Bucarest declara la guerra a los perros callejeros
Las autoridades llevan tres meses a la caza de los cerca de 60.000 animales de la ciudad despu¨¦s de que un ni?o muriera por un ataque canino Solo en la capital hay miles de mordeduras al a?o
Bucarest es una ciudad de dos millones de habitantes que conviven con unos 60.000 perros callejeros. Pardos, de tama?o mediano, dormitando entre dos coches, comiendo alrededor de los bloques de pisos o jugando en manada por los parques, con cara de buenos o cara de malos, son parte del desordenado ¡ªy quiz¨¢ por eso atractivo¡ª paisaje de la capital rumana. Han llegado a ser tan bucarestinos que tienen su hueco en la gu¨ªa Lonely Planet de Ruman¨ªa, aunque en la secci¨®n Peligros y advertencias.
Despu¨¦s de m¨¢s de una d¨¦cada de desidia, sin que se haya hecho nada eficaz para controlar la poblaci¨®n canina, ahora las autoridades quieren acabar con ellos. El debate resucit¨® con fuerza en septiembre, cuando un ni?o de cuatro a?os muri¨® por los mordiscos de varios perros cuando jugaba cerca de un parque. El Parlamento aprob¨® a marchas forzadas d¨ªas despu¨¦s una ley por la que todo ejemplar capturado que no sea adoptado en 14 d¨ªas laborales ser¨¢ sacrificado. A finales de octubre, se ve¨ªan menos perros por el centro.
Nicoleta Petrescu, de 34 a?os, pasea con su hijo por el c¨¦ntrico parque de Cismigiu. ¡°No es normal que est¨¦n en la calle. Cuando tienen hambre atacan o se ponen en la puerta de las tiendas esperando comida. Mi padre tiene que atravesar el parque para ir a trabajar todos los d¨ªas. En seis a?os le han mordido seis veces¡±, cuenta. Es un caso frecuente: entre enero y octubre se han registrado 9.700 mordeduras solo en la capital, seg¨²n la Autoridad para la Supervisi¨®n y Protecci¨®n de los Animales (ASPA), que obtiene este dato del Centro de control antirrabia. Eso da una media de 970 ataques al mes.
En un moderno edificio con jard¨ªn del centro de Bucarest donde tienen su sede varias empresas hay tres perras acogidas. Una est¨¢ acostada debajo de la mesa de la porter¨ªa. Les dan de comer entre los empleados y se hizo una colecta para llevarlas al veterinario, vacunarlas y desparasitarlas. Es la versi¨®n corporativa de los llamados perros de bloque: un grupo va todos los d¨ªas a un portal de pisos porque los vecinos les alimentan. Una especie de adopci¨®n conjunta y muy com¨²n en la ciudad en la que nadie tiene la responsabilidad del animal.
La respuesta m¨¢s extendida a de d¨®nde sale tanto perro apunta a la ¨¦poca del dictador Nicolae Ceausescu. En los ochenta demoli¨® barrios enteros y desfigur¨® la que una vez fue la peque?a Par¨ªs. Quienes viv¨ªan en casas bajas tuvieron que mudarse en masa a nuevos bloques de pisos, por lo que muchos perros fueron abandonados entonces. Para las autoridades, esto es un cuento. ¡°El problema es que alimentarlos en la calle es legal. El Ayuntamiento quiso prohibirlo, pero las ONG protestaron¡±, explica el portavoz de la ASPA. Para la federaci¨®n de protectoras, la causa de que siga habiendo tantos es la negligencia de las autoridades.
Adem¨¢s de promover la adopci¨®n, la prioridad oficial es limpiar las zonas tur¨ªsticas y donde hay ni?os. Esta campa?a empez¨® en noviembre de 2012, pero las autoridades dicen que se intensific¨® desde la muerte del ni?o. Antes de agosto hab¨ªa tres equipos de cazadores de perros que se dedicaban a atraparlos, esterilizarlos y devolverlos al sitio donde estaban. Ahora hay 15 patrullas y han capturado a 4.178 perros. Cuando los cogen van a parar a una de las dos perreras gestionadas por la ASPA, donde los esterilizan y esperan la adopci¨®n o la muerte. La ONG Dogtown gestiona otro recinto, donde hay un millar, para alargarles ese tiempo.
Una de ellas est¨¢ en las afueras. Primero hay un patio al aire libre gris. Huele a animal, pero nada prepara al visitante para el bofet¨®n s¨®lido, f¨¦tido y casi insoportable que viene despu¨¦s, al entrar en las instalaciones. Solo con un pa?uelo en la nariz se puede reprimir la n¨¢usea. Hay hasta ocho perros en cada celda. Tienen poco espacio. Las autoridades aseguran que a final de a?o tendr¨¢n perreras para 3.000 animales m¨¢s, porque las dos que funcionan ahora solo pueden acoger a 1.000.
Las protectoras han presionado para que se esterilice a los perros y parte de los bucarestinos las apoyan, ya que ven innecesarios los sacrificios. Ha habido una fuerte campa?a, tambi¨¦n internacional, para evitarlos: Twitter est¨¢ lleno de fotos de perros muertos o maltratados donde se acusa a las autoridades de organizar una carnicer¨ªa. Antes de que se aprobara la ley, hubo manifestaciones para apoyar cada una de las dos opciones y el alcalde lleg¨® a plantear un refer¨¦ndum sobre la eutanasia perruna. No se celebr¨® porque la norma entr¨® antes en vigor. ¡°Matarlos en masa no es eficaz¡±, explica Carmen Arsene, presidenta de la Federaci¨®n Nacional para la Protecci¨®n Animal. ¡°Entre 2001 y 2008, se sacrificaron 147.000 perros y se gastaron 9 millones solo en Bucarest, y sin resultado. Por muchos que mates, los que sobreviven tienen mayor acceso a la comida y se reproducen m¨¢s r¨¢pidamente. Desde 2008 no ha habido ning¨²n plan real de reducir la poblaci¨®n con esterilizaci¨®n masiva, la ¨²nica soluci¨®n¡±, denuncia.
Ya en 2001, la actriz Briggitte Bardot, convertida en defensora de los animales urbi et orbi, hizo una ruidosa campa?a para salvar a los perros, vol¨® a Bucarest y convenci¨® a Traian Basescu, entonces alcalde y hoy presidente, para que no se mataran. El pol¨ªtico se comprometi¨® a esterilizar a cuantos se capturaran con la donaci¨®n econ¨®mica de la artista, pero a la vista est¨¢ que se debieron de escapar unos cuantos. Cada cierto tiempo, el tema se vuelve un torbellino pol¨ªtico que dura semanas. Luego se diluye y todo sigue igual. Al menos hasta ahora: las autoridades aseguran que en estos tres meses se ha reducido a la mitad el n¨²mero de personas mordidas respecto al mismo periodo en 2012.
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