Hay algunas cosas que deber¨ªan saber quienes quieran resolver el conflicto con Catalu?a si es que efectivamente hay alguien que quiera resolverlo.
ArturMas tiene mucha responsabilidad personal en lo ocurrido. Ha cometido muchos errores. Pero no ha sido Mas quien ha creado el problema. Ni siquiera ha sido Converg¨¨ncia. Si acaso han contribuido a empeorarlo. Pero no han sido los ¨²nicos. En el cap¨ªtulo de los errores habr¨ªa que contar tambi¨¦n con otros: por ejemplo, quienes instalaron mesas petitorias para celebrar una consulta contra el Estatuto catal¨¢n, instigaron el boicot a los productos catalanes o presentaron el recurso ante el Tribunal Constitucional. No tan solo Aznar, claro est¨¢, tambi¨¦n Rajoy. Y muchos m¨¢s que han contribuido al desvar¨ªo.
Seguro que no es dif¨ªcil documentar manipulaciones en los medios y esfuerzos de adoctrinamiento en las escuelas catalanas. Pero la denuncia de estas intromisiones gubernamentales en la sociedad catalana, sean imaginadas o sean reales, no cambiar¨¢ en nada la realidad de la decantaci¨®n de la opini¨®n p¨²blica en favor del derecho a decidir ni mitigar¨¢ la fuerza del independentismo. Sin contar por descontado con las manipulaciones en los medios y en las escuelas del otro lado, tan perfectamente documentadas como las anteriores por sus respectivos adversarios, y que al final explican muy poco: a fin de cuentas los j¨®venes antifranquistas salieron del adoctrinamiento franquista.
El catalanismo ha sido hasta ahora pactista y moderado, comprometido en la democracia y en la estabilidad espa?olas, algo que algunos sol¨ªan interpretar de forma mal¨¦vola y arrogante como s¨ªntoma de un tipo de acci¨®n acomplejada y d¨¦bil, insuficientemente obstinada y consecuente. Ahora hay que reconocer, al parecer, que ¡°los catalanes van en serio¡± y que est¨¢n dispuestos a que todo vaya mucho peor antes de que vaya mejor, aunque probablemente ninguno de los dos juicios advierte la seriedad del catalanismo en toda su historia centenaria ni la vocaci¨®n pactista y moderada de muchos de los que se sienten actualmente arrastrados hacia un callej¨®n sin salida.
Si estamos por la primera hip¨®tesis, mejor que nos pongamos a dialogar y pactar lo antes posible, no fuera caso que los malentendidos y las tensiones nos conduzcan finalmente a la segunda. Si estamos ya en la segunda, como muchos nos tememos y algunos desean fervientemente, entonces es obligado que respondamos a una pregunta muy sencilla antes de que pasemos a la siguiente fase: ?c¨®mo se piensa gobernar este pa¨ªs en el futuro con una parte de su territorio y de su poblaci¨®n, 7,5 millones de ciudadanos, 19% del PIB, un tercio de las exportaciones, en permanente estado de desafecci¨®n y de alejamiento electoral respecto a los dos partidos de Gobierno en Espa?a y con una abierta expresi¨®n, cada vez que se convoca a las urnas, de una creciente voluntad de constituirse en Estado independiente?
Habr¨¢ quien quiera resolverlo a garrotazos. Quien est¨¦ imaginando este camino debe saber tambi¨¦n que quien va a perder de forma s¨²bita y estrepitosa ser¨¢ quien cometa la primera falta. Esta es una regla de juego no escrita que al parecer no saben algunos independentistas, pero s¨ª la sabe el presidente Mas. Tampoco la saben los gatos al agua ni los santos neofalangistas, pero la sabe muy bien el presidente Rajoy. A la primera ilegalidad que cometa alguna autoridad o instituci¨®n catalana su causa estar¨¢ ya perdida, sobre todo para la fase llamada de internacionalizaci¨®n: la solidaridad entre socios europeos, la exigencia de estabilidad no tan solo monetaria sino pol¨ªtica y social, y el respeto al Estado de derecho caer¨ªan sobre las cabezas de quienes jugaran a romper la regla de juego y a situarse fuera de una construcci¨®n cimentada en la cooperaci¨®n entre Estados democr¨¢ticos y en el derecho. Pero exactamente lo mismo vale para el Gobierno central: suspender la autonom¨ªa o encarcelar al presidente Mas, como a¨²lla la caverna, ser¨ªa entregar una baza preciosa al independentismo. Porque ni la UE ni la comunidad internacional se quedar¨ªan con los brazos cruzados ante el abuso de corte balc¨¢nico y serbio por parte de la Espa?a centralista de siempre con la peque?a Catalu?a democr¨¢tica y republicana.
