Washington se resiste a una mayor implicaci¨®n militar en Irak
La Casa Blanca anuncia que incrementar¨¢ la entrega de misiles y aviones no tripulados
![Antonio Ca?o](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fbeac12ba-699c-4d3e-89c6-e30be1d9a86c.png?auth=74fed457e58f28ed1f5682cefdc437f0ffd7a482e0124e2212ab78e056c83af2&width=100&height=100&smart=true)
![Suníes iraquíes protestan en contra del gobierno tras el rezo el pasado viernes en Faluya.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ILQASSKMPVZWTLYRMRNBD5AZTY.jpg?auth=1125ca9f148040241fb9a3b2a2732407c93a218501166e53ea742bc73f62e5b0&width=414)
Dos a?os despu¨¦s de que el ¨²ltimo convoy del Ej¨¦rcito de Estados Unidos dejara el territorio de Irak, ese pa¨ªs vuelve a ser serio motivo de inquietud para la Administraci¨®n norteamericana, que asiste casi impasible al rebrote de un conflicto que demuestra la vitalidad de Al Qaeda, pone en grave riesgo la supervivencia del Gobierno aliado de Washington y deja en evidencia la inutilidad de la guerra que ocup¨® gran parte de la pasada d¨¦cada.
Hoy, la emblem¨¢tica provincia de Ambar, donde las tropas estadounidenses libraron sus combates m¨¢s feroces y sufrieron el mayor n¨²mero de bajas, vuelve a ser escenario de enfrentamientos que pueden anticipar el estallido de una guerra civil abierta y amenazan con desestabilizar a¨²n m¨¢s una regi¨®n sometida ya a las perturbaciones originadas por el conflicto de Siria.
Estados Unidos, que no niega su responsabilidad moral en la evoluci¨®n de un pa¨ªs que ocup¨® militarmente durante ocho a?os, se ha limitado hasta ahora a manifestar su apoyo al Gobierno de Nuri al Maliki y a anunciar un env¨ªo de misiles y otro armamento que no estar¨¢ en manos de los soldados iraqu¨ªes hasta comienzos de la primavera. Pero el secretario de Estado, John Kerry, ha dejado claro esta semana que el presidente Barack Obama descarta por completo el env¨ªo de tropas norteamericanas a Irak.
Para un presidente que lleg¨® a la Casa Blanca en gran medida gracias a su promesa de retirar las tropas de Irak, es impensable el regreso a ese pa¨ªs por muy evidente que sean los intereses que EE UU tiene en esta crisis. El vicepresidente Joe Biden se lo dej¨® claro al propio Maliki este lunes en una conversaci¨®n telef¨®nica en la que le anim¨® a proseguir la lucha contra los que un comunicado oficial denomina ¡°terroristas¡±.
Una implicaci¨®n militar directa, por otra parte, tampoco ser¨ªa una garant¨ªa de que la situaci¨®n ser¨¢ m¨¢s favorable para Maliki. Las fuerzas estadounidenses conocen de sobra las dificultades de estabilizar localidades como Faluya o Ramadi, donde Al Qaeda ha incursionado en los ¨²ltimos d¨ªas y donde los norteamericanos dejaron gran parte de los 4.500 muertos que tuvieron en esa guerra. De hecho, fue la invasi¨®n de EE UU la que sirvi¨® como bander¨ªn de enganche para el reclutamiento de nuevos miembros de Al Qaeda en Irak.
Sin embargo, pese a sus limitadas opciones, EE UU se juega mucho actualmente en Irak. La ca¨ªda del Gobierno de Maliki, la derrota del Ej¨¦rcito que el Pent¨¢gono cre¨® y entren¨® o la generalizaci¨®n de una guerra en todo el pa¨ªs, representar¨ªan un riesgo, no solo para la estrategia norteamericana en Oriente Pr¨®ximo, sino en el lucha contra el radicalismo isl¨¢mico en todo el mundo. Lo que ocurre en Irak puede ser un anticipo de lo que suceda en Afganist¨¢n cuando EE UU retire sus tropas al final de este a?o, as¨ª como un est¨ªmulo para otros combatientes extremistas en Siria, Yemen, Sud¨¢n, L¨ªbano o el norte de ?frica.
El recrudecimiento de este conflicto amenaza, adem¨¢s, como mermar a¨²n m¨¢s la influencia norteamericana en la regi¨®n y con crear m¨¢s dudas sobre la pol¨ªtica exterior de Obama. Esta crisis llega en un momento en que EE UU e Ir¨¢n dan los primeros pasos hacia lo que puede ser una reconciliaci¨®n hist¨®rica. La guerra en Irak, en la que el r¨¦gimen shi¨ª de Teher¨¢n comparte la preocupaci¨®n de Washington por el alzamiento de milicias radicales sun¨ªes, puede ser una prueba de las ventajas de la cooperaci¨®n entre los dos pa¨ªses que hasta ahora eran ac¨¦rrimos enemigos. Pero tambi¨¦n demuestra que la capacidad de decisi¨®n de EE UU se ha reducido y que necesita a Ir¨¢n para tratar de reconducir la situaci¨®n. Lo mismo puede decirse para los casos de Siria y L¨ªbano.
Es incierto c¨®mo puede eso afectar al desarrollo del aspecto m¨¢s importante de la agenda con Ir¨¢n, la negociaci¨®n del programa nuclear, pero existe el temor de que los sectores m¨¢s radicales del r¨¦gimen isl¨¢mico observen el debilitamiento de la posici¨®n de EE UU como una oportunidad para resistirse a hacer concesiones significativas. Al mismo tiempo, la cooperaci¨®n con Ir¨¢n, ahora con motivo de Irak, puede constituir una nueva afrenta al gran rival regional de Teher¨¢n, Arabia Saud¨ª, cuyas relaciones con Washington est¨¢n ya claramente deterioradas.
El peligro m¨¢s inmediato para la Administraci¨®n norteamericana es, no obstante, el de la extensi¨®n de Al Qaeda. Los combatientes bajo la bandera negra de esa organizaci¨®n no solo han aparecido en Irak, sino que se han hecho fuertes en Siria, donde est¨¢n a punto de ser dominantes entre la oposici¨®n, y han hecho acto de presencia en L¨ªbano. Qui¨¦ralo o no, eso va a exigir un mayor compromiso militar por parte de EE UU. Se da por hecho que la CIA est¨¢ actualmente facilitando informaci¨®n al Gobierno de Bagdad y que los drones norteamericanos contribuyen en labores de inteligencia. Una implicaci¨®n creciente en esa direcci¨®n parece inevitable si, como se espera, la crisis en Irak se agudiza en las pr¨®ximas semanas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.