¡°No es cierto que mi familia sea culpable de esa guerra mundial¡±
Carlos de Habsburgo-Lorena, nieto del ¨²ltimo emperador de Austria habla del papel de la monarqu¨ªa y de su familia en la Primera Guerra Mundial. Sostiene que el imperio era "una entidad incre¨ªblemente moderna"
Pregunta. ?Es frecuente que todav¨ªa se dirijan a usted llam¨¢ndole "Alteza Imperial"?
Respuesta. Ocurre a menudo, pero no corrijo a nadie porque casi siempre lo hacen por respeto hacia mi familia, no hac¨ªa m¨ª personalmente. No soy un pedante.
P. ?Qu¨¦ tienen que ver los Habsburgo de hoy d¨ªa con la Primera Guerra Mundial?
R. La mayor¨ªa de los miembros de mi familia consideran esa guerra no solo parte de la historia de un pa¨ªs, sino tambi¨¦n parte de la historia de nuestra familia.
P. ?C¨®mo definir¨ªa usted ese concepto de familia? Porque estamos hablando de una integrada por m¨¢s de 500 personas. ?Los elementos determinantes ser¨ªan, fundamentalmente, la relevancia pol¨ªtica y la historia de un gran clan?
R. Mi familia ha sido siempre una familia muy pol¨ªtica y lo ha seguido siendo hasta ahora. Mi hermana fue durante mucho tiempo embajadora de Georgia en Berl¨ªn, otra hermana m¨ªa es diputada en Suecia. Entre los 500 miembros de mi familia hay de todo, hay secretarios de obispo y directores de museo. Pero no tiene ning¨²n sentido centrarse en el pasado.
P. ?Los Habsburgo siguen cas¨¢ndose preferentemente con otros arist¨®cratas?
R. Es algo que ocurre muy a menudo porque las familias de la aristocracia europea nos conocemos y nos reunimos con motivo de actos sociales. Al fin y al cabo, la monarqu¨ªa es una forma de Estado, como tambi¨¦n lo es la rep¨²blica.
P. ?Por qu¨¦ otros monarcas los invitan e integran en su entorno? En Austria se ha abolido la nobleza.
R. Porque existen relaciones de parentesco.
P. ?Entonces lo que cuenta es el ¨¢rbol geneal¨®gico?
R. S¨ª, por supuesto.
P. El lema de su padre era: ¡°valor para asumir el deber¡±. Suena casi prusiano.
R. Siempre sinti¨® que ten¨ªa una obligaci¨®n que cumplir para con los espacios hist¨®ricos en los que ¨¦ramos pol¨ªticamente activos. Y eso es algo que nos inculc¨® a nosotros desde ni?os.
La culpa mayor fue del nacionalismo
P. ?Hay en su familia revanchistas que, por ejemplo, pretendan recuperar el territorio lombardo-v¨¦neto o Dalmacia?
R. No, eso ser¨ªa rid¨ªculo.
P. Su primo Ulrich ha intentado conseguir el derecho de voto pasivo para las elecciones presidenciales. Ha exigido que se retire la prohibici¨®n que establece que ni ¨¦l ni sus parientes pueden presentarse como candidatos a presidente. Y lo ha conseguido. ?Le parece correcto?
R. Por supuesto. La Ley Habsburgo es absurda, no se puede decir otra cosa. Despu¨¦s de la Primera Guerra Mundial en el pa¨ªs exist¨ªan ciertos miedos y la preocupaci¨®n de que la familia pudiera volver y plantear reclamaciones. Cuando mi abuelo, el emperador Carlos I, renunci¨®, una de las condiciones fue que se deb¨ªa votar qu¨¦ posici¨®n ocupar¨ªa en el futuro. El canciller Karl Renner le prometi¨® que as¨ª se har¨ªa; pero luego se cancel¨® esa votaci¨®n. Nos privaron de todos los derechos, nos expropiaron y nos mandaron al exilio. En aquel entonces nuestro patrimonio hab¨ªa ido a parar a un fondo; una vez disuelto este se nos deb¨ªa devolver la propiedad, pero eso no ocurri¨® nunca. Yo, por ejemplo, he crecido con el absurdo de tener durante mi infancia un pasaporte austriaco expedido en Munich en el que pon¨ªa que pod¨ªa viajar a cualquier pa¨ªs del mundo salvo a Austria. Esta regla no se anul¨® hasta finales de los a?os sesenta.
