Hij¨ªsimos del poder
Los bancos occidentales contratan a los descendientes de la ¡®aristocracia roja¡¯ para avanzar en el mercado financiero chino
El correo electr¨®nico lleg¨® por la noche y su contenido era l¨²gubre. Un empleado del banco JP Morgan en Hong Kong lloraba sus penas a un compa?ero: ¡°Hemos perdido una operaci¨®n a favor del Deutsche Bank¡±. En su opini¨®n, la causa era evidente: el competidor alem¨¢n hab¨ªa contratado a la ¡°hija del presidente¡±, en clara referencia a la hija de un alto cargo del Partido en China. A cambio, la operaci¨®n se adjudic¨® al Deutsche Bank. La gente de JP Morgan afirmaba que no era la primera vez, y coincid¨ªa en que algo habr¨ªa que cambiar. De lo contrario, en China tendr¨ªan las de perder durante mucho tiempo. Pero, ?c¨®mo hacerlo? En caso necesario, se dice en un correo electr¨®nico citado por The New York Times, habr¨ªa que imitar las estratagemas de la competencia; las del Deutsche Bank, desde luego, pero a lo mejor tambi¨¦n las de Credit Suisse y USB, que no son muy diferentes.
Las tres entidades europeas aparecen en los datos de Chinaleaks; las tres han ayudado a un gran n¨²mero de chinos a crear empresas en para¨ªsos fiscales: por ejemplo, en la isla de Samoa, en el Pac¨ªfico, pero sobre todo en el Caribe, en las Islas V¨ªrgenes Brit¨¢nicas. Solo el Deutsche Bank, desde sus sucursales de Singapur y Hong Kong, ha fundado un n¨²mero de dos cifras de empresas de este tipo; empresas con nombres tan elocuentes como Double Fortune Group Limited, es decir, ¡°Grupo de Duplicaci¨®n de Fortunas¡±.
El Deutsche Bank y sus competidores suizos ya hace d¨¦cadas que trabajan en el tema. Credit Suisse tiene oficinas en tres ciudades de la Rep¨²blica Popular, USB en cinco, y el Deutsche Bank en seis. Sin embargo, las entidades occidentales no pueden organizar una red de filiales propia como las que mantienen los bancos estatales chinos; las leyes en ese pa¨ªs son estrictas. Cada a?o se puede a?adir a la explotaci¨®n como m¨¢ximo dos ciudades nuevas. Dado que en China hay m¨¢s de cien ciudades con m¨¢s de un mill¨®n de habitantes, llevar¨ªa d¨¦cadas erigir una densa red de filiales. Para hacer negocios en ese pa¨ªs, tienen que participar en uno de los m¨¢s de 20 bancos de propiedad estatal. Y eso es algo lucrativo.
Las entidades buscan apoyos para superar la restrictiva regulaci¨®n financiera local
Por una parte, de este modo las entidades occidentales tambi¨¦n obtienen ganancias de los ahorradores. Por otra, pueden asumir las funciones t¨ªpicas de los bancos de inversiones: preparar ofertas p¨²blicas, financiar adquisiciones, realizar operaciones de venta de acciones. Los bancos estatales chinos carecen de los conocimientos necesarios para ello, as¨ª como de oficinas en Londres, Fr¨¢ncfort y Nueva York. Pero, ?c¨®mo acceden los bancos occidentales a los clientes? ?Y a los gerentes de los grupos estatales o a los dirigentes locales del partido? Si se da cr¨¦dito a los correos electr¨®nicos de JP Morgan, la cosa no funciona sin contactos especiales. Los chinos les llaman guanxi, ¡°relaciones¡±. Si no hay una red, si no se tienen contactos, nada funciona en China.
Y aqu¨ª entra en juego la aristocracia roja: los descendientes de la ¨¦lite pol¨ªtica china. Seg¨²n la experiencia de sus empleadores, ellos abren puertas que, de lo contrario, permanecer¨ªan cerradas. En otras palabras: lo que desee el jefe del chico, pap¨¢ lo va a conseguir. Un banco occidental ha puesto en marcha el programa interno llamado ¡°Hijos e hijas¡±, espec¨ªficamente destinado a este fin.
En realidad, da igual de qu¨¦ banco se trate, ya sea JP Morgan, Goldman Sachs, Citigroup, Deutsche Bank, Credit Suisse o UBS; pr¨¢cticamente todos han empleado, antes o despu¨¦s, a hijos de dirigentes del partido. Por ejemplo, seg¨²n los medios de comunicaci¨®n, Morgan Stanley reclut¨® a la hija del director del Banco de Desarrollo de China, y el Deutsche Bank tuvo en n¨®mina a la del viceprimer ministro Wang Yang por lo menos durante un tiempo. El banco no ha querido confirmar si todav¨ªa trabaja all¨ª. ?Y qu¨¦ hay de Credit Suisse? Para ellos trabaj¨® Wen Runchun, hija del exprimer ministro Wen Jiabao.
