El r¨¦gimen egipcio busca legitimarse con un referendum constitucional
Hay 52 millones de egipcios est¨¢n llamados a las urnas entre martes y mi¨¦rcoles Es la primera consulta desde el golpe de Estado militar del 3 de julio
En su campa?a por legitimar el golpe de Estado del pasado mes de julio, el gobierno interino de Egipto, tutelado por los militares, lleva este martes a las urnas un texto constitucional en el que busca consumar con el voto popular la instauraci¨®n de un nuevo r¨¦gimen que define como democr¨¢tico, pero que ha acallado cualquier sombra de disidencia. Los generales han forzado a la clandestinidad al poder islamista de la cofrad¨ªa de los Hermanos Musulmanes y han limitado notablemente las protestas populares. Ahora llaman a votar a 52 millones de ciudadanos. Dan el respaldo a la constituci¨®n por seguro, y su gran prueba ahora es lograr una participaci¨®n lo suficientemente alta como para poder defender que la deposici¨®n del primer gobierno elegido democr¨¢ticamente en las urnas obedeci¨® a un mandato popular, aunque este venga dado a posteriori.
Los Hermanos Musulmanes han llamado a boicotear el referendo y han convocado manifestaciones en su contra. Estas se han encontrado con grandes dispositivos de seguridad, que han contenido las magras marchas en todo el pa¨ªs con un denodado uso de la fuerza. Polic¨ªas y soldados pueden recurrir a ella porque el mes pasado el ejecutivo interino design¨® a esa cofrad¨ªa islamista grupo terrorista. De detentar el poder, los islamistas han vuelto a una clandestinidad en la que vivieron durante d¨¦cadas, acallados desde los a?os en que gobernaba Egipto Gamal Abdel Nasser.
Cuando consum¨® el golpe de Estado el 3 de julio, el general Abdel Fatah al Sisi anunci¨® la derogaci¨®n de la anterior constituci¨®n, de corte isl¨¢mico y aprobada en las urnas en diciembre de 2012 con un 64% de votos y s¨®lo el 35% de participaci¨®n. Al presidente islamista depuesto, Mohamed Morsi, lo eligi¨®, en segunda vuelta, un 51% de los electores, con 12.3 millones de votos. Ahora esa cifras se escrutar¨¢n y se comparar¨¢n con las que reciba el ¡®s¨ª¡¯ a la constituci¨®n, con la intenci¨®n de legitimar las medidas de los militares, que se atribuyen el haber atendido al rechazo del pueblo a la gesti¨®n de Morsi, que sus detractores califican de nefasta y que llev¨® a 22 millones de personas a protestar en las calles de Egipto el 30 de junio.
Los generales marcaron entonces una hoja de ruta muy clara. Un comit¨¦ de expertos redactar¨ªa una nueva carta magna, que se llevar¨ªa a las urnas en un plazo de seis meses, cumplido escrupulosamente. A este referendo, que tendr¨¢ lugar martes y mi¨¦rcoles, le suceder¨¢n, en teor¨ªa, elecciones legislativas, primero, y presidenciales, despu¨¦s. Aun as¨ª, recientemente el gobierno del presidente interino Adli Mansur dijo que se plantea alterar ese orden, para que las urnas elijan primero a un presidente, que quedar¨ªa as¨ª libre del deber de tener que responder ante un parlamento ya constituido, que puede contener facciones que hagan campa?a en su contra.
¡°Este no es solo un referendo constitucional, es un referendo sobre lo que sucedi¨® el 30 de junio y el 3 de julio. El nuevo gobierno le pide a la ciudadan¨ªa que exprese si quiere una continuidad en el camino iniciado entonces o si quiere un retorno al poder de los Hermanos Musulmanes. Es una disyuntiva clara entre estabilidad o un regreso al conflicto civil y pol¨ªtico de los ¨²ltimos d¨ªas del anterior gobierno¡±, opina Mustafa Kamel, analista y profesor de Ciencia Pol¨ªtica en la universidad de El Cairo. ¡°Lo que tenemos hoy es el primer paso hacia la restauraci¨®n completa de un r¨¦gimen civil¡±.
No todos lo entienden de ese modo. El gobierno ha dado pocas opciones al ¡®no¡¯. S¨®lo un partido, Egipto Fuerte (Hizb Masr al Kaweya), hab¨ªa acometido una campa?a para pedir el voto negativo a la carta magna, con el argumento de que supon¨ªa la consagraci¨®n de un r¨¦gimen excluyente y auspiciado por los militares. En los pasados d¨ªas 17 de sus militantes han sido detenidos en todo el pa¨ªs por pegar carteles y repartir octavillas en las que explican ese argumento. Este lunes, acorralados, sus l¨ªderes decidieron unirse al boicot islamista y pidieron a sus bases que se retiren completamente del proceso constituyente.
¡°Nos han convertido en traidores por el hecho de pedir el voto negativo. ?Llaman a esto democracia? ?Es democracia arrestar a quienes simplemente piden un voto diferente? Hubiera sido mejor que en las papeletas dieran como dos opciones el ¡®s¨ª¡¯ y ¡®s¨ª¡¯¡±, explica Mohamed al Bakr, uno de los l¨ªderes de ese partido. ¡°Este es un r¨¦gimen militar, no civil. Su plan es imponer su hoja de ruta a toda costa, sin disidencia ni oposici¨®n para legitimarse interna y externamente. Su fin ¨²ltimo es acabar con los ideales de la revoluci¨®n del 25 de enero [de 2011] para volver a instaurar los poderes que ya controlaban el pa¨ªs en los a?os de Mubarak¡±.
El Cairo ha quedado cubierto estos d¨ªas de miles de grandes carteles, azules y verdes, en los que se lee ¡°s¨ª a la constituci¨®n¡±. Muchos van acompa?ados por el marchamo de la foto del general Al Sisi, que considera presentarse a la presidencia, con uniforme militar. Un anuncio radiof¨®nico repite machaconamente la frase ¡°vota s¨ª, vota contra el terrorismo¡±. En el golpe de Estado los militares no dejaron muchas opciones al poder de Morsi y los Hermanos Musulmanes. Ahora han seguido ese mismo patr¨®n. El s¨ª parece ser la ¨²nica opci¨®n de Egipto.
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