P. La abdicaci¨®n, la expropiaci¨®n y el exilio fueron precedidos por una guerra que tambi¨¦n caus¨® un sufrimiento indecible, millones de muertos y hambrunas a los 50 millones de habitantes del imperio. ?Tiene la sensaci¨®n de que su abuelo tambi¨¦n fue castigado por todo ese sufrimiento?
R. Pero no se trata aqu¨ª de la culpa y la expiaci¨®n. Y tampoco es cierto que la familia sea culpable de esa guerra mundial. Simplificando, se puede decir que los disparos de Sarajevo desencadenaron la Primera Guerra Mundial. Pero si no hubiesen sido los disparos de Sarajevo, tres semanas despu¨¦s habr¨ªa comenzado en alg¨²n otro lugar. Es un error se?alar con el dedo a los Estados. Y si se hace, habr¨ªa que decir tambi¨¦n que exist¨ªan tensiones decisivas, sobre todo entre Alemania y Rusia, donde ya se hab¨ªa producido una movilizaci¨®n parcial junto a las fronteras. Eran muchos los que estaban preparados en la l¨ªnea de salida, esperando el gran conflicto. Si vamos a explayarnos haciendo acusaciones, probablemente la culpa mayor fue del nacionalismo en s¨ª mismo.
P. ?Qu¨¦ papel activo desempe?¨® su abuelo, el ¨²ltimo emperador?
R. Un papel peque?o, porque hab¨ªa heredado la guerra. No ten¨ªa nada que ver con ello. Adem¨¢s, hizo muchos esfuerzos por mantener la paz, que tambi¨¦n suscitaron reproches, y aprovech¨® sus contactos familiares para entablar negociaciones de paz. Tampoco creo que al comienzo de la Primera Guerra Mundial nadie pudiera imaginarse hasta qu¨¦ extremos de crueldad y locura iba a degenerar el conflicto. Es cierto que exist¨ªan algunas experiencias previas, sobre todo las dos guerras de los Balcanes, que podr¨ªan haber ense?ado en qu¨¦ clase de drama pod¨ªa derivar aquello. Pero los austriacos pensaron, un tanto ofuscados, que ser¨ªa una guerra peque?a, en la que tendr¨ªamos que poner algo de orden en Serbia. As¨ª que todo el mundo se imagin¨® que estar¨ªamos pronto de vuelta en casa.
P. ?Qu¨¦ papel desempe?¨® el sucesor al trono Francisco Fernando?
R. Francisco Fernando ten¨ªa muy claro que en aquel entonces la situaci¨®n de los pueblos eslavos en el marco del imperio de los Habsburgo era un problema fundamental. Tambi¨¦n se daba cuenta de las tensiones que exist¨ªan con Serbia. Y quiz¨¢ tambi¨¦n era consciente de que los serbios lo consideraban su principal enemigo porque quer¨ªa equilibrar, en realidad minimizar, la preponderancia de los serbios dentro de la constelaci¨®n de fuerzas de los pueblos eslavos. Por eso llevaban muchos a?os haciendo preparativos para atentar contra ¨¦l, con veneno y armas que se introdujeron de contrabando en Sarajevo.
P. En el ¨ªnterin se ha reavivado y reorientado el debate sobre los factores desencadenantes de la guerra como refleja el libro Los son¨¢mbulos de Christopher Clark. Ahora se impone la tesis de que exist¨ªa una especie de predisposici¨®n generalizada a entrar en guerra. ?Le parece razonable este planteamiento?
Los austriacos pensaron, un tanto ofuscados, que ser¨ªa una guerra peque?a
R. No debemos olvidar que antes hab¨ªan tenido lugar esas dos guerras de los Balcanes. En ambas se produjo una movilizaci¨®n de Austria. En aquel entonces eso significaba tambi¨¦n la movilizaci¨®n de todos los recursos financieros del pa¨ªs. Todos ten¨ªan claro que no se pod¨ªan permitir una tercera movilizaci¨®n sin hacer una guerra. Simpatizo con la tesis de Clark de que todos los implicados caminaron son¨¢mbulos hacia esa guerra y ten¨ªan sus respectivos intereses espec¨ªficos en llevarla a cabo.
