John Kerry quer¨ªa ser presidente y no lo consigui¨®. Pero tambi¨¦n quer¨ªa ser lo que esa ahora: secretario de Estado, el cargo m¨¢s poderoso del pa¨ªs m¨¢s poderoso despu¨¦s del presidente. Y ya lo es desde hace once meses.
Quiz¨¢s no es el mejor momento para lucir en la escena internacional. Su presidente se halla ensimismado en el desgaste de la pol¨ªtica interior. Y su pa¨ªs, cansado por las dos guerras del anterior presidente, intenta desplazar su preocupaci¨®n estrat¨¦gica all¨ª donde se juega el futuro, que es en Asia.
No importa. Para John Kerry es una oportunidad, y en su caso la ¨²ltima oportunidad. No habr¨¢ m¨¢s. Tiene 70 a?os y una largu¨ªsima carrera pol¨ªtica a sus espaldas que, como todos, quiere terminar bien, o muy bien si es posible.
Cuenta con t¨ªtulos para ingresar en el cuadro de honor de los grandes secretarios de Estado que dejaron impronta en la historia, como Kissinger con el fin de la guerra de Vietnam y la apertura a China o James Baker con la victoria en la guerra fr¨ªa y los acuerdos de Oslo. El m¨¢s destacado, su experiencia durante casi tres d¨¦cadas en la Comisi¨®n de Exteriores del Senado.
Oriente Pr¨®ximo, en la versi¨®n ampliada de Bush, que alcanza hasta Afganist¨¢n, es lo que ocupa el grueso de su trabajo, con tres mesas de negociaci¨®n simult¨¢nea abiertas o a punto de abrir ¡ªla bomba nuclear iran¨ª, la guerra siria y el conflicto Israel-Palestina¡ª y dos conflictos que debieran estar cerrados pero no lo est¨¢n: el de Irak que reabsorbe la guerra siria, con el conflicto entre chiitas y sunitas y la reaparici¨®n de Al Qaeda; y el acuerdo de seguridad con Afganist¨¢n, de donde deben partir los estadounidenses a finales de a?o.
Con tantos frentes abiertos, lo normal es que fracaso y ¨¦xito se repartan de forma razonable. Su apuesta es por la paz entre israel¨ªes y palestinos, a la que dedica el grueso de las energ¨ªas. Diez viajes a la zona. Veinte rondas de conversaciones.
Los esfuerzos han empezado dar frutos: medidas de confianza como la liberaci¨®n de presos palestinos por parte de Israel y renuncia a recurrir a los tribunales internacionales por parte de Palestina; y las habituales medidas de desconfianza para subir la apuesta, como la construcci¨®n de nuevos asentamientos o el reavivamiento de exigencias dr¨¢sticas por las dos partes.
Salvo Kerry, nadie m¨¢s parece creer en el ¨¦xito. Si triunfa, salvar¨¢ la presidencia de Obama e incluso le eclipsar¨¢, como ya ha eclipsado a Hillary Clinton. Nada malo le suceder¨¢ si no lo consigue. El riesgo no carga sobre su futuro.
Comentarios
"habituales medidas de desconfianza para subir la apuesta". Vaya por dios. "como la construcci¨®n de nuevos asentamientos": eso lo hace sin parar Israel. "o el reavivamiento de exigencias dr¨¢sticas por las dos partes": ?eso que c. significa? ?qu¨¦ exigencias dr¨¢sticas por ambas partes son esas? Ya sabemos todos que all¨ª no hay paz porque Israel no quiere. Los palestinos ser¨ªan felices si, simplemente, dejaran de matarlos.
Es mi manera de ver, pero el futuro de EEUU no est¨¢ en Asia sino en su propio subsuelo y en su autonom¨ªa energ¨¦tica. Los EEUU no hac¨ªan de polic¨ªa del mundo por placer, sino por su dependencia energ¨¦tica. Por eso el Oriente Medio va a pasar a un segundo plano. Por eso Arabia e Israel est¨¢n muy nerviosos. Por eso financian lo infinanciable. Por eso Kerry est¨¢ tranquilo. Y Putin e Ir¨¢n, que seguramente ser¨¢ m¨¢s respetado en Oriente. Porque por primera vez se pueden los EEUU independizar de una zona que es Oriente Medio donde las ¨¦lites se obstinan en la expansi¨®n de su enorme miseria feudal, que no tiene que ver con los principios antifeudales de EEUU. Sobre todo si ¨¦stas elites de Oriente financian sin parar un uso execrable de su religi¨®n como arma.A todo esto China lo puede pasar mal, porque va a perder esos bastiones comerciales tan jugosos que eran el Eje de Mal, que no era otra cosa que un pacto comercial de Rumsfeld con los l¨ªderes chinos. Y tambi¨¦n porque el ciudadano chino se chupa cada vez menos el dedo y se da cuenta de que el montaje bancario chino es un robo a mano armada contra cientos de millones de trabajadores.