Declarar la independencia como inevitable es tan osado como declararla imposible. Ambos son dos actos de lenguaje con funciones m¨¢s pr¨®ximas a la superstici¨®n que al conocimiento racional. La palabra as¨ª utilizada act¨²a como una rogatoria para que llueva, es decir, para afirmar un deseo. Aunque es verdad que aplicada con intenci¨®n negociadora tambi¨¦n busca funciones disuasivas sobre el adversario. Todos sabemos que nada est¨¢ escrito y que los lodos de ma?ana vendr¨¢n de los polvos de hoy. Nada hay imposible en pol¨ªtica y todo es evitable cuando sabemos aprovechar la oportunidad que nos ofrece la fortuna y ponemos la inteligencia y el empe?o necesarios. O as¨ª debi¨¦ramos comportarnos si todav¨ªa conservamos una chispa de esperanza en la libertad pol¨ªtica y en la fuerza de la voluntad democr¨¢tica.
Si nada se hace para regresar al territorio donde se fraguan los pactos y los consensos, no puede descartarse ninguna de las dos hip¨®tesis m¨¢s extremas: ni que los independentistas se encuentren con el peor negocio de la historia para ellos y para todos los catalanes, es decir, compuestos con menos autonom¨ªa y sin el novio de la independencia; ni que sus adversarios se vean obligados a tragar con una consulta y con una negociaci¨®n sobre el estatus futuro de Catalu?a, incluida la eventualidad de la independencia, despu¨¦s de haberse negado a una y otra cosa con el prop¨®sito de regresar a su Espa?a unitaria de siempre.
Entre tanto, sin embargo, queda muy corta la idea de la suma cero entre dos realidades que se declaran por esencia incompatibles y se fastidian una a la otra tanto como pueden y cada vez que tienen ocasi¨®n de hacerlo. Corresponde hablar de sustracci¨®n como operaci¨®n opuesta a la capacidad inclusiva de una Espa?a capaz de aceptar a Catalu?a tal como es: su resultado final es menos Espa?a y tambi¨¦n menos Catalu?a, disminuidas ambas tanto dentro como fuera, justo en el instante en que el poder en el mundo se desplaza desde el Atl¨¢ntico al Pac¨ªfico y cuando los europeos entramos en una etapa de peligrosa irrelevancia. Por tanto, una sencilla pero eficaz contribuci¨®n a nuestra decadencia.
Esto es lo que ya est¨¢ ocurriendo y lo que va a intensificarse, a menos que medie un golpe de tim¨®n que nos devuelva a todos la cordura, sin necesidad de esperar a que se produzca el profetizado y tan enigm¨¢tico choque de trenes. De hecho, a poco que reflexionemos veremos que no hace falta esperar al choque de trenes; ya se produjo. Y lo peor es que no ha sido el hijo de dos voluntades fuertes sino del encontronazo entre dos debilidades que se afirman en su empecinamiento.
Comentarios
Muy buena visi¨®n del problema, pero hay muchas buenas voluntades al respecto pero ninguna son escuchadas.El no moverse y limitarse a la Constituci¨®n es un pobre sentido pol¨ªtico de un partido que sigue las premisas del antiguo r¨¦gimen no tienen remedio y puede haber a la larga problemas no previstos, al tiempo.
Creo que en este asunto se ha llegado a un "punto sin retorno". Se haga el referendum o no, ya nada ser¨¢ igual.Salud.
Se agradece leer algo razonable de vez en cuando sobre este espinoso tema. De todas maneras, creo los partidarios de la independencia catalana (ERC y Convergencia) han perdido la perspectiva de este asunto. El discurso victimista de Mas estaba bien cuando en Madrid hab'ia un dictador (Franco) y no estabamos en democracia. La organizaci'on del Estado se pod'ia decidir en una reuni'on de dos o tres personas... ahora es m'as complicado porque el mismo Rajoy no puede hacer lo que quiera. Creo sinceramente que la Generalitat Catalana est'a preparada para dar el salto a la ilegalidad. Hay una profunda deslealtad y resentimiento por parte de Catalunya hacia el resto de espanholes y eso acabar'a por afectarlos de una forma u otra. No creo que podamos volver a confiar en Catalunya... la independencia si se logra o no, es casi tema menor, pero la desconfianza va a ser muy dificil que desaparezca. el danho est'a hecho.