P. ?D¨®nde habr¨ªa que situar entonces ¨C seg¨²n el debate interno de su familia ¨C la corresponsabilidad de la casa de los Habsburgo?
R. En Austria exist¨ªa una falta de preparaci¨®n militar, ten¨ªamos unos soldados apenas aptos para ir al frente y unos uniformes muy bonitos pero poco m¨¢s; nos faltaban muchas cosas.
P. ?Tras la guerra se desat¨® la c¨®lera popular contra los Habsburgo?
R. No hubo nada semejante, todo lo contrario: segu¨ªa existiendo una gran simpat¨ªa hacia el emperador, tambi¨¦n porque la gente reconoci¨® lo mucho que se hab¨ªa esforzado en lograr la paz, en abastecer a las v¨ªctimas de la hambruna.
P. ?No es ese b¨¢sicamente un punto de vista ¡°vienoc¨¦ntrico¡±? En el imperio en desintegraci¨®n tambi¨¦n hubo otras reacciones.
R. Por supuesto, el ambiente en el Tirol era diferente al que hab¨ªa en Bucovina.
P. Lo que hizo despu¨¦s su padre, Otto de Habsburgo, ?tiene algo que ver con una especie de reparaci¨®n?
La idea de Estado nacional es una idea del siglo pasado
R. No, porque eso significar¨ªa que cre¨ªamos que ¨¦ramos culpables y que ten¨ªamos que ofrecer una compensaci¨®n por ello. M¨¢s bien ten¨ªa que ver con el deber.
P. Durante mucho tiempo su padre fue considerado un forastero, un paneuropeo algo pomposo. ?Le produce una cierta satisfacci¨®n el hecho de que a la postre la historia haya ratificado su entusiasmo por una gran Europa?
R. Satisfacci¨®n, no. Me alegra que Europa haya evolucionado en la direcci¨®n que ¨¦l pensaba. Porque la UE era, con otros medios, la prosecuci¨®n de la antigua idea imperial supranacional. Y justamente eso mismo vio y dese¨® Otto de Habsburgo en Europa. Las circunstancias han cambiado, qu¨¦ duda cabe, pero seguimos trabajando en la idea de un ordenamiento jur¨ªdico supranacional y en el principio de subsidiariedad. Franz-Josef Strauss dijo en una ocasi¨®n que quien se casa con el esp¨ªritu de la ¨¦poca, enviuda pronto.
P. Pero esa idea imperial supranacional tambi¨¦n podr¨ªa haberse convertido en una senda peligrosa. Las ¨²ltimas d¨¦cadas de la monarqu¨ªa imperial y real estuvieron dominadas por fuerzas centr¨ªfugas, por una disgregaci¨®n, por una desintegraci¨®n. Pero se forz¨® la unidad de esa construcci¨®n mediante una idea supranacional. Y precisamente la monarqu¨ªa de los Habsburgo fue castigada por eso.
R. Es cierto pero, a pesar de todo, en el siglo XX era la senda correcta. En cierto modo aquella entidad ¡°imperial y real¡± era incre¨ªblemente moderna. Cuando uno piensa que el himno nacional se cantaba oficialmente en 12 idiomas y extraoficialmente en m¨¢s de 20¡ Si se reivindicara ahora algo semejante en Francia, si se dijese que una parte de la poblaci¨®n del Estado quiere cantar la Marsellesa solo en bret¨®n... Ser¨ªa inimaginable.
P. ?Cu¨¢l es su concepto de Europa?
R. Me siento muy enraizado en una pan-Europa. Debido a la actividad que llevo a cabo para Blue Shield, que es una asociaci¨®n que se dedica a la protecci¨®n del patrimonio cultural en zonas en guerra, he pasado mucho tiempo en ?frica y veo c¨®mo miran all¨ª hacia Europa. C¨®mo los africanos ven a Europa orientada hacia el futuro y la admiraci¨®n que despierta, por ejemplo, la idea de un tribunal de justicia europeo. La idea de Estado nacional es una idea del siglo pasado.
Carlos de Habsburgo-Lorena?(nacido en 1961) es asesor de medios de comunicaci¨®n y presidente de la Asociaci¨®n de Comit¨¦s Nacionales de Blue Shield, dedicada a la protecci¨®n del patrimonio cultural en conflictos armados, y presidente del Movimiento Paneuropeo de Austria.
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