La oposici¨®n siria llega sin fuerza a la cumbre de paz de Ginebra
El r¨¦gimen de El Asad busca presentarse como la contenci¨®n del islamismo radical Las milicias islamistas rebeldes rechazan tomar parte en cualquier mediaci¨®n
Que el principal grupo opositor sirio decidiera el s¨¢bado acudir a la conferencia de paz que comenzar¨¢ en Suiza el mi¨¦rcoles, tras tres a?os de guerra y 130.000 muertos, poco ha cambiado las posibilidades de avance hacia la paz. El presidente Bachar el Asad, cuyo r¨¦gimen ha sido invitado a la cumbre, se permiti¨® ayer, en una comparecencia p¨²blica recogida por los medios oficiales, advertir de que su pa¨ªs no tolerar¨¢ las ideas islamistas radicales, ¡°que no s¨®lo amenazan a Siria sino a toda la regi¨®n¡±. Ese ser¨¢ el papel de El Asad en una cumbre que ¨¦l quiere que sea la de su rehabilitaci¨®n: presentarse como la contenci¨®n del avance del yihadismo en Oriente Pr¨®ximo, una mano dura en la que Occidente puede confiar.
Mucho ha cambiado el balance de poder en Siria desde la primera cumbre de paz, conocida como Ginebra I, celebrada en junio de 2012. Entonces se reunieron en Suiza enviados de Estados Unidos, Rusia, Naciones Unidas y la Liga ?rabe, entre otros. En su comunicado conjunto, el denominado Grupo de Acci¨®n para Siria pidi¨® entonces una transici¨®n pol¨ªtica inmediata, con ¡°medidas irreversibles de acuerdo con un calendario fijo y establecido¡±. Lo ¨²nico fijo y establecido, tras 19 meses, es que partes del pa¨ªs como Alepo y Homs est¨¢n en ruinas y nueve millones de personas han huido de sus hogares ante semejante destrucci¨®n, 2,4 millones al extranjero. Ni siquiera el bando rebelde tiene un liderazgo unificado que pueda responder por todos los opositores.
El r¨¦gimen se prepara para participar en la segunda cumbre de paz ¡ªque a pesar de recibir el nombre de Ginebra II arrancar¨¢ en la localidad de Montreux¡ª con gestos aparentemente conciliadores, como permitir la entrada de alimentos a zonas asediados en Damasco, entre ellos el campo de refugiados palestinos de Yarmouk, donde ya han muerto de hambre al menos 20 personas. Mientras, la campa?a de asedio a las posiciones rebeldes continua su curso, y seg¨²n el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, el fin de semana el r¨¦gimen sigui¨® golpeando la provincia de Alepo con barriles explosivos, un arma rudimentaria prohibida por la comunidad internacional que se lanza desde helic¨®pteros, sin precisi¨®n alguna, matando indiscriminadamente a civiles.
Aunque el r¨¦gimen de El Asad acuda a Suiza, queda claro en sus avances sobre el terreno que tiene sus propias estrategias para las que no necesita negociar con nadie. Lo dej¨® claro en una conferencia el jueves en Damasco el ministro sirio de Reconciliaci¨®n Nacional, Ali Haidar, quien dijo, seg¨²n varios medios presentes: ¡°No hay que esperar nada de Ginebra II ni de Ginebra III o Ginebra X para resolver esta crisis. La soluci¨®n ha comenzado, y seguir¨¢ a trav¨¦s del triunfo militar¡±. Seg¨²n Abdel Basset Sida, miembro de la Coalici¨®n Nacional Siria, el grupo opositor, declaraciones como esa ¡°revelan la naturaleza criminal del r¨¦gimen de El Asad y revelan la mentira de su apoyo a una soluci¨®n pol¨ªtica¡±.
La secular Coalici¨®n Nacional Siria decidi¨® el s¨¢bado enviar a una delegaci¨®n a Montreux. Se representar¨¢, en realidad, a s¨ª misma, porque su brazo armado, el Ej¨¦rcito Libre Sirio, lucha ahora, adem¨¢s de contra El Asad, contra un mosaico de milicias yihadistas, sirias y for¨¢neas, que no tienen m¨¢s estrategia que ganar terreno en el pa¨ªs y aplicar su lectura fundamentalista del islam. Catar y Turqu¨ªa intentaron en d¨ªas pasados que al menos una de ellas, la menos radical, el Frente Isl¨¢mico, participara en la conferencia, algo que esta rechaz¨® frontalmente. Uno de sus l¨ªderes, Abu Omar, dijo ayer en las redes sociales que el futuro de Siria se decidir¨¢ ¡°con sangre en las trincheras, no en huecas conferencias a las que acuden aquellos que ni siquiera se representan a s¨ª mismos¡±.
A lo largo de 34 meses de conflicto, El Asad ha mantenido inalterada su pol¨ªtica de referirse a todos sus oponentes como ¡°terroristas¡±, incluso en los d¨ªas en que Occidente reconoc¨ªa a la Coalici¨®n Nacional opositora como la representante leg¨ªtima de la ciudadan¨ªa siria y la Liga ?rabe le ofrec¨ªa un asiento. Esa persistencia da resultados ahora que, ante la negativa de EE UU y sus aliados a armar a los rebeldes, Al Qaeda campa a sus anchas en un eje sin ley formado entre el norte de Siria y el oeste de Irak. En una carta enviada al secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, el ministro de Exteriores sirio, Wallid al Muallem, dijo que en Suiza exigir¨¢ que ¡°los pa¨ªses que apoyan al terrorismo dejen de financiar, entrenar, armar y amparar a terroristas tal y como exige el derecho internacional¡±.
Era un mensaje a Arabia Saud¨ª y otras monarqu¨ªas del golfo P¨¦rsico que desde bien temprano apoyaron a la insurgencia, principalmente por un c¨¢lculo pol¨ªtico, pues el r¨¦gimen sirio es un sat¨¦lite del centro de poder chi¨ª de Ir¨¢n. Ahora los pa¨ªses ¨¢rabes deben contener adem¨¢s el resurgimiento de Al Qaeda, que tambi¨¦n les amenaza a ellos. Y deben acudir a negociar en Suiza con un r¨¦gimen acusado de excesos como el uso de armas qu¨ªmicas que ahora se permite dar lecciones de derecho internacional.
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