Castro se aferra al esp¨ªritu revolucionario y alerta contra la subversi¨®n en Cuba
Advierte contra la disidencia "pol¨ªtico-ideol¨®gica" que pretende "desmantelar el sistema socialista"
En la conmemoraci¨®n del 55? aniversario de la revoluci¨®n cubana, como en los naufragios, las mujeres y los ni?os fueron primero. Claralbis Soler Infante, pionerita de 9 a?os, record¨® al Fidel Castro presente en las historias de sus abuelos, luchador contra la opresi¨®n y la miseria, y ausente en los festejos celebrados ayer 1 de enero en Santiago de Cuba. La estudiante de medicina de 20 a?os Aylen Cumb¨¢ Ch¨¢vez prometi¨® de seguidas respaldar a la direcci¨®n hist¨®rica del Partido Comunista en la pol¨ªtica de cambios econ¨®micos y sociales emprendida por el Gobierno de Cuba durante el ¨²ltimo quinquenio para enfrentar los apuros financieros y las demandas sociales, y llam¨® a los j¨®venes a no dejarse confundir ¡°por la invasi¨®n de informaci¨®n y el consumismo¡±.
Luego, en el podio dispuesto bajo el balc¨®n donde Fidel Castro proclam¨® el triunfo de la revoluci¨®n hace m¨¢s de medio siglo, tom¨® la palabra Ra¨²l Castro, presidente y viejo comandante de la Sierra Maestra, para alertar sobre las nuevas amenazas que, seg¨²n ¨¦l, se ciernen sobre la continuidad del castrismo: la ruptura ideol¨®gica entre la antigua dirigencia y las nuevas generaciones de cubanos, y la paulatina restauraci¨®n del capitalismo en la isla.
Vestido con su uniforme de general, Ra¨²l conjur¨® en su discurso el mayor peligro que ¨¦l advierte en esta nueva etapa de desmontaje del sistema de controles sociales y econ¨®micos que ha emprendido su administraci¨®n, empujado por la crisis econ¨®mica y el crecimiento paulatino de la protesta social; a saber: los intentos del ¡°imperialismo estadounidense¡± de introducir sutilmente en la isla ¡°plataformas de pensamiento neoliberal¡± con el fin de desmantelar la revoluci¨®n socialista desde dentro. ¡°Se afanan enga?osamente en vender a los m¨¢s j¨®venes las supuestas ventajas de prescindir de ideolog¨ªas y conciencia social. (¡) Con ello pretenden inducir la ruptura entre la direcci¨®n hist¨®rica de la revoluci¨®n y las nuevas generaciones y promover incertidumbre y pesimismo de cara al futuro¡±, ha dicho el menor de los hermanos Castro.
Al menos nominalmente, Ra¨²l Castro ha procurado equilibrar el peso de los a?os entre los cuadros dirigentes de Cuba, como repuesta pol¨ªtica a la creciente demanda interna de renovaci¨®n. Su c¨ªrculo m¨¢s cercano en el Gobierno est¨¢ formado por los antiguos combatientes del Segundo Frente, la columna guerrillera que comand¨® hasta 1959, durante la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista. Pero desde febrero de 2013, la cara visible del ¡°socialismo pr¨®spero y sustentable¡±, la f¨®rmula con la cual pretende renovar el funcionamiento del Estado, es el primer vicepresidente Miguel D¨ªaz Canel: un ingeniero electr¨®nico de 53 a?os, bien formado en el dogma marxista y eventual heredero del poder, desde que Ra¨²l Castro anunci¨® su decisi¨®n de no presentarse en 2018 a una nueva reelecci¨®n. A esas nuevas generaciones, que tard¨ªa y paulatinamente han asumido tareas de direcci¨®n, el presidente cubano les ha pedido no caer ¡°bajo el influjo de los cantos de sirena del enemigo¡± y a mantener la unidad del Partido Comunista como ¡°¨²nico heredero leg¨ªtimo del legado y la autoridad del comandante en jefe de la revoluci¨®n cubana, el compa?ero Fidel Castro Ruz¡±.
El castrismo, que controla el poder con mano f¨¦rrea desde 1959, se enfrenta en esta fase a una oposici¨®n interna mejor articulada, que ha dejado en segundo plano el mensaje partidista para concentrarse en la organizaci¨®n de la protesta social, en la denuncia de lo que no funciona. Buena parte de esta joven disidencia se ha formado en las mismas aulas, en la misma Uni¨®n de J¨®venes Comunistas, donde la revoluci¨®n pretend¨ªa formar ¡°al hombre nuevo¡± y la vieja dirigencia los ha segregado por la rebeld¨ªa cr¨ªtica impl¨ªcita en sus preguntas: por qu¨¦ los cubanos ¡ªhasta enero de 2013¡ª no pod¨ªan viajar, por qu¨¦ en la isla no hay libre acceso a Internet, por qu¨¦ no se elige al presidente a trav¨¦s de elecciones directas y universales, por qu¨¦ en Cuba no hay prensa libre. La lista de blogueros, periodistas, artistas, intelectuales y activistas sociales que han asumido este papel es cada vez m¨¢s larga, e incluye los nombres de Antonio Gonz¨¢lez-Rodiles, Guillermo Fari?as, Eli¨¦cer ?vila, Yoani S¨¢nchez, Jos¨¦ Daniel Ferrer, ?ngel Santiesteban-Prats, entre otros.
Aunque Estados Unidos sigue siendo el gran enemigo en los discursos de Ra¨²l Castro, la amenaza del ¡°imperio invasor¡± ha perdido la fuerza ret¨®rica de anta?o, en la misma medida en que ha ganado popularidad en Washington la idea de levantar las leyes del embargo comercial y financiero adoptadas en la d¨¦cada de los sesenta contra La Habana. La mayor¨ªa del exilio cubano-estadounidense ha descartado por completo las salidas de fuerza y pide ahora nuevas condiciones que le permitan participar como inversores de una eventual apertura econ¨®mica en la isla. Para ellos, el apret¨®n de manos entre el presidente Barack Obama y Ra¨²l Castro durante el homenaje f¨²nebre a Nelson Mandela, el pasado 11 de diciembre en Johannesburgo, no es raz¨®n de alarma sino un signo de los nuevos tiempos que, m¨¢s temprano que tarde, terminar¨¢n de llegar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.