Lo que me queda cada vez m¨¢s claro es el gran papel que hace el terrorismo por la unidad de Espa?a. Cu¨¢nto da?o le har¨ªa al independentismo catal¨¢n la comisi¨®n de un atentado en su nombre. Como se entere Fern¨¢ndez encarga uno como quien encarga un cami¨®n de chorro para defender a las personas. Quiero decir: nunca la unidad del Estado, no al menos como ahora lo est¨¢ con el affaire catal¨¢n, se encontr¨® tan en juego con el terrorismo vasco como con el ¨®rdago catalanista-soberanista de Mas, por m¨¢s irreal que ¨¦ste pueda parecer. Y quiero decir: convoca una consulta popular y ¨¦chate a dormir, que los votos vendr¨¢n solos tan pronto se les niegue el paso. Vamos, que como estrategia electoral para ganar unas elecciones, Mas ha acertado de pleno. Y no nos enga?emos, Mas quiere ganar las elecciones catalanas, no convertir Catalu?a en un estado que vac¨ªe de contenido su programa nacionalista. Y sabe que pican y pican, y vuelven a picar, los electores en la red.
Es verdad que el choque de trenes se fomento desde ambos lados cuando ZP dijo que aceptaria el estatut tal como viniera del parlament y por el PP al fomentar la recogida de firmas contra el mismo sin olvidar a Pascual Maragall que dijo que el estado en Catalu?a es residual y con los residuos ya sabemos que se hace se los tira a la basura aunque en este caso no es tan facil pues no hay un basurero tan grande que pueda contener tantos a?os de historia comun y por favor nada de garotazos que es lo que algunos ultras de ambos lados estan buscando uno para tener martires y otros para tener razones aunque no sean validas, las unicas armas las de la razon y reitero mi posicion: No disparare un tiro para que se queden ni derramare una lagrima si libre y mayoritariamente deciden irse, ya se quedaremos menos y quizas un poco mas pobres pero orgullosos de ser espa?olesJose Luis Espargebra Meco un espa?ol desde Buenos Aires
?Porqu¨¦ tanta discusi¨®n bizantina? Acepten el refer¨¦ndum y ya. Todo pueblo tiene el derecho a decidir sobre su autodeterminaci¨®n.
No es de recibo que nos quieran vender versiones "equidistantes", falsas e ideol¨®gicamente sesgadas sobre el origen del desgraciado conflicto catal¨¢n que sufrimos, ni "soluciones" mucho peores que el cacareado "choque de trenes".Porque, en primer lugar, la responsabilidad (y la culpa) en el origen del desaf¨ªo separatista recae ¨ªntegramente en unos irresponsables e insensatos (por no decir otra cosa m¨¢s grave) Pascual Maragall y Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, que impulsaron y apoyaron un nuevo "Estatut" que no era reivindicado en Catalu?a y que la convert¨ªa ?en naci¨®n! y dejaba al Estado en posici¨®n "residual". Si en algo se equivoc¨® el PP, contribuyendo a agravar la situaci¨®n, no fue en oponerse al disparatado "Estatut" e impugnarlo al Tribunal Constitucional, sino en la incoherencia de que, al mismo tiempo, apoyaba (o, incluso, promov¨ªa) reformas estatutarias en otras regiones que iban en la misma direcci¨®n que la catalana, aunque no coincidieran totalmente con ella, poniendo as¨ª en bandeja la acusaci¨®n de "catalanofobia" a todos los discrepantes.Y porque, en segundo lugar, hay que estar muy cegado por complejos pro-catalanistas, o ignorar la Teor¨ªa del Estado y las conocidas y reiteradas experiencias hist¨®ricas (Imperio Austro-H¨²ngaro, URSS, Yugoslavia...) para saber que el "estado plurinacional", lejos de resolver problema alguno, es la f¨®rmula pol¨ªtica m¨¢s desastrosa y fracasada que ha conocido el mundo moderno, vigente solo bajo reg¨ªmenes no democr¨¢ticos y que siempre acaba estallando (frecuentemente con violencia) cuando se democratizan. Cualquier fuerza pol¨ªtica con un m¨ªnimo sentido de Estado y que pretenda representar al conjunto de los espa?oles ha de promover y defender la unidad nacional de Espa?a y no negociar planteamientos que nos lleven al desastre y que la mayor¨ªa rechazamos. Y si ello no pudiera impedir que en Catalu?a se consolidase una amplia mayor¨ªa social nacionalista que colocase al Estado y a todos los ciudadanos ante la desgraciada tesitura de elegir entre caer en el "estado plurinacional" o la secesi¨®n catalana, esta ¨²ltima opci¨®n (por dolorosa y traum¨¢tica que sea) ser¨ªa el menor de los males.
