® que los trabajadores cobrar¨¢n su salario el ¨²ltimo de noviembre y la diferencia del aguinaldo, que no inclu¨ªa en el c¨¢lculo inicial el pago de comisiones sobre el salario. Todo forma parte de un latiguillo que suelen emplear los funcionarios p¨²blicos cada vez que expropian una empresa privada: ¡°La estabilidad de los trabajadores est¨¢ garantizada¡±.
Todo esto ocurre mientras prosiguen las inspecciones para obligar al comercio a rebajar los precios. Este mi¨¦rcoles, el brazo implacable del Gobierno lleg¨® hasta una conocida tienda de instrumentos musicales en Caracas, llamada La pi?a musical, donde se present¨® el ministro de Cultura, Fidel Barbarito, para denunciar el sobreprecio de los instrumentos y accesorios. ¡°Los hombres de las artes tienen derecho a precios justos en sus herramientas de trabajo¡±, explic¨® antes de anunciar una multa al negocio. M¨¢s tarde, un grupo de visitantes de la tienda protest¨® contra la medida. Otros esperaban la rebaja en los precios para gastar su dinero.
En los ¨²ltimos trece a?os han cerrado 107.000 empresas en Venezuela. Y el n¨²mero de industrias ha ca¨ªdo un 36% desde 1998
Hay un antecedente nada auspicioso para entender la efectividad de las ocupaciones temporales. El 21 de septiembre, el Gobierno se instal¨® en Manpa, una empresa productora de papel higi¨¦nico, con la esperanza de regularizar el suministro de ese insumo. Al cierre de ese mes, en 79 de cada 100 establecimientos comerciales de Caracas no se consegu¨ªa ese producto, mientras que en diciembre de 2012, el n¨²mero de locales desabastecidos se ubicaba en 17, seg¨²n el ¨ªndice de escasez publicado por Banco Central de Venezuela. Dos meses despu¨¦s de la decisi¨®n cuesta ubicar el producto y, cuando los clientes lo consiguen, se llevan el m¨¢ximo de empaques permitidos. En Venezuela, la gente comienza a acaparar comida y bienes de cuidado personal previendo que los pr¨®ximos meses ser¨¢n complejos y dif¨ªciles por los bajos inventarios.
Para que esa sensaci¨®n de desasosiego se acreciente basta escuchar los partes de los gremios empresariales. ¡°Algo m¨¢s de 30% cayeron los inventarios de las unidades durante el tercer trimestre de 2013 en comparaci¨®n con el mismo per¨ªodo del a?o anterior¡±, inform¨® el presidente del Consejo Nacional de Comercio (Consecomercio), Mauricio Tancredi, en el marco de un evento que celebraba el D¨ªa Nacional del Comercio y los Servicios en Caracas. Mientras los empresarios siguen sacando cuentas para evaluar la viabilidad de su negocio con las nuevas regulaciones, el Gobierno incursiona en nuevos sectores de la econom¨ªa. Ahora se ha convertido en un importador de electrodom¨¦sticos. A cualquier precio quiere evitar que el fin de los inventarios arruine la promesa de los precios justos.
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