La misteriosa red del cl¨¦rigo G¨¹len desaf¨ªa a Erdogan
Un turco con millones de fieles es se?alado como instigador de la ¨²ltima crisis pol¨ªtica del AKP
Con las protestas del pasado verano ya apaciguadas, Turqu¨ªa y su primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, han empezado 2014 inmersos de nuevo en otra de las mayores crisis pol¨ªticas de los ¨²ltimos a?os en este pa¨ªs. A mediados de diciembre, m¨¢s de 50 personas pr¨®ximas al Gobierno y, sobre todo a Erdogan, fueron detenidas como parte de una investigaci¨®n sobre corrupci¨®n. Entre los apresados estaban los hijos de tres ministros, quienes acabar¨ªan dimitiendo, y el director de un banco de propiedad p¨²blica.
Esta operaci¨®n, adem¨¢s, se conoc¨ªa tres meses de unas elecciones locales cruciales para Erdogan y su Partido Justicia y Desarrollo (AKP, en turco). En Turqu¨ªa, con una historia rica en conspiraciones pol¨ªticas y golpes de Estado, nadie cree que se trate de una coincidencia. De hecho, todos los dedos apuntan a un hombre de 72 a?os, supuestamente enfermo y que vive a 8.200 kil¨®metros de Turqu¨ªa como el organizador del esc¨¢ndalo.
Se trata del cl¨¦rigo isl¨¢mico turco Fetulah G¨¹len, quien desde 1999 vive en Estados Unidos, actualmente en una enorme finca cerca de Filadelfia, en un exilio autoimpuesto tras haber sido acusado de atentar contra el Estado turco.
G¨¹len cuenta con millones de seguidores en todo el mundo y, particularmente, en Turqu¨ªa, donde conforman una misteriosa comunidad conocida con el nombre de El Servicio, Hizmet, en turco, que tambi¨¦n significa ¡°trabajo¡± y ¡°deber¡±.
Pero, ?qui¨¦n es Fetulah G¨¹len y qu¨¦ es realmente El Servicio? ¡°Describirlos es una tarea muy complicada: no hay ninguna otra organizaci¨®n en el mundo que pueda ayudar a describir el movimiento de G¨¹len¡±, responde Sinan Ulgen, exdiplom¨¢tico turco y presidente del Centro de Estudios en Econom¨ªa y Pol¨ªtica Exterior, un think tank con sede en Estambul.
Aunque en Turqu¨ªa todos dicen conocer su existencia, nadie parece saber muy bien en qu¨¦ consiste El Servicio. Si hay algo en lo que todos los expertos coinciden, es en su car¨¢cter misterioso, la dificultad de conocer realmente qu¨¦ ocurre en su interior y que funciona en red.
¡°Es muy opaco y, a no ser que est¨¦s dentro, es muy complicado saber c¨®mo est¨¢ organizado y c¨®mo se toman las decisiones¡±, comenta Naz Masraff, experta en Turqu¨ªa del Eurasia Group, que analiza riesgos sociales, pol¨ªticos y econ¨®micos. ¡°Yo los definir¨ªa como un movimiento religioso y social con ambiciones pol¨ªticas: conseguir m¨¢s y m¨¢s influencia social y econ¨®mica para sus miembros¡±.
Fetullah G¨¹len, a quien las fotos suelen mostrar como un anciano venerable de pelo escaso, bigote blanco y mirada apacible, naci¨® en 1941 en un peque?o pueblo en el este de Turqu¨ªa. Se dice que empez¨® a rezar a los cuatro a?os y, a los 17, ya era un im¨¢n reconocido por el Estado. Durante su juventud, G¨¹len comenz¨® a predicar en Esmirna, en la costa del mar Egeo, su particular visi¨®n del islam, que promov¨ªa la educaci¨®n, la tolerancia, la generosidad y el esfuerzo en el trabajo.
Con la ayuda de empresarios, empez¨® a construir residencias donde los j¨®venes que emigraban de la Turqu¨ªa rural a las ciudades pod¨ªan encontrar una comunidad religiosa y recibir apoyo en su educaci¨®n. De ah¨ª, el movimiento pas¨® a crear escuelas y, en los a?os 80, seguidores de Gulen formaron el conglomerado empresarial Kaynak Holding, con empresas en la venta al por menor, la alimentaci¨®n y el sector editorial. M¨¢s adelante, adquirieron el grupo Feza, que posee varios medios de comunicaci¨®n.
¡°El problema, cuando alguien del movimiento hace algo, es que es muy dif¨ªcil saber si la orden viene del propio Fetullah G¨¹len o si son los propios seguidores, si tienen autonom¨ªa¡±, se?ala Gareth Jenkins, un acad¨¦mico de la Universidad Johns Hopkins que vive en Turqu¨ªa. ¡°Creo que es m¨¢s una red que una ¨²nica organizaci¨®n pero¡ es muy dif¨ªcil de explicar¡±.