Kerry ser¨ªa, sin duda, un excelente candidato para reemplazar a Obama. Su rival, bajo la misma carpa dem¨®crata, Hillary Clinton. No es previsible en este momento que avance la figura de ning¨²n republicano, pues ese partido se dej¨® colonizar por el fanatismo.
Siempre...despues de "el ultimo tranvia"...existen otras formas de locomocion...lo importante...asi nos ense?an nuestros libros, es no desilucionarse nunca...Despues de cada Mesias...llegara otro Mesias...Despues de cada Kerry, habra otro Kerry...
No s¨¦ si la impronta dejada por Kissinger le coloca en el cuadro de honor de los grandes secretarios de Estado. S¨ª s¨¦ que su huella en la historia est¨¢ sucia desde su origen ( le nombra Nixon, apodado precisamente as¨ª: El Sucio ) y desde entonces su papel ha sido terror¨ªfico: guerra de Vietnam ( que por cierto perdieron los E.E.U.U. ? o no ? ), remoci¨®n de Allende con apoyo decisivo al sangriento golpe de Estado de Pinochet, apoyo a la dictadura argentina y a tantas otras latinoamericanas, actuaci¨®n en Oriente Medio, Timor, masacre de kurdos en Irak , apartheid en Sud¨¢frica y un interminable etc.En 2013 cuando recib¨ªa el premio a la Libertad en la gala Intrepid Freedom Awards un periodista le pregunt¨® ? qu¨¦ se siente al ser un asesino de masas ? Confiemos en que Kerry no le imite.
Cu¨¢nto puede aportar al bien com¨²n el inter¨¦s particular. Ojal¨¢ siempre fuera as¨ª.
Eclipso a Hillary Clinton ? No por el momento
O dicho en terminolog¨ªa monta?era, a Kerry le queda salvar el Escal¨®n Hillary.
Kissinger est¨¢ en el cuadro de honor de los grandes farsantes de la Historia, Con disfraz democr¨¢tico apoy¨® a los grandes tiranos y asesinos que asolaron Latinoam¨¦rica el siglo pasado. Es peor que Hitler, al menos este ¨²ltimo no usaba caretas.
No quisiera ponerme pesado en recordarnos de la parte ocultada o tergiversada de la historia, pero en el tema ¨¢rabe israel¨ª o, estamos olvidando de ella porque nadie insiste en decirnos lo m¨¢s importante y lo verdadero, o porque alguien muy interesado nos la hace borrar de nuestra reciente memoria y as¨ª le ser¨¢, a ese alguien, m¨¢s f¨¢cil conseguir sus pretensiones. En realidad los hechos que ocurren en la escena geopol¨ªtica en los pa¨ªses ¨¢rabes en particular y isl¨¢mico en general sigue un proyecto a nivel mundial donde coinciden con el proyecto sionista.Es muy entendible el esfuerzo que realiza el secretario de estado el Sr. Kerry sin perder la esperanza de ganarse algo en un tema donde fracasaron todos antes de ¨¦l. ?Acaso no son los norteamericanos los siguientes protagonistas despu¨¦s de los israel¨ªes en todo tema que surja en esa regi¨®n desde la Segunda Guerra Mundial? El conflicto ¨¢rabe israel¨ª es m¨¢s que una disputa sobre territorios entre palestinos y jud¨ªos. Es un desaf¨ªo de autodeterminaci¨®n de un pueblo cuyo patrimonio nacional fue casi completamente usurpados y sus derechos b¨¢sico se le niegan de forma injusta y falaz. No podemos negar esta premisa porque ser¨ªa negar hechos cuyas consecuencias las estamos padeciendo a nivel mundial.En 1917 el gobierno de Londres emiti¨® la fat¨ªdica declaraci¨®n de Balfour, los pocos ¨¢rabes de entonces que pose¨ªan la libertad para manifestarse lo hicieron a su manera pero insuficientemente por impotencia pol¨ªtica y poca vista para su futuro para no defender bien su parte de la herencia del imperio otomano. Fueron