La gran fiesta vaquera de Costa Rica
Famosos y desconocidos pasean a caballo por la capital del pa¨ªs durante seis horas vestidos de vaqueros o criollos
Cada 26 de diciembre, un desfile de caballos, yeguas y bueyes cruza y paraliza el coraz¨®n de San Jos¨¦, la capital de Costa Rica, en una infalible cita social que empieza puntual al mediod¨ªa y re¨²ne a una multitud de espectadores¡ªmuchos con sus hieleras repletas de cervezas, gaseosas y licores¡ªa ambos lados de algunas de las principales calles. Durante m¨¢s de seis horas, el denominado Tope Nacional exhibe a las bestias de apasionados de la h¨ªpica y a las m¨¢s importantes cuadrillas de la poblaci¨®n equina costarricense montadas por jinetes de ambos sexos, famosos y desconocidos, que se pavonean con trajes de vaqueros o con vestimentas criollas.
Navidad y A?o Nuevo significan jolgorio en San Jos¨¦, que en estas fechas celebra sus tradicionales festejos populares y que en el cierre de 2013 e inicio de 2014 se conmemoran del mediod¨ªa del 25 de diciembre a la medianoche del 5 de enero.
Un parque ferial en Zapote, un suburbio del sureste capitalino, ofrece un variado men¨² de fiesta y algarab¨ªa, como corridas de toros a la tica, comidas t¨ªpicas y for¨¢neas y espect¨¢culos como monta?as rusas y gran cantidad de m¨¢quinas de juegos y diversi¨®n, sin olvidar las norias¡ªruedas de Chicago, moscovita o Ferris o vuelta al mundo¡ªni las casas de los sustos o de los misterios y ni la loter¨ªa y m¨²ltiples competencias atadas al azar o a la destreza individual.
Aunque decenas de miles de costarricenses tambi¨¦n aprovechan las fechas para ¡°huir¡± a descansar y a festejar a los centros tur¨ªsticos costarricenses de playa, sol y arena o de monta?a, r¨ªos y ecoturismo, Zapote acapara la atenci¨®n festiva. Las corridas de toros ¡°a la tica¡± en el redondel de Zapote son vespertinas y nocturnas, con juegos pirot¨¦cnicos, y con numerosos toreros improvisados¡ªunos se visten de Batman, Avisp¨®n Verde o Superm¨¢n o de futbolistas¡ªque exponen su integridad personal a las constantes arremetidas de bestias de la ganader¨ªa nacional. Cada a?o, y con un puesto en el redondel, la Cruz Roja acumula un largo listado de hombres y hasta mujeres a los que debi¨® atender de urgencia por golpes o heridas, muchas de gravedad y que ameritan el traslado a un hospital.
Mientras tanto, el resto del parque permanece abierto las 24 horas durante esta temporada y la fiesta nunca acaba en bares, restaurantes y salas de baile. Y todos estos son elementos esenciales de una centenaria tradici¨®n costarricense y, en particular, josefina.
¡°Todo esto forma parte de esta tradici¨®n en San Jos¨¦, que se inici¨® a principios del siglo XX¡±, dijo el historiador costarricense Vladimir de la Cruz, profesor jubilado de las estatales universidades Nacional y de Costa Rica. ¡°A estos festejos se le fueron introduciendo costumbres populares y todo se mezcla con las comidas tradicionales. En algunos sitios se festejan los finales de las cosechas. Y el fin de a?o es todo eso¡±, explic¨®, en una entrevista con El Pa¨ªs.
¡°Como son fechas reservadas por la Iglesia Cat¨®lica por la Navidad y el A?o Nuevo, se utilizan tambi¨¦n para festejar, para aliviar la carga de todo el a?o que pas¨® pero tambi¨¦n para retomar br¨ªos hacia el a?o que entra. Una antigua costumbre en esta temporada es que mucha gente aprovecha para limpiar o despojarse de cosas viejas y dejar atr¨¢s todo lo dej¨® el a?o que pas¨®. Hay gente que en estas ¨¦pocas se dedica a botar las cosas viejas¡±, subray¨®.
Pero en la avalancha globalizadora, algunos factores ajenos a lo costarricense¡ªcomo son las comidas r¨¢pidas o chatarras o la m¨²sica jamaiquina del ¡°reggae¡±¡ªpenetraron con fuerza en estas y otras celebraciones populares y las contaminaron.
Consultada por este peri¨®dico, la costarricense Fresia Camacho, de la Comisi¨®n de Patrimonio Intangible del Ministerio de Cultura de Costa Rica, narr¨® que aunque los festejos de San Jos¨¦ son ¡°un espacio de encuentro de diversos sectores m¨¢s all¨¢ de las diferencias de clase, eso existe en muchos festejos alrededor del mundo¡±.
¡°Algo que no me gusta es que se han comercializado demasiado. Muchas partes de las fiestas tradicionales se han perdido, como en las comidas. Es decir, comidas preparadas de manera muy comercial. Tradicionalmente en las fiestas populares eras las mismas se?oras y la misma gente de barrios y pueblos, y as¨ª es todav¨ªa en muchas comunidades urbanas y rurales, las que hac¨ªan los picadillos, los guisos, las tortillas y todo eso. Esa dimensi¨®n culinaria ya se perdi¨®¡±, lament¨®.
Las fiestas, agreg¨® Camacho, ¡°est¨¢n muy contaminadas tambi¨¦n por el ruido, por la cultura del reggaet¨®n y por toda esa parte. Siento que se ha distorsionado bastante el espacio de encuentro. Pero as¨ª como esa es mi opini¨®n, para mucha gente es un momento lind¨ªsimo para encontrarse y participar¡±.
En este escenario, el sonido de atronadoras ¡°bombetas¡± o juegos de p¨®lvora anuncian en estos d¨ªas en San Jos¨¦ las m¨²ltiples actividades de los festejos capitalinos, sometidos a la vigilancia de cerca de 300 polic¨ªas municipales y nacionales.
Y aunque el jolgorio capitalino deber¨¢ acabar a la medianoche del 5 de enero, muchos lo prolongan a la temporada de verano en enero y febrero y, en broma, hasta dicen que su fiesta se ha extendido m¨¢s all¨¢ del¡ 40 o del 45 de diciembre.
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