Una constituci¨®n a medida del r¨¦gimen
La propuesta que lleva el gobierno a las urnas pone coto al poder islamista Contempla varias libertades civiles a las que el gobierno ha limitado
Egipto acude esta semana a las urnas a votar una constituci¨®n redactada por un equipo de 50 expertos elegidos por el actual gobierno interino, aupado por los militares tras el golpe de Estado de julio. ¡°Vota s¨ª, vota contra el terrorismo¡±, es el lema con el que el actual r¨¦gimen ha pedido a los ciudadanos el voto favorable este martes y mi¨¦rcoles. La carta magna garantiza una serie de libertades civiles b¨¢sicas no amparadas hasta ahora, pero se encarga tambi¨¦n de ponerle coto al islam pol¨ªtico y de proteger sin cortapisas el poder de los militares.
El art¨ªculo m¨¢s pol¨¦mico es el n¨²mero 74, que proh¨ªbe la creaci¨®n de partidos sobre la base de la religi¨®n. La cofrad¨ªa de los Hermanos Musulmanes fue declarada en diciembre, por orden ejecutiva, grupo terrorista. Este cambio amenaza ahora a otras formaciones, como el partido Al Nour, salafista en su ideario, que apoy¨® el golpe de Estado y ha respaldado, a pesar de las reservas de muchos de sus miembros, el proceso constituyente.
En el nuevo texto se mantiene la afirmaci¨®n de que ¡°el islam es la religi¨®n del Estado¡± y la shar¨ªa ¡ªley isl¨¢mica¡ª ¡°la principal fuente de legislaci¨®n¡±. La novedad es que se elimina el art¨ªculo 219 de la anterior constituci¨®n de corte islamista, en la que se defin¨ªa los principios de la shar¨ªa como aquellos que emanan de ¡°evidencias comunes, normas fundacionales, reglas de jurisprudencia y fuentes cre¨ªbles aceptadas en la doctrina sun¨ª y por la comunidad en general¡±.
En realidad era una forma de tratar de restarle poder al parlamento. La shar¨ªa se entend¨ªa en aquel texto como los principios establecidos por la comunidad de expertos isl¨¢micos, y a ellos se les atribu¨ªa la legitimidad legislativa ¨²ltima.
Si hay algo que inquieta a los oponentes de la nueva constituci¨®n son las salvaguardas ofrecidas al ej¨¦rcito. El texto estipula que durante dos mandatos, u ocho a?os, al ministro de Defensa lo elige no el presidente o las urnas, sino el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, es decir, la c¨²pula militar. En la actualidad ese cargo lo detenta el general Abdel Fatah al Sisi, a quien eligi¨® para el puesto el propio Morsi, y que acab¨® siendo art¨ªfice del golpe de Estado de julio.
No se ampl¨ªa ahora el respeto a todas las minor¨ªas religiosas. El texto mantiene la protecci¨®n de ¡°credo y pr¨¢ctica religiosa para aquellos que creen en las religiones celestiales: islam, cristianismo y juda¨ªsmo¡±. Quedan fuera, pues, grupos muy reducidos como los bahais, con unos 2.000 seguidores. Tampoco se protege expl¨ªcitamente a los seguidores de la rama chi¨ª del islam, que recientemente han sufrido ataques y persecuciones en Egipto.
En principio se proh¨ªben los juicios militares a civiles. Pero solo en apariencia, pues la carta magna establece una larga serie de excepciones que en realidad apuntan a que no se permitir¨¢ ning¨²n tipo de amenaza percibida contra el poder militar, como ¡°cr¨ªmenes que representen ataques directos contra las instalaciones, campamentos o posesiones en territorio militar, zonas fronterizas militares, equipamiento, veh¨ªculos, armas, munici¨®n, documentos, secretos, fondos p¨²blicos, f¨¢bricas militares¡ o un asalto directo sobre sus oficiales¡±.
La nueva constituci¨®n ampara expl¨ªcitamente diversas libertades, como las de reunirse o manifestarse. Los cr¨ªticos del actual r¨¦gimen, sin embargo, le recriminan que se haya dedicado a ponerle coto a esos derechos con una serie de medidas muy restrictivas, como la reciente exigencia a aquellos grupos que quieran realizar protestas en la calle de que obtengan previamente un premiso del ministerio del Interior. Diversos activistas ya han sido arrestados por contravenirla.
El gobierno islamista de Morsi no incluy¨® en su constituci¨®n el veto al tr¨¢fico de personas. Sus oponentes consideraban que ello obedec¨ªa al hecho de que la shar¨ªa no lo proh¨ªbe expl¨ªcitamente. La nueva asamblea constituyente incluye la penalizaci¨®n de esa pr¨¢ctica, en el art¨ªculo 89, que asegura que ¡°la esclavitud y todas las formas de opresi¨®n y explotaci¨®n forzosa contra las personas queda prohibida, as¨ª como el tr¨¢fico sexual y humano¡±.
Uno de los apartados positivos para lo grupos feministas es la protecci¨®n incluida a las menores. En la derogada constituci¨®n de corte isl¨¢mico se dejo fuera ese apartado. La nueva propuesta a votaci¨®n estipula que ¡°todos los menores de 18 a?os son ni?os¡±, lo que abre la puerta a la prohibici¨®n legislativa de los matrimonios forzosos de mujeres menores de edad.
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