Credit Suisse, Deutsche Bank y Morgan Stanley han fichado a figuras destacadas
En general, los descendientes de los funcionarios tienen una buena formaci¨®n. A diferencia de los hijos de los campesinos de las provincias chinas, han podido ir a escuelas y universidades privadas caras en el extranjero. Es el caso de Wen Runchun, que ha estudiado en Estados Unidos. ?Y solo por ser la hija de un pol¨ªtico influyente tiene que ser incompetente como banquera?
China no es Alemania, pero supongamos que una empresa extranjera quiere entrar en el mercado alem¨¢n, y resulta que el acceso est¨¢ regulado por la autoridades. Estas pueden autorizar a una sociedad y concederle adjudicaciones multimillonarias sin concurso, o no. Y entonces, esa empresa contrata a una hija de la canciller federal. Poco despu¨¦s, es la primera empresa extranjera en obtener el codiciado acceso al mercado, y al poco ayuda al hijo de la canciller a fundar una sociedad fantasma en las Islas V¨ªrgenes Brit¨¢nicas. Una sociedad, por cierto, cuyo director y ¨²nico accionista es mantenido en secreto.
Algo parecido ocurri¨® en el caso de Credit Suisse. El banco emple¨® durante un a?o y medio a Wen Runchun en su oficina de Pek¨ªn. Tres a?os m¨¢s tarde, Credit Suisse fund¨® una empresa conjunta con el banco chino ICBC y consigui¨® ser el primer banco extranjero en introducirse en el negocio de gesti¨®n de activos de China. Puede ser casualidad. O el resultado de una astuta pol¨ªtica de contrataci¨®n. El banco no se pronuncia al respecto.
En 2006, m¨¢s o menos un a?o y medio despu¨¦s del turbulento trato con ICBC, Wen Yunsong, hijo de Wen Jiabao y hermano de Wen Ruchun, fund¨® la empresa Trend Gold Consultants Limited en las Islas V¨ªrgenes Brit¨¢nicas. Este tipo de empresas se suele constituir para ocultar los flujos de caja. El intermediario de Wen, que le ayud¨® a conseguir los documentos necesarios, era Credit Suisse. ?Por qu¨¦ raz¨®n mont¨® Wen Yunsong la empresa Trend Gold? ?A qu¨¦ empresas asesor¨® en calidad de ¡°consultor¡±? Wen dej¨® numerosas preguntas sin contestar. A los dos v¨¢stagos del pol¨ªtico les precede su fama: en una ocasi¨®n, los diplom¨¢ticos estadounidenses se?alaron que podr¨ªan ¡°facilitar cosas¡± a cambio de dinero. Y cabe la posibilidad de que los bancos quieran que las cosas se les faciliten en China.
En ese pa¨ªs, el tema de los hijos de los funcionarios es delicado. Lo normal es que las noticias sobre ellos sean censuradas. Las empresas afectadas se muestran reservadas. UBS y Credit Suisse, por ejemplo, se negaron a pronunciarse en detalle al ser preguntados sobre el tema. El Deutsche Bank ¡ªempleador, al menos temporal, de la hija de Wang Yang, y quiz¨¢ tambi¨¦n de otros hijos de la aristocracia roja¡ª comunicaba que las pr¨¢cticas de contrataci¨®n est¨¢n sometidas a control. ¡°De acuerdo con el estado actual de las investigaciones, podemos afirmar que no hemos seleccionado ni contratado a colaboradores en funci¨®n de su procedencia familiar, sino de sus capacidades y de su cualificaci¨®n t¨¦cnica¡±.
Seg¨²n los medios de comunicaci¨®n de Estados Unidos, la SEC, el supervisor burs¨¢til de ese pa¨ªs, actualmente est¨¢ investigando las pr¨¢cticas de UBS, Deutsche Bank y Credit Suisse. Pero tambi¨¦n de JP Morgan. Es cierto que el banco estadounidense hace tiempo que no contrata al hijo de ning¨²n funcionario, pero en cambio s¨ª que contrat¨® durante un periodo a una peque?a empresa asesora. Por 900.000 d¨®lares anuales, dice The New York Times. Se llamaba Fullmark Consultants Limited, y detr¨¢s de ella estaban Wen Runchun, la hija de Wen Jiabao, y su marido. Cuando se le pregunt¨® al respecto, no hubo respuesta.
Informaci¨®n elaborada tambi¨¦n por BASTIAN BRINKMANN, BASTIAN OBERMAYER Y TITUS PLATTNER
Traducci¨®n de News Clips
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