Yo soy partidario de que Espa?a se mantenga. Creo sinceramente que cada uno por su lado perderemos todos, aunque all¨¢ cada cual. Pero hay un escenario que me gusta todav¨ªa menos que una separaci¨®n. Me explico. He leido con atenci¨®n la cr¨®nica, razonable, de Lluis Bassats. Pero como ocurre casi siempre cuando se habla de "estatus futuro de Catalu?a" no aclara a que se refiere. Convendr¨ªa mucho saber de que estamos hablando para saber si interesa o no, a los catalanes, a los castellanos y a los andaluces, por ejemplo. Porque si de lo que se trata es de una independencia a plazos que mantenga una ficci¨®n de unidad en Espa?a durante unas decadas con Catalu?a sin contribuir al fondo comun del Estado y preparando su administraci¨®n para el siguiente y ¨²ltimo paso...??Donde est¨¢n las ventajas para los no catalanes?! A Catalu?a le vendr¨ªa fenomenal (un concierto a la vasca mientras se mantiene en la UE, y en la OTAN y se libra de la incertidumbre, amortigua el resentimiento en el resto del estado, y va puliendo con calma para su independencia. Pero ?para el resto?. Vale que aceptemos el divorcio. ?Pero tambi¨¦n tenemos que contribuir a que la expareja se compre los nuevos muebles y el parking ? Sinceramente, en esa tesitura, mejor una independencia, r¨¢pida, (sin violencia), y que cada palo aguante su vela. Y a partir de ah¨ª, decadas y quizas siglos de una mezcla de Balcanes con Villarriba y Villabajo. Es lo que hay. Pero quiz¨¢ Hispania no da para otra cosa.
El planteamiento del Sr. Bassets es impecable salvo por una cuesti¨®n que, en mi opini¨®n, resulta capital: el nacionalismo es una ideolog¨ªa diab¨®lica. Cuando alguien est¨¢ convencido de hablar en nombre de la naci¨®n, cuando se envuelve en una bandera y apela a no se sabe muy bien qu¨¦ esencias identitarias renuncia, en mi opini¨®n, a la racionalidad y ya no se puede dialogar con ¨¦l. ?Qu¨¦ ocurre? Que el Sr. Bassets no es un nacionalista aunque, por ser sutiles, s¨ª es un patriota catal¨¢n y sus planteamientos son razonables. Vamos, Que ser¨ªa f¨¢cil llegar a un acuerdo con el Sr. Bassets. Pero Mas es o se ha convertido en un verdadero nacionalista, pero de los del peor cu?o, de los que usan la televisi¨®n p¨²blica y el populismo para marcar la agenda de la opini¨®n p¨²blica y cercar y estigmatizar a sus enemigos. Tan es as¨ª que en el peor momento hist¨®rico de Espa?a en los ¨²ltimos a?os, cuando la econom¨ªa estaba a punto de irse por el desag¨¹e y Alemania estaba a punto de tirar de la cadena lanz¨® el mayor desaf¨ªo al Estado actual que puede imaginarse. Usted Sr. Bassets suele tambi¨¦n se?alar que Rajoy representa al mismo nacionalismo que Mas pero defendiendo a Espa?a en vez de Catalu?a. Y eso no es cierto. Desde luego que no. Rajoy si me apura puede parecerse a Pujol, pero no a Mas. Y es fundamental entender esto. Aqu¨ª el peligro no es el choque de trenes, pues no existe tal choque de trenes, sino como mucho el choque de un tren con un tranv¨ªa. El verdadero peligro es que surja alguien como Mas en la derecha espa?ola. Alguien que se haga con el poder y utilice la televisi¨®n p¨²blica para designar un enemigo, alguien responsable de todos los males, y haga colar esa idea entre los espa?oles -un terreno que empieza a abonarse-. Ese peligro s¨ª es real y no solo para los catalanes. Para todos.