sencillamente enga?ados por ingles y franceses por ingenuos, porque a sus espaldas se acord¨® el tratado de Sykes Picott y la donaci¨®n de Palestina a los jud¨ªos sionistas. Esto es otro tema. En 1947 la Asamblea General de las NN UU resolvi¨® el conflicto con la Resoluci¨®n de Partici¨®n N? 181. Fue rechazada por los ¨¢rabes al verla injusta al otorgar a los jud¨ªos 54% del territorio palestino, y tras la guerra de 48 ocurri¨® Al Nakba, cuando Israel se quedar¨ªa con el 78% y se impuso la tregua hasta el 1967, guerra de los seis d¨ªas cuando ciertos pa¨ªses ¨¢rabes conspiraron contra Nasser y los ¨¢rabes perdieron m¨¢s territorios. Otra vez m¨¢s los ¨¢rabes rechazaron la resoluci¨®n del Consejo de Seguridad N? 242, que conden¨® la ocupaci¨®n de tierras por la fuerza consider¨¢ndola ilegal y exigi¨® la retirada. M¨¢s tarde la aceptaron cuando Israel hab¨ªa creado nuevo status quo dif¨ªcil de enmendar. Durante casi una d¨¦cada el plan de Kissinger de individualizar las negociaciones y paz con cada pa¨ªs ¨¢rabe comenz¨® a surtir efecto tras la visita de Saddat a Israel en 1977.En 2002, las propuestas de Camp David, mediadas por Bill Clinton fueron rechazadas por Arafat tambi¨¦n por injustas, y los palestinos vuelven m¨¢s tarde a aceptarla despu¨¦s de la muerte de Arafat y la ausencia de Clinton. Entremedio de todos estos proyectos y hojas de ruta, Israel sigui¨® con su arrogante postura de no cumplir con las exigencias de las resoluciones del CS ni de la comunidad internacional y apoyada siempre con los vetos de EE UU, armas sofisticadas, donaciones¡ etc.En definitiva, el conflicto palestino israel¨ª generaba siempre unas resoluciones, que las m¨¢s recientes sol¨ªan ser rechazadas por ¨¢rabes y/o palestinos al no reconocer los derechos m¨¢s b¨¢sicos de los palestinos para volver a las previas que para los israel¨ªes se consideraban ya caducadas. Lo peor es que tanto Israel como el patrocinador norteamericano de negociaciones sab¨ªan y pretend¨ªan que esas propuestas fueran rechazadas para crear cada vez unas realidades sobre el terreno de m¨¢s dif¨ªcil aceptaci¨®n en la siguiente negociaci¨®n.Entendemos quien tiene derecho que lo reclame, pero rechazar un derecho incompleto cuando no tiene ni el poder ni el apoyo para forzar su alternativa, es un agravio considerable auto ocasionado. ?Por qu¨¦ la desconfianza en el papel que desempe?a el ¨²nico patrocinador de las negociaciones de paz? Pues simplemente porque los EE UU es, por una parte, un aliado y m¨¢s interesado en la seguridad de Israel que los propios l¨ªderes de Tel Aviv y evidentemente menos por los derechos palestinos y de sus reivindicaciones de casi un siglo. Por la otra, resulta que esa desconfianza por la mayor¨ªa de los ¨¢rabes, la poblaci¨®n palestina incluida, sea debida a su creencia en que cualquier soluci¨®n presentada por la Casa Blanca sea previamente discutida y aceptada por Israel y como es obvio los intereses de ambos contendientes son opuestas, resulta que cualquier arreglo venga acorde a los intereses israel¨ªes a expensas de los palestinos. Israel se encuentra m¨¢s c¨®moda con la presencia de los EEUU, y los encuentros entre Washington y Jerusal¨¦n, en la ausencia europea, proporcionan a los israel¨ªes mejores mecanismos para defender sus intereses y mantener su intransigencia ante la debilidad ¨¢rabe m¨¢s indiscutible ahora que nunca.
