¡°La Uni¨®n Europea es un eructo en la cara de la historia¡±
¡°Tenemos ¨¦xito, el sentimiento de los brit¨¢nicos se ha vuelto contra la UE¡±, afirma el l¨ªder del partido antiinmigraci¨®n y eur¨®fobo
Un payaso apodado Titirica, que hizo la campa?a vestido de clown, fue el candidato m¨¢s votado en las elecciones brasile?as de 2010. Su programa era inequ¨ªvoco: ¡°Ayudar a los necesitados, pero en especial a mi familia¡±. En el Tea Party de EE UU hay l¨ªderes que coquetean con la brujer¨ªa y hacen de la masturbaci¨®n un elemento clave de su acci¨®n pol¨ªtica. En Canad¨¢, la oposici¨®n presenta a Rob Ford, alcalde de Toronto, con pancartas que le describen como ¡°Borracho, racista y maltratador¡±. La antipol¨ªtica ha llegado a Europa ¡ªBeppe Grillo hizo irrupci¨®n en Italia en las ¨²ltimas elecciones legislativas¡ª, pero lo que preocupa de veras es una nebulosa de partidos que suben con fuerza, populistas y eur¨®fobos, con un proyecto fieramente nacionalista y antiinmigraci¨®n, cuando no directamente racista o filonazi. Varias de esas fuerzas pol¨ªticas han sabido suavizar su discurso y ya no van solo en busca del voto joven y violento, sino del de las clases medias cada vez m¨¢s irritadas con las consecuencias de la crisis y su gesti¨®n por parte de los l¨ªderes europeos. Marine Le Pen en Francia, Geert Wilders en Holanda y Nigel Farage en Reino Unido, cada uno a su manera, son las tres caras m¨¢s conocidas de ese fen¨®meno. Farage presume de que su mujer es alemana, explica que trabaj¨® para la banca francesa, recuerda que muchos de sus colaboradores son negros u homosexuales: con ese tipo de argumentos alegres como los colores de una verduler¨ªa suele explicar que no es racista, que no es hom¨®fobo, que no es antieuropeo sino anti-UE, que no es el mism¨ªsimo diablo. El l¨ªder del Partido por la Independencia de Reino Unido (UKIP), ha sabido aprovechar la fobia europea de los brit¨¢nicos, y ¨²ltimamente el miedo a la inmigraci¨®n, para convertirse en el peor dolor de cabeza del Parlamento Europeo, de David Cameron, de cualquiera que se cruce en su camino. Carism¨¢tico, follonero y locuaz, a sus 50 a?os se ha dejado en la gatera algunas de sus siete vidas pol¨ªticas ¡ªy de las otras¡ª, pero las encuestas le dan 25 esca?os en los comicios de mayo.
Pregunta. ?Cu¨¢l es su idea de Europa?
Respuesta. La UE es un viejo sombrero ra¨ªdo. Una soluci¨®n de 1970 para un problema de 1940 que ha sobrepasado su fecha de caducidad. A la altura de aquellos rid¨ªculos cortes de pelo de cuando los pantalones de pata de elefante. La UE es un intento de sumergir a los Estados naci¨®n en una marea de hiperregulaci¨®n. En vano, porque la Uni¨®n es una especie de eructo en la cara de la historia, tratando de salir adelante mientras el n¨²mero de Estados naci¨®n no deja de crecer en todo el mundo.
P. ?No es suficiente argumento que hay que aprender de la historia para escapar de ella?
R. Si la historia ense?a algo es que los imperios multinacionales, como la UE, no funcionan bien. Al final colapsan.
P. ?Qu¨¦ hace un partido antieuropeo en la Euroc¨¢mara?
R. Los diputados de UKIP est¨¢n ah¨ª para ser los ojos y los o¨ªdos de sus votantes. Nos enteramos de lo que pasa en la UE y lo damos a conocer en casa. Y hemos tenido mucho ¨¦xito, el sentimiento de los brit¨¢nicos se ha vuelto con fuerza contra la UE.
P. ?Han conseguido aprobar algo, bloquear algo?
R. No estamos en el Parlamento para remendar normas o para evitar la aprobaci¨®n de m¨¢s regulaciones que lo ¨²nico que consiguen es acabar con m¨¢s empleos en Europa. Y no tenemos n¨²meros como para bloquear nada; eso cambiar¨¢ tras las elecciones.
P. Alguien llam¨® a los militantes de su partido ¡°lun¨¢ticos, locos, racistas¡±.
R. Fue David Cameron, que ha perdido la mitad del apoyo del partido conservador desde que ejerce como brillante l¨ªder. Muchos de sus votantes se han ido a UKIP, un partido patriota, libertario. Y estrictamente no racista.
P. ?No quieren controlar la inmigraci¨®n?
R. Desde que nos unimos a la UE han entrado en Reino Unido cuatro millones de personas. Nos gustar¨ªa que llegara un n¨²mero que podamos absorber, con habilidades como para que puedan contribuir a nuestra sociedad. Pero es una cuesti¨®n de n¨²meros: no tiene nada que ver con la raza.
P. Los n¨²meros dicen que no hay ninguna avalancha, y que la grand¨ªsima mayor¨ªa de los inmigrantes trabajan y cotizan.
R. No se puede alabar esta inmigraci¨®n en masa, que en Reino Unido conduce a una carrera claramente a la baja en los salarios y en las condiciones de los trabajadores brit¨¢nicos. ?Por qu¨¦ deber¨ªa el contribuyente brit¨¢nico financiar el sistema de salud, educaci¨®n y bienestar de inmigrantes que no han aportado nada al Estado? Lo que nos gustar¨ªa es un sistema como el de Australia o Canad¨¢: poder elegir el n¨²mero y el tipo de personas que vienen a trabajar al Reino Unido. Y no podremos hacerlo mientras seamos miembros de la UE. Por eso queremos salir.
P. Su Gobierno aboga por cambiar los tratados. Varios Gobiernos apuestan por repatriar competencias desde Bruselas a las capitales. ?Le bastar¨ªa con eso?
R. Sinceramente, tengo poca o ninguna esperanza de lograr que se repatr¨ªen competencias desde Bruselas al Parlamento brit¨¢nico. No queremos una reforma cosm¨¦tica: queremos salir de la UE, y para ello reclamamos un refer¨¦ndum lo antes posible. Es preferible un divorcio amistoso a que los brit¨¢nicos sean profundamente infelices en la casa com¨²n de la UE. Una casa fr¨ªa, con escasa democracia en su interior, y ubicada en un entorno muy perjudicial para el crecimiento econ¨®mico. Un desastre, vamos.
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