Un gran art¨ªculo, lamentablemente el autor es catal¨¢n as¨ª que no le har¨¢n caso ni en Catalu?a ni en Espa?a. Para muestra un bot¨®n: S¨¢nchez-Camacho a la que crucificaron p¨²blicamente en Madrid por atreverse a pedir un nuevo trato fiscal para todas las autonom¨ªas, y Duran Lleida, al que ignoran por completo en este tema en Madrid, y que fue el art¨ªfice de la pregunta intermedia - precisamente como oportunidad para el Estado Espa?ol. A los dos los desprecian en mayor o menor medida tambi¨¦n en Catalu?a, por supuesto. A estas alturas, o viene alguien de fuera a poner orden, o Catalu?a se independizar¨¢ de una forma u otra. En democracia no puedes mantener a un grupo de gente en tu pa¨ªs si no lo desean, y por el camino que vamos cada vez m¨¢s habitantes de Catalu?a se van a querer ir. Como dice el autor, acusar a la educaci¨®n o a los medios en catal¨¢n - que son minor¨ªa - es f¨¢cilmente convertible en un boomerang, el objetivo del PP de "espa?olizar" a los ni?os catalanes es un buen ejemplo de ello.
A mi personalmente me cansa que const¨ªnuamente haya que comprar el marco mental de aquellos que hablan sin saber, o con mala uva, de Catalunya. Manipulaci¨®n y adoctrinamiento en las escuelas catalanas? El desvar¨ªo es tan enorme que causaria estupor si no fuera porqu¨¦ es una idea parida por la extrema derecha que est¨¢ triunfando en la espa?a monoling¨¹e. El Sr. Bassets compra el marco mental del espa?olismo m¨¢s recalcitrante para hacer la falacia m¨¢s de moda de nuestros dias: la falacia del punto medio. Primero dibujas dos extremos, en este caso comprando parte del discurso neofalangista (sic.) sobre Catalunya a la vez que critic¨¢ndolo, y luego situar la verdad, la raz¨®n, la moderaci¨®n... en el punto medio. Esto traducido seria un pacto entre ¨¦lites. Competencias, lengua, reconocimiento... lo que sea para evitar que el debate sobre la autodeterminaci¨®n sea central.Hay muchas manera de defender el status quo, quiz¨¢ la m¨¢s inteligente de todas sea aquella de cambiarlo todo para que todo pueda seguir siendo igual. Este art¨ªculo es exactamente eso.
Mas dice que la gente tiene derecho a decidir sobre su futuro, sobre lo que quiere y que esto nadie puede impedirlo, ni la fuerza del independentismo. Aqu¨ª existe una paradoja curiosa sobre qui¨¦n son los que tienen el derecho a decidir, a ser preguntados. Llu¨ªs, en su mar de palabras, no lo aclara. Pero este es a mi modo de ver el problema real. Si son los espa?oles los que tienen que decidir sobre el futuro de los catalanes o esto es un asunto que solo compete a ellos y no al resto de los espa?oles. Ni que decir tiene que para Mas, es una cuesti¨®n que solo incumbe a los catalanes. Y yo me pregunto ?por qu¨¦ entonces est¨¢ pidiendo permiso para esto a Rajoy, al gobierno espa?ol, no ser¨¢ que es Rajoy, el gobierno espa?ol, el que tiene la llave, es decir, los resortes necesarios para impedir o permitir la consulta? Si esto es correcto y todo indica que lo es, quiere decir que en realidad en el asunto catal¨¢n los dem¨¢s tiene mucho que decir y no se les puede excluir. Por supuesto que el catalanismo moderado puede dejar de un lado mala conciencia y demostrar a los a los mal¨¦volos que hacen burla de su dolor reprimido, que ellos no son tan d¨¦biles como creen.
?Habr¨¢ choque de trenes? ?Qu¨¦ trenes? Pues el tren invisible de la recuperaci¨®n econ¨®mica que maneja Rajoy desde el furg¨®n de cola europea y el m¨¢s que visible tren de la bruja con Mas de maquinista y con la escoba en la mano, que nunca es tarde para barrer para casa al tiempo que se asusta a los incautos.
Se habla mucho de Catalunya y poco de Espa?a. A Espanya le falta una narrativa que pueda convencernos. Qu¨¦ es Espanya? Espanya es Espa?a y punto. No es como las lentejas: la comes y punto. El futuro ser¨¢ igual que el presente. Unidad siempre. Si el escudo es compuesto, la bandera es ¨²nica. El toro define a Espa?a aunque gane el torero. Luego esta la ?. Y la marcha prusiana. Desafinidades no electivas. Que es lo que nos une, aparte de la economia, los impuestos y la deuda? Nunca podremos pronunciar las "a" como lo hacia Cecilia: "esta Espa?a mia esta Espa?a nuestra". Que convoque el Sr Wert un concurso para explicarnos qu¨¦ es Espa?a. Esta Espa?a suya esta Espa?a vuestra y que pintamos los catalanes (y los castellanos!) en ella. Con choque de trenes o sin ¨¦l, con un estado o con dos, est¨¢mos condenados a entendernos. Nos-altres y vos-otros. Libertad sin ira.