En menos de dos d¨¦cadas, G¨¹len y su red, sin ni siquiera tener una estructura organizativa clara, hab¨ªan conseguido tener una presencia importante en varios sectores sociales y econ¨®micos clave en Turqu¨ªa.
El siguiente paso de los g¨¹lenistas, supuestamente, fue controlar la propia Administraci¨®n del Estado turco. En 1999, con Gulen ya en Estados Unidos, apareci¨® un v¨ªdeo en el que ¨¦ste dec¨ªa a sus seguidores: ¡°Deb¨¦is moveros por las arterias del sistema sin que nadie note vuestra existencia hasta que alcanc¨¦is los centros del poder¡±.
El a?o siguiente, el cl¨¦rigo fue acusado de liderar una operaci¨®n secreta contra la integridad del Estado. G¨¹len neg¨® los cargos y dijo que el v¨ªdeo hab¨ªa sido manipulado. Tras a?os de ser juzgado en ausencia, fue finalmente declarado inocente en 2008.
Para entonces, la red de escuelas gulenistas, consideradas muy prestigiosas, y de intereses econ¨®micos y sociales de El Servicio se hab¨ªa extendido internacionalmente, al mismo tiempo que la fama de su fundador. Ese mismo a?o, en una encuesta realizada por la revista brit¨¢nica Prospect y la estadounidense Foreign Policy, Gulen fue votado el intelectual p¨²blico m¨¢s influyente del mundo.
Una alianza islamista que se rompe
Mientras tanto, en Turqu¨ªa gobernaba desde 2002 el partido islamista moderado de Erdogan, con quien El Servicio coincid¨ªa en la intenci¨®n de avanzar en el pa¨ªs una agenda religiosa y socialmente conservadora.
Esta alianza ayud¨® al AKP a ganar dos elecciones generales m¨¢s, afianzar su poder y limitar el del Ej¨¦rcito, sobre todo a trav¨¦s del caso Ergenekon, una serie de juicios en los que cientos de militares fueron condenados por planear golpes de Estado.
De nuevo, en Turqu¨ªa todos ven la mano de El Servicio detr¨¢s del caso judicial contra el Ej¨¦rcito e incluso la posibilidad de que hubieran usado pruebas falsas contra los militares. Para entonces, ya nadie dudaba de la presencia de seguidores de G¨¹len en puestos clave en la polic¨ªa, la Judicatura y los servicios de Inteligencia.
Sin embargo, y tras el triunfo pol¨ªtico del islamismo moderado en Turqu¨ªa, la alianza entre Erdogan y Gulen, que supuestamente ya empez¨® a resquebrajarse entre 2010 y 2011, parece hoy definitivamente rota.
¡°Esta crisis es realmente una lucha por el poder dentro del movimiento islamista en Turqu¨ªa¡±, asegura Jenkins, uno de los mayores expertos fuera y dentro del pa¨ªs en el caso Ergenekon y para quien las purgas del Gobierno en la polic¨ªa y la Fiscal¨ªa van destinadas a vaciarlas de gulenistas. ¡°Antes, los seguidores de G¨¹len controlaban parte del sistema judicial y Erdogan controlaba otra parte, y ahora Erdogan quiere todo el control¡±.
Aunque insisten en la dificultad de conocer los objetivos de G¨¹len y sus seguidores, los expertos consultados coinciden en que los g¨¹lenistas no han usado toda su ¡°munici¨®n¡± y apuntan a que a El Servicio no le importa estar manchando su nombre con tal de provocar la ca¨ªda pol¨ªtica de Erdogan.
Por su lado, tanto G¨¹len, en una carta al presidente turco, Abdul¨¢ G¨¹l, como su organismo oficioso de relaciones p¨²blicas en Turqu¨ªa, la Fundaci¨®n de Periodistas y Escritores (GYV, en turco), han negado p¨²blicamente estar detr¨¢s de la investigaci¨®n que inici¨® el esc¨¢ndalo.
Mientras la crisis pol¨ªtica tiene visos de continuar, quiz¨¢ la principal v¨ªctima de esta guerra est¨¦ siendo la imagen internacional de Turqu¨ªa y, sobre todo, de su Estado de derecho, puesto en cuesti¨®n por la aparente falta de independencia policial y judicial en el pa¨ªs.
Lo ¨²nico bueno que puede salir de todo esto, pensando en el futuro de la democracia turca, es que los pol¨ªticos se decidan a reformar y transformar la judicatura turca para convertirla en una instituci¨®n independiente e imparcial¡±, indica Sinan Ulgen. ¡°Aunque lo cierto es que algo as¨ª parece dif¨ªcil¡±.
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