Volviendo al tema del Sr. Kerry en su d¨¦cimo viaje a la regi¨®n en el cual pone su sumo esfuerzo para acelerar las interminables negociaciones que no han conducida a nada excepto la desesperaci¨®n de la poblaci¨®n palestina bajo ocupaci¨®n y m¨¢s injusticia a ignorar sus derechos. En su intento el Sr. secretario espera alg¨²n tipo de acuerdo hacia el que est¨¢ presionando para obligar a los palestinos a aceptar la judaizaci¨®n de Israel, un tema al que todos los ¨¢rabes hasta los m¨¢s aliados a EE UU e indirectamente a Israel lo rechazan rotundamente. Israel como sabemos siempre empieza en una nueva etapa de negociaciones y desde cero cada vez los palestinos y ¨¢rabes concedan algo m¨¢s de sus exigencias. La ¨²ltima de estas es la judaizaci¨®n del estado israel¨ª. Pues como en otras partes del mundo cada naci¨®n puede dominarse como m¨¢s le apetezca, de hecho muchos pa¨ªses con mayor¨ªa de musulmanes tienen el islam como la religi¨®n de la naci¨®n pero no llega a la exclusi¨®n de los que profesan las dem¨¢s religiones como sikhs, budistas, cristianos, jud¨ªos¡etc. Sin embargo, en el caso israel¨ª es totalmente diferente. Ello determinar¨ªa la consideraci¨®n del 20% de su poblaci¨®n ¨¢rabe no como ciudadanos sino m¨¢s bien unos presos sin derecho a nacionalidad ni a naci¨®n propia, y los palestinos en los territorios ocupados como sujetos en espera de ser expulsados, lo que no les da derecho de reclamar nada ya que como los anteriores viven en la tierra prometida que Israel pretende hace que el mundo entero olvide que Palestina hist¨®rica es la tierra de Cana¨¢n y los palestinos son sus habitantes de todos los tiempos, y quiz¨¢s sean los que m¨¢s sangre semita que cualquier otro pueblo pueda tener. Y por consiguiente, Israel exige como seguras fronteras, que hasta el momento y despu¨¦s de 65 a?os de su creaci¨®n no las tienes bien definidas, que sean el Jord¨¢n y Gaza. O sea, en otros conceptos exige de los ¨¢rabes la legalizaci¨®n de la ocupaci¨®n, y esto es lo que no entiende el entusiasmado secretario de estado ni los criminales responsables israel¨ªes que jam¨¢s aceptar¨ªan ni los ¨¢rabes ni los palestinos. Israel podr¨¢ elegir el nombre que quiera. La exigencia de parte de los palestinos el reconocimiento de su judaizaci¨®n, a?adir¨ªa m¨¢s radicalizaci¨®n de su discriminaci¨®n racista y enaltece a¨²n m¨¢s su car¨¢cter de un estado racista de apartheid peor que su gemelo y derrocado r¨¦gimen fascista en Sud¨¢frica.
La "historia" seg¨²n los comunistas es tan, pero tan, interesante. Espero que me cuenten pronto c¨®mo Stalin y Mao salvaron vidas como locos. Por lo menos, dir¨¢n, "unos 500 millones de almas." Solo a un demente se le ocurre que Israel firme tratados "de paz" con los derrotados, asesinos, y bombarderos, que pongan en peligro la EXISTENCIA de Israel. Pero veo con ojos semi-sorprendidos que los antisemitas, matacuras, y violamonjas eso proponen como "la Soluci¨®n Final." Bobadas. Ah, y antes que se me olvide: Acuso a los izquierdas espa?oles de ser los responsables por las masacres llevadas a cabo por los islamistas en todas partes del mundo por no impedirlas. As¨ª como se acusa a Israel y a Shar¨®n por lo que los ¨¢rabes hicieron... En fin, dentro de poco se la ingeniar¨¢n para hacer alguna fantochada. En eso no les gana nadie. Despu¨¦s nos preguntamos por qu¨¦ no pintamos nada en el mundo... como si hubiera escasez de tontos. Y hablando de tontos, all¨¢ est¨¢ Rajoy de arrastrada en Washington, DC. Tom¨® 2 a?os que lo recibiera Obi por 15 minutos. Por lo menos no tom¨® 6 y no tuvo que ir a rezar a un desayuno como el Inmencionable nubiprefecto.
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Escribe en EL PA?S columnas y an¨¢lisis sobre pol¨ªtica, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ¡®El a?o de la Revoluci¨®n' (Taurus), sobre las revueltas ¨¢rabes, ¡®La gran verg¨¹enza. Ascenso y ca¨ªda del mito de Jordi Pujol¡¯ (Pen¨ªnsula) y un dietario pand¨¦mico y confinado con el t¨ªtulo de ¡®Les ciutats interiors¡¯ (Galaxia Gutemberg).