Bassetts cree q ser ambiguo y encontrar raz¨®n en todo es ser inteligente. Los recursos del PP contra el Estatut fueron buenos, fueron aceptados por el TC y el TSE e incluso por el TSJC. o se puede seguir insistiendo en un mayor federalismo porque de hecho, hoy Espa?a ya es un pa¨ªs federal -demasiado- y un poco m¨¢s de autonom¨ªa para Catalu?a es la independencia de hecho.Si Catalu?a ya es casi independiente. Este marxista in¨²til de Llu¨ªs deber¨ªa dejar de estar con Dios y con el diablo y elegir uno de ellos. Ya es hora de que el TSJE y el TC avalen el uso de la fuerza policial para obligar a la Generalitat a cumplir con los fallos judiciales, como se hace en el mundo civilizado. Y si a Llu¨ªs eso le parece dar garrotazos, all¨¢ ¨¦l.Este marxista de ideas con practica econ¨®mica capitalista no va a cambiar nunca.
Ad mortem me aliquid gravat
El problema es saber si en este escenario id¨ªlico los pol¨ªticos nacionalistas dejar¨ªan de jugar con ventaja y aparcar¨ªan definitivamente su insaciable apetito de reivindicaciones que es lo que les permite perpetuarse monopol¨ªsticamene en el poder.En el fondo los pol¨ªtcos nacionalistas detestan la independencia ya que ,de producirse,supondr¨ªa su extinci¨®n.Si como en el caso de Quebec o de Escocia se aprobara el derecho a decidir nos encontrar¨ªamos probablementa con pol¨ªticos nacionalistas convertidos en bomberos tratando de apagar directa o sublimialmente el furor separatista.
El problema es saber si en este escenario id¨ªlico del federalismo plurinacional los pol¨ªticos nacionalistas dejar¨ªan de jugar con ventaja y aparcar¨ªan definitivamente su insaciable apetito de reivindicaciones que es lo que les permite perpetuarse monopol¨ªsticamene en el poder.En el fondo los pol¨ªtcos nacionalistas detestan la independencia ya que ,de producirse,supondr¨ªa su extinci¨®n.Si como en el caso de Quebec o de Escocia se aprobara el derecho a decidir nos encontrar¨ªamos probablementa con pol¨ªticos nacionalistas convertidos en bomberos tratando de apagar directa o sublimialmente el furor separatista.
Deber¨ªan a?adir a la pregunta doble ¨¦sta otra: ?quiere usted que Bar?a y Espa?ol sigan jugando en la liga espa?ola? S¨ª o no. Por supuesto, ellos deciden solitos si forman parte de la liga espa?ola o no, el resto solo somos unos kleenex de jugar y tirar. Pues bien, lo mismo que tal decisi¨®n deber¨ªa ser conjunta, la de salirse o no del pa¨ªs, lo mismo. Y de todos modos, ya tendr¨ªa narices que en el hipot¨¦tico voto de secesi¨®n pesar¨¢n m¨¢s los balones que las naciones, quiero decir, que un catal¨¢n empezara a sopesar en el supuesto caso de secesi¨®n si sus equipos iban a poder jugar a no en la liga espa?ola. Ya se sabe que hoy tiran m¨¢s dos balones que dos carretas.
"Derecho a decidir" es la forma "light" de llamar al "derecho a la autodeterminaci¨®n", que suena "abertzale" por haber sido utilizado por HB durante tantos a?os. Y "soberanismo" es la forma "light" dise?ada en Quebec para llamar al "independentismo" pero tratando de atraer a sectores moderados que votan al nacionalismo pero est¨¢n en contra de la independencia.
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Escribe en EL PA?S columnas y an¨¢lisis sobre pol¨ªtica, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ¡®El a?o de la Revoluci¨®n' (Taurus), sobre las revueltas ¨¢rabes, ¡®La gran verg¨¹enza. Ascenso y ca¨ªda del mito de Jordi Pujol¡¯ (Pen¨ªnsula) y un dietario pand¨¦mico y confinado con el t¨ªtulo de ¡®Les ciutats interiors¡¯ (Galaxia